Así de duro, así de real....
Publicado: Dom Jun 06, 2004 4:20 pm
Marca.com
DESAPERECE DEL FÚTBOL PROFESIONAL DOCE AÑOS DESPUÉS
Las Palmas desciende a Segunda B
La UD Las Palmas, una vez consumado su descenso a Segunda B de fútbol, desaparece del escaparate profesional doce años después de su última caída a la categoría de bronce, y además agudiza sus posibilidades de supervivencia como Sociedad Anónima Deportiva al acumular una deuda cercana a los 60 millones de euros. La derrota del equipo grancanario frente al Polideportivo Ejido (1-0), junto al triunfo edel Leganés ante el Algeciras (3-2), consuma el descenso matemático de los amarillos a falta de dos jornadas del campeonato liguero.
Como sucedió a la conclusión de la temporada 1991-92, el representativo grancanario se ve condenado, por deméritos propios, a militar en el tercer escalón del balompié nacional, toda una afrenta para una entidad con más de treinta campañas en la elite y con un sub-campeonato de Liga, otro de Copa y varias participaciones en la Copa de la UEFA como logros más brillantes.
Este retroceso guarda numerosas similitudes con el precedente que se dio a principios de los noventa; los constantes relevos en el banquillo han condicionado la trayectoria deportiva, la inestabilidad institucional restó crédito de cara a la afición y el desacierto en las incorporaciones y el desfile de futbolistas de escaso nivel acentuó la crisis.
Miguel Angel Brindisi, Germán Dévora, Roque Olsen, Benito Joanet y José Manuel León fueron, hace más de una década, los técnicos utilizados para tratar de enderezar el rumbo de la Unión Deportiva. En esta campaña, Juan Manuel Rodríguez, David Vidal, Henri Stambouli y Tino Luis Cabrera han completado la nómina de entrenadores requeridos para ese mismo fin y con idéntico desenlace.
Gonzalo Medina comenzó al frente del club en aquella infausta temporada y tuvo que ceder el testigo antes de finalizar la competición a una junta de emergencia y, posteriormente, a un grupo directivo liderado por Luis Sicilia. En este curso, inició la Liga Ricardo Ríos como cabeza visible y, tras continuas divergencias con los accionistas mayoritarios, Manuel García Navarro asumió los galones de mano.
Y, prosiguiendo con los paralelismos, la multitud de refuerzos que arribaron a Gran Canaria en aquel descenso y que ofrecieron un rendimiento mediocre encuentran continuidad en esta etapa, en la que la apuesta por la cantera en agosto dio paso a la llegada de jugadores uruguayos, argentinos, bosnios, noruegos, brasileños y finlandeses de discretas prestaciones. A la Unión Deportiva le costó entonces cuatro años salir de la Segunda B, escenario al que ahora regresa sólo dos cursos después de perder su condición de inquilino de la Primera división.
En donde no hay parangón alguno es en el estado catastrófico de las cuentas. El club grancanario bordea los sesenta millones de euros de deuda y está cercado por los acreedores, que taponan cualquier vía de ingresos y acentúan la magnitud de su abismo financiero. El horizonte de la institución está sembrado de incógnitas. A 30 de junio debe salvar la cuantiosa deuda que mantiene con sus futbolistas -requerirá de unos tres millones de euros para ello- y ni siquiera superando ese filtro hay garantías de que pueda cimentarse otro proyecto.
Al margen de todos estos condicionantes, el aficionado contempla con resignación como la temporada que viene, de seguir con vida, Las Palmas se verá las caras con otros equipos del archipiélago canario. Lanzarote y Pájara Playas de Jandía aún luchan por estar en Segunda, mientras que Universidad de Las Palmas, Vecindario y el ganador del grupo E de ascenso a Segunda B -lo buscan Castillo, Laguna, Villa de Santa Brígida y Tenisca- esperan al histórico UD Las Palmas, con los que nunca había coincidido.
DESAPERECE DEL FÚTBOL PROFESIONAL DOCE AÑOS DESPUÉS
Las Palmas desciende a Segunda B
La UD Las Palmas, una vez consumado su descenso a Segunda B de fútbol, desaparece del escaparate profesional doce años después de su última caída a la categoría de bronce, y además agudiza sus posibilidades de supervivencia como Sociedad Anónima Deportiva al acumular una deuda cercana a los 60 millones de euros. La derrota del equipo grancanario frente al Polideportivo Ejido (1-0), junto al triunfo edel Leganés ante el Algeciras (3-2), consuma el descenso matemático de los amarillos a falta de dos jornadas del campeonato liguero.
Como sucedió a la conclusión de la temporada 1991-92, el representativo grancanario se ve condenado, por deméritos propios, a militar en el tercer escalón del balompié nacional, toda una afrenta para una entidad con más de treinta campañas en la elite y con un sub-campeonato de Liga, otro de Copa y varias participaciones en la Copa de la UEFA como logros más brillantes.
Este retroceso guarda numerosas similitudes con el precedente que se dio a principios de los noventa; los constantes relevos en el banquillo han condicionado la trayectoria deportiva, la inestabilidad institucional restó crédito de cara a la afición y el desacierto en las incorporaciones y el desfile de futbolistas de escaso nivel acentuó la crisis.
Miguel Angel Brindisi, Germán Dévora, Roque Olsen, Benito Joanet y José Manuel León fueron, hace más de una década, los técnicos utilizados para tratar de enderezar el rumbo de la Unión Deportiva. En esta campaña, Juan Manuel Rodríguez, David Vidal, Henri Stambouli y Tino Luis Cabrera han completado la nómina de entrenadores requeridos para ese mismo fin y con idéntico desenlace.
Gonzalo Medina comenzó al frente del club en aquella infausta temporada y tuvo que ceder el testigo antes de finalizar la competición a una junta de emergencia y, posteriormente, a un grupo directivo liderado por Luis Sicilia. En este curso, inició la Liga Ricardo Ríos como cabeza visible y, tras continuas divergencias con los accionistas mayoritarios, Manuel García Navarro asumió los galones de mano.
Y, prosiguiendo con los paralelismos, la multitud de refuerzos que arribaron a Gran Canaria en aquel descenso y que ofrecieron un rendimiento mediocre encuentran continuidad en esta etapa, en la que la apuesta por la cantera en agosto dio paso a la llegada de jugadores uruguayos, argentinos, bosnios, noruegos, brasileños y finlandeses de discretas prestaciones. A la Unión Deportiva le costó entonces cuatro años salir de la Segunda B, escenario al que ahora regresa sólo dos cursos después de perder su condición de inquilino de la Primera división.
En donde no hay parangón alguno es en el estado catastrófico de las cuentas. El club grancanario bordea los sesenta millones de euros de deuda y está cercado por los acreedores, que taponan cualquier vía de ingresos y acentúan la magnitud de su abismo financiero. El horizonte de la institución está sembrado de incógnitas. A 30 de junio debe salvar la cuantiosa deuda que mantiene con sus futbolistas -requerirá de unos tres millones de euros para ello- y ni siquiera superando ese filtro hay garantías de que pueda cimentarse otro proyecto.
Al margen de todos estos condicionantes, el aficionado contempla con resignación como la temporada que viene, de seguir con vida, Las Palmas se verá las caras con otros equipos del archipiélago canario. Lanzarote y Pájara Playas de Jandía aún luchan por estar en Segunda, mientras que Universidad de Las Palmas, Vecindario y el ganador del grupo E de ascenso a Segunda B -lo buscan Castillo, Laguna, Villa de Santa Brígida y Tenisca- esperan al histórico UD Las Palmas, con los que nunca había coincidido.
D: . , me río por no llorar.
