Lo último de lo último...lo que hay que ver...
Publicado: Vie Ago 27, 2004 1:43 am
Ahora se le han revirado las peñas amarillas, las de la UD. Sus miembros, ya saben, están convencidos de que Soria quiere destruir a la UD y de que utiliza al Universidad de instrumento para borrar, de un plumazo y de la peor manera, cincuenta y cinco años de historia deportiva y de la ciudad. Algo doloroso para cuantos, de mi generación hacia acá y hasta no hace tanto, tuvieron en la organización de filiales casi la única oportunidad de hacer deporte.
Por eso le han lanzado las peñas el guante: han pedido a los aficionados que no acudan el domingo al Estadio de Gran Canaria, a ver el Universidad-UD, en que el primero hace de local; que se concentren en el Insular donde pretenden instalar una pantalla gigante para seguir la transmisión del partido por TVC. Una iniciativa que tiene tela pues, según los conocedores, no es imposible sino muy probable que vaya más gente a Ciudad Jardín que a Siete Palmas. Un feo a Soria de las peñas que tendría repercusiones informativas en el Archipiélago y fuera de él porque se trataría, sin duda, de un hecho que le chamuscaría malamente las plumas de líder invicto y presunto convicto. Papelón, oye, como no se eche el PP por los caminos de la ínsula a regalar entradas para conseguir un aforo decente.
La reacción del Cabildo al desafío de las peñas no se hizo esperar. Reverdeció la advertencia de la ruina inminente del viejo recinto. Una inminencia tan inminente que viene de 1999 y que no impidió al propio Cabildo, hace poco más de un mes, solicitar a la UD que permitiera la celebración allí, en el Insular, de un concierto musical del grupo Estopa, que reunió a 6.000 espectadores.
Raro, raro, raro, sí que es. No puede extrañarse Soria de que haya gente mosqueada con lo de que el Insular es una ruina. Salvo que se admita la irresponsabilidad de la corporación al permitir nuevas afluencias multitudinarias. Aunque le reconozco cierta ausencia de rencor ya que, si permitió que se pusieran en grave riesgo las 6.000 personas que fueron a lo de Estopa, se esfuerza ahora por preservar la seguridad física de los que tienen previsto acudir el domingo al Insular en son de protesta contra él por el acoso institucional a la UD que le atribuyen las peñas, lo que podría convertirse el domingo en noticia deportiva nacional.
Bajo este asunto laten otras cosas, claro está. Líbreme Dios de enmendarles la plana a los técnicos que consideran ruinoso el Insular. Pero lo cierto es que la actitud cabildicia es lo bastante equívoca para dar pie a la sospecha. Como la de que, al ser el Insular edificio protegido, ha de recurrirse al expediente de ruina para poder derribarlo y construir el anunciado parque urbano con equipamientos comerciales. Sin que se sepa aún qué prevalecerá, si lo comercial o el parque. O todo lo contrario.
El asunto tiene su miga pero me quedaré con la idea de que Soria se ha metido solito en una enredina de aquí te espero por su mala cabeza. Para miles de aficionados es más peligroso para la supervivencia del club amarillo que la impotencia de marcar goles y deberle perras a todo el mundo. Mundial, por supuesto.
Cabe la posibilidad que, a última hora, las peñas desistan de hacerle la puñeta. Pero no hay duda que no está mal la cosa como comienzo de temporada futbolística y la otra.
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Por eso le han lanzado las peñas el guante: han pedido a los aficionados que no acudan el domingo al Estadio de Gran Canaria, a ver el Universidad-UD, en que el primero hace de local; que se concentren en el Insular donde pretenden instalar una pantalla gigante para seguir la transmisión del partido por TVC. Una iniciativa que tiene tela pues, según los conocedores, no es imposible sino muy probable que vaya más gente a Ciudad Jardín que a Siete Palmas. Un feo a Soria de las peñas que tendría repercusiones informativas en el Archipiélago y fuera de él porque se trataría, sin duda, de un hecho que le chamuscaría malamente las plumas de líder invicto y presunto convicto. Papelón, oye, como no se eche el PP por los caminos de la ínsula a regalar entradas para conseguir un aforo decente.
La reacción del Cabildo al desafío de las peñas no se hizo esperar. Reverdeció la advertencia de la ruina inminente del viejo recinto. Una inminencia tan inminente que viene de 1999 y que no impidió al propio Cabildo, hace poco más de un mes, solicitar a la UD que permitiera la celebración allí, en el Insular, de un concierto musical del grupo Estopa, que reunió a 6.000 espectadores.
Raro, raro, raro, sí que es. No puede extrañarse Soria de que haya gente mosqueada con lo de que el Insular es una ruina. Salvo que se admita la irresponsabilidad de la corporación al permitir nuevas afluencias multitudinarias. Aunque le reconozco cierta ausencia de rencor ya que, si permitió que se pusieran en grave riesgo las 6.000 personas que fueron a lo de Estopa, se esfuerza ahora por preservar la seguridad física de los que tienen previsto acudir el domingo al Insular en son de protesta contra él por el acoso institucional a la UD que le atribuyen las peñas, lo que podría convertirse el domingo en noticia deportiva nacional.
Bajo este asunto laten otras cosas, claro está. Líbreme Dios de enmendarles la plana a los técnicos que consideran ruinoso el Insular. Pero lo cierto es que la actitud cabildicia es lo bastante equívoca para dar pie a la sospecha. Como la de que, al ser el Insular edificio protegido, ha de recurrirse al expediente de ruina para poder derribarlo y construir el anunciado parque urbano con equipamientos comerciales. Sin que se sepa aún qué prevalecerá, si lo comercial o el parque. O todo lo contrario.
El asunto tiene su miga pero me quedaré con la idea de que Soria se ha metido solito en una enredina de aquí te espero por su mala cabeza. Para miles de aficionados es más peligroso para la supervivencia del club amarillo que la impotencia de marcar goles y deberle perras a todo el mundo. Mundial, por supuesto.
Cabe la posibilidad que, a última hora, las peñas desistan de hacerle la puñeta. Pero no hay duda que no está mal la cosa como comienzo de temporada futbolística y la otra.
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Pss, más quisiera el...Cabe la posibilidad que, a última hora, las peñas desistan de hacerle la puñeta.