Terror en Teror (Otra de El Día)
Publicado: Dom Sep 03, 2006 3:31 pm
http://83.175.206.50/2006-09-03/tenerife/tenerife3.htm
Asco, asquito y más asco, con la complicidad y el beneplácito de la sociedad tinerfeña. ¡Qué pena!
Asco, asquito y más asco, con la complicidad y el beneplácito de la sociedad tinerfeña. ¡Qué pena!
UN ESCALOFRÍO estremeció las entrañas de cientos de canariones, acostumbrados a salirse siempre con la suya con o sin razón, en nombre de la verdad o de la peor de las patrañas. Teror, donde está el templo de la Virgen del Pino, Patrona de la isla de Canaria, asistió atónita a la lectura del pregón a cargo del alcalde de Candelaria, José Gumersindo García Trujillo, quien, en un acto de valentía, honradez y lealtad, recordó y proclamó que la Virgen de la Candelaria es la Patrona General de todo el Archipiélago.
¿Qué pretendían, que el alcalde de la Villa sureña ensalzara a la Virgen del Pino –que lo merece, claro está– y la intentara homologar con la Morenita? Vano intento el de los prohombres y "promujeres" de la tercera isla al comprometer al regidor socialista en tan innoble tarea. José Gumersindo García Trujillo no picó el anzuelo y, a pesar de meterse en la guarida del lobo, demostró su amor a la Virgen de la Candelaria, a su municipio, a Tenerife y a sus gentes, y a toda Canarias. Como no podía ser de otra manera. ¡Orgullosos deben estar sus vecinos y los tinerfeños y canarios de bien!
Teror esperaba tibieza y encontró firmeza, preparaba deshonra y recibió evidencia. Terror en Teror.
La trampa estaba clara: los regidores amarillos pretendían que el alcalde se refiriera a las dos Vírgenes con idéntico lenguaje para sentar así las bases del futuro Estatuto de las Villas Marianas para los dos municipios, que, disfrazado de plan de percepción de mayores inversiones, tiene como objetivo despojar a la Morenita del Patronazgo General del Archipiélago, pero les salió el tiro por la culata. Por ahora, porque son tenaces rapiñadores. Quizás se sentían animados por el presidente del Gobierno de Canarias, Adán Martín, quien el día de la Virgen se refirió a la Morenita, con suma indiferencia, como una Patrona muy importante de las Islas. Quién sabe.
Nos parece correcto un plan para ayudar económicamente a los municipios que acogen a las siete patronas insulares del Archipiélago y, por supuesto, a la de toda Canarias, por sus fiestas, pero nos oponemos rotundamente a que sólo reciban estas subvenciones Candelaria y Teror. Esa sería la gran trampa.
El mérito de José Gumersindo García Trujillo es doble, ya que se encuentra rodeado de algunos importantes personajes nativos de Canaria, y porque ha demostrado que antepone los intereses de su pueblo al electoralismo y a los votos. Podrían tomar ejemplo algunos de nuestros torpes representantes públicos.
LO HEMOS COMENTADO en numerosas ocasiones y lo recordamos hoy dirigiéndonos a algunos tinerfeños pobres de espíritu que tienen enrabietados al resto de habitantes de esta Isla y de su provincia. Las formaciones políticas de la tercera isla, los representantes públicos, sus fuerzas vivas, el denominado por nosotros Sanedrín de Vegueta, y la mayor parte de la población trabajan sin descanso con el decidido objetivo de convertir a Las Palmas en la capital única del Archipiélago y a la isla redonda, ¡la tercera en superficie e importancia!, en el eje, en el motor, de las Afortunadas. Qué atrevimiento, qué desvergüenza. Seguimos, pero antes nos reafirmamos en nuestro propósito de no perdonar ni una a los canariones que quieren aniquilar a Tenerife.
Para lograrlo, han despojado a Santa Cruz durante años de sus más preciosas "perlas", se han llevado, apoyados por los altos dirigentes propios de la tercera isla y del Estado –de Canaria, recordamos, son y en ella viven los más influyentes políticos de los partidos estatalistas con mando en el Archipiélago–, las principales sedes y oficinas, los consulados, la Delegación de la Defensa, la Jefatura Superior de Policía y todo lo que se les ha antojado. Han intentado derivar la actividad económica a Las Palmas, han torpedeado nuestro puerto capitalino –recordamos las aguadas– para activar el de La Luz y de Las Palmas, han construido las circunvalaciones, puentes y carreteras que a Tenerife le ha negado el nefastísimo Antonio Castro Cordobez, aspirante ahora a presidente, ¡Jesús!, y, si les dejamos, se llevan hasta el Parlamento. Y tanto han rapiñado que hasta la historia colombina que corresponde totalmente a La Gomera la robaron también. Afirmó un historiador e investigador de mucho prestigio que Colón estuvo en Canaria, pero nunca en Las Palmas. Esa "Casa" que lucen es una falsedad.
También, por celos y envidia, han querido equiparar, disfrazados de "etiqueta única", sus inexistentes viñas y vinos con los reconocidos caldos de Tenerife, La Palma, La Gomera, El Hierro y Lanzarote; sus indecorosos y antipáticos carnavales con las mejores carnestolendas del mundo –junto con Río y Venecia–, que son las de Santa Cruz; sus depauperados destinos turísticos con nuestras variadas ofertas de calidad: luz, temperatura, montes y cariñosas playas y caletas; su árido paisaje, en fin, con nuestras extensas, altas y bellas tierras tinerfeñas, y palmeras, y gomeras, y herreñas. Son capaces de todo, pero nuestra tierra va mejor sola que mal acompañada.
Todo tiene un precio y cuando algo falla hay que buscar culpables a los que exigir responsabilidades. Lo sencillo sería culpar sólo a los canariones –algo de cierto hay– y lo arriesgado, cómo no, remover en nuestra propia Isla, que es justamente donde habitan los consentidores de tanto y tanto desaguisado. Bien sea por torpeza, por desconocimiento, por ineptitud, por cerrazón, por incompetencia o por traición, lo cierto es que han sido también nuestros políticos, nuestros representantes públicos –con alguna dignísima excepción–, quienes no han sabido defender a Tenerife, a su provincia y a sus gentes. Los canariones pueden anhelar hasta quitarnos el Teide, símbolo de las Islas, pero los tinerfeños tenemos la obligación de defender lo nuestro y de buscar la justicia, el equilibrio y la igualdad; es decir, la paz y la convivencia. Y, por desgracia, no ha sido así. Pero las urnas están a la vuelta de la esquina –quedan nueve meses escasos– y el pueblo, libre y soberano, pondrá las cosas en su sitio. Para ese día confiamos en que nuestro pueblo dé la mayoría a quien nos pueda defender y que no se equivoque. A quien nos defienda de verdad, insistimos.
NO POR MUCHO DECIRLO dejamos de tener la razón, y creemos hablar en nombre de la sociedad tinerfeña, que nos otorga su confianza cada día en los quioscos. Dentro de unos días, el 13 de septiembre, el Parlamento de Canarias votará, y aprobará, no nos cabe duda, el nuevo Estatuto de Autonomía, que no ha corregido el maltrato a Tenerife, aunque aún debe ser ratificado por las Cortes Generales. Nadie se conforma con que se enumeren las islas por orden alfabético, en vez de por su extensión e importancia –con lo que Tenerife figuraría en primer lugar–; o con que la tercera isla del Archipiélago, Canaria, sea adornada, injustamente embellecida, con el epíteto "gran", un absurdo en toda regla. Tampoco tolera la población que en el nuevo escudo de Canarias se iguale el tamaño de todas las islas, cuando siempre –y así lo contempla el propio Estatuto– la de abajo, que es Tenerife, ha aparecido representada más grande y con más altura, en honor del pico del Teide, el punto más alto de España. Ya lo hemos dicho con anterioridad.
Acaba de decir el sensato Tomás Padrón, presidente del Cabildo de El Hierro, que existen unas prisas desmesuradas por aprobar el Estatuto cuando no hay ninguna necesidad imperiosa. Y es verdad. Para meter la pata otra vez, para seguir con las injusticias contra Tenerife, mejor es no hacer nada. ¿Qué es lo que se pretende con este adefesio de Estatuto de Autonomía, y para qué? Sospechoso.
LLAMA LA ATENCIÓN también el papel que juegan las televisiones públicas en todo este desaguisado. Despreciamos los asuntos políticos y el politiqueo, por el mal hacer de muchos de ellos, pero no la política. La verdad es que Las Palmas ha intentado ganar la batalla y que muchos de los "nuestros" se han vendido al poder amarillo.
Un ejemplo claro lo encontramos en las televisiones públicas, sobre todo la canaria –"La Nuestra", ja–, que se empeña en ensalzar todo lo gcanario y en enlodar todo lo tinerfeño. Los informativos son patéticos, están teñidos de amarillo por los cuatro costados, y Tenerife y su provincia no existen, salvo en las catástrofes y desgracias. Pero el derroche lo pagamos todos los sufridos contribuyentes canarios, incluidos los tinerfeños. ¿Dónde está la recompensa?
Hay que desalojar tanta posadera cobarde de las poltronas públicas. Las urnas, repetimos, están a la vuelta de la esquina.