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Tantos años enredado en la red de una portería le sirven a Nacho González para mantener la paciencia cuando no le toca estar a ras del verde. Es el sino de un portero suplente, la eterna y malvada contradicción de no querer que el equipo encaje goles pero su rival por el puesto sí.
Vuelve por segunda vez esta temporada a la titularidad, y no porque el rendimiento de Ángel Pindado esté en duda, sino por un castigo federativo que Nacho González tratará de aprovechar para quedarse bajo el rectángulo que define el fracaso de la gloria en el fútbol.

«Estoy en un buen momento para volver a jugar. Estoy entrenado y preparado para hacerlo bien. El puesto del portero es más complicado que varíe, y más cuando la defensa y Pindado lo están haciendo muy bien tras un inicio de temporada con muchas dudas. Quizás note las distancias, como me ocurrió en el partido del Elche, más allá de no hacer grandes paradas y tapadas. No creo que padezca la falta de partidos en los momentos cruciales, lo iré evaluando según me vaya sintiendo durante el partido o camine en el área. Haré todo lo que esté a mi alcance, lo voy a dejar todo para ayudar a Las Palmas».

González trata de dar explicación a su ostracismo en el once titular desde que Juanito se hizo cargo del equipo tras la disputa de la sexta jornada de la competición, afirmando al tiempo que va a intentar que su titularidad ante el Murcia no sea efímera, un hecho puntual. «La afición está convencida de lo que le puedo dar, pues me conoce de la etapa anterior. El comienzo del campeonato fue difícil: el equipo no arrancó bien y, en lo personal, tampoco estuve afortunado. Esto se unió con una lesión y el cambio de entrenador. Juanito conocía más a Pindado y ahora, tras unos meses de entrenamientos, ya sabe lo que le puedo dar al equipo. En este partido tengo que hacerlo bien y mantener el nivel porque hay mucha competencia, hay gente detrás que también está luchando por el puesto», señaló el arquero argentino, quien reconoce haberlo pasado mal tantos meses en el banquillo.

«He tratado de vivirlo lo mejor posible, evitando cabrearme ni asistir fastidioso a los entrenamientos, pues eso no iba a cambiar las cosas. Es difícil, pero siempre he trabajado con la mentalidad positiva. Cuando uno no tiene las cosas las extraña y, como no sé cuantos años de fútbol me quedan aún, he pensado en los buenos momentos que he vivido aquí y de mi familia y amigos que me apoyan. Es evidente que, como esta semana tengo más opciones de jugar, la estoy disfrutando más», dijo el meta.