¡NO!
Publicado: Jue Nov 30, 2006 10:50 pm
Ahora que te encuentro tan lozana, tan radiante, tan hermosa, no puedo más que cerrar el puño con fuerza y repetir para mis adentros, "lo logramos, te lo dije, lo logramos". Eres capaz de levantarte por tí misma, salir a la calle y volver a enfrentarte a la realidad diaria casi con las mismas fuerzas que tuviste antaño. Incluso haciendo alarde de una valentía que nunca jamás imaginaste te atreves a mirar a la cara, directamente a los ojos, a los que pedían que te desconectaran cuando agonizabas en la cama...¿te acuerdas?.
Tus verdaderos amigos, tus hijos, los que heredamos aquella unión que nació en 1949, nunca nos alejamos de tu lado. No sabes cuántas noches lloramos en silencio por temor a tu partida, a tu definitiva ausencia. Se me parte el alma cuando pienso en el vacío de mi vida sin ti. Aún me duele tu expresión perdida en el horizonte de aquella habitación. Ausente. Hasta tus lágrimas estaban vacías.
Te vendieron la gloria y la fama. Te prometieron todo lo que podías soñar. El mundo se ponía a tus pies y tú, solo tú, tendrías el poder y la gloria. Te codearías con los más grandes. No habría límites para tu crecimiento. Romperías con el pasado, con tus orígenes y dejarías tu antigua casa de toda la vida para irte a vivir al "Gran Palacio". ¿Recuerdas el primer día que entraste?. ¡Cuánto lujo!. Aún conservo en la memoria tu cara de asombro ante aquella alegoría de ostentación y riqueza. Halagos. Promesas. ¡Mentiras! .
Te acostumbraste al lujo. La vida fácil. Nada se interponía entre tus deseos y tú. Cuántas falsas sonrisas en tus nuevos compañeros de viaje. Pretendías comerte el mundo y sin darte cuenta el mundo, tu nuevo mundo, te devoró. Sin compasión. Sin miramientos.
Una mañana te levantaste y comprobaste que se habían ido. Te cerraron las puertas. Nadie contestó a tus llamadas. Enfermaste. Buscaron a otro para ocupar tu lugar y quedaste moribunda en aquella habitación donde se debatía tu final. Sólo unos pocos mantuvimos la fe y tendimos nuestra mano para ofrecerte el último hálito de fuerza.
Y ya ves. Ahora sana y plena de salud vuelven los vientos del pasado. Los que ansían el poder se atreven a recordarte aquellas noches de falsa gloria y sueños de hojalata. Te seducen otra vez con la fama y el dinero. Te ofrecen subirte nuevamente al pedestal que provocó tu caída más grande. No piensan en ti. Piensan en ellos.
No temas su insistencia y hazles frente. Diles que no. No estarás sola en tu nueva travesía. ¡No te vendes!. Dícelo a la cara. ¡No te vendes!. ¡No!
Tus verdaderos amigos, tus hijos, los que heredamos aquella unión que nació en 1949, nunca nos alejamos de tu lado. No sabes cuántas noches lloramos en silencio por temor a tu partida, a tu definitiva ausencia. Se me parte el alma cuando pienso en el vacío de mi vida sin ti. Aún me duele tu expresión perdida en el horizonte de aquella habitación. Ausente. Hasta tus lágrimas estaban vacías.
Te vendieron la gloria y la fama. Te prometieron todo lo que podías soñar. El mundo se ponía a tus pies y tú, solo tú, tendrías el poder y la gloria. Te codearías con los más grandes. No habría límites para tu crecimiento. Romperías con el pasado, con tus orígenes y dejarías tu antigua casa de toda la vida para irte a vivir al "Gran Palacio". ¿Recuerdas el primer día que entraste?. ¡Cuánto lujo!. Aún conservo en la memoria tu cara de asombro ante aquella alegoría de ostentación y riqueza. Halagos. Promesas. ¡Mentiras! .
Te acostumbraste al lujo. La vida fácil. Nada se interponía entre tus deseos y tú. Cuántas falsas sonrisas en tus nuevos compañeros de viaje. Pretendías comerte el mundo y sin darte cuenta el mundo, tu nuevo mundo, te devoró. Sin compasión. Sin miramientos.
Una mañana te levantaste y comprobaste que se habían ido. Te cerraron las puertas. Nadie contestó a tus llamadas. Enfermaste. Buscaron a otro para ocupar tu lugar y quedaste moribunda en aquella habitación donde se debatía tu final. Sólo unos pocos mantuvimos la fe y tendimos nuestra mano para ofrecerte el último hálito de fuerza.
Y ya ves. Ahora sana y plena de salud vuelven los vientos del pasado. Los que ansían el poder se atreven a recordarte aquellas noches de falsa gloria y sueños de hojalata. Te seducen otra vez con la fama y el dinero. Te ofrecen subirte nuevamente al pedestal que provocó tu caída más grande. No piensan en ti. Piensan en ellos.
No temas su insistencia y hazles frente. Diles que no. No estarás sola en tu nueva travesía. ¡No te vendes!. Dícelo a la cara. ¡No te vendes!. ¡No!