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La cantera sin juergas (La Provincia/DLP)

Publicado: Dom Ago 29, 2010 12:15 pm
por Tamarán
Es justo también sacar las noticias positivas de la cantera y sacar a la luz la ilusión de un puñado de chiquillos que viven y sueñan cada día con ser profesionales y jugar vistiendo de amarillo en el primer equipo de Canarias.

http://www.laprovincia.es/fin-semana/20 ... /8264.html
La cantera sin juergas

Jóvenes de entre 14 y 21 años conviven en la residencia de la UD

Eva Pérez

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Hay niños que nacen con el fútbol en las piernas y con la sombra del esférico pisándole los talones. A algunos se les pasa, a otros les persigue el embrujo de la portería para siempre. El talento es la simiente, el trabajo el rocío constante y sereno que la hace germinar. Por eso cuando se habla de cantera el futuro se enciende como un faro paciente. La 'Casa Amarilla', la residencia de la Unión Deportiva para canteranos, es uno de esos lugares donde se sueña despierto. Los quince jóvenes que viven en su seno tienen el mismo objetivo marcado a fuego: ser jugadores profesionales de fútbol y vestirse de amarillo con el primer equipo. Saben que sólo con disciplina se puede alcanzar el éxito y han sido testigos de cómo un desliz puede costar demasiado caro. Sus compañeros en el primer equipo, Vitolo, Jonathan Viera y Tyrone, se han encargado de demostrarles cómo se aprende de los errores. La lección les ha servido a todos. Ahora toca hablar de fútbol.

La entidad amarilla abrió las puertas de esta residencia en mayo del año pasado con siete jóvenes, una familia que ha crecido de cara a la nueva temporada. El color de la fachada se puede adivinar sin grandes elucubraciones, pero es que el amarillo, un color optimista, vital y que no tiene complejos, se cuela en cualquier rincón para recordarles dónde está la meta y cuál es su cometido. También se encargan de ello mensajes en las paredes. Valgan como ejemplos: "El deporte forja personas para la vida" o "El juego limpio dignifica, el sucio degrada". Parece que no, pero encontrarse todos los días con ellos de camino al desayuno o del baño a la cama -aunque sea en duermevela- sirve de algo más que de adorno.

Ésta es una familia amplia y diversa, donde las edades oscilan entre los 14 años de Benito Ramírez, de La Aldea, el benjamín del grupo; y los 21 de Dereck Gómez, de La Palma. También de La Aldea llegan a la Casa Amarilla Nauzet Reyes, Dylan Medina y Agoney Godoy. Desde La Gomera lo hacen Diego Hernández y Adolfo Arteaga. Nicolás González. Deni Díaz y Raúl Saavedra son el ejemplo del fútbol majorero, mientras que Ángel Trujillo y Levi Hernández vienen desde Tenerife para vestir de amarillo. Completan el cuadro dos promesas de Senegal: Saliú Sock y Mousa Ndiaye, que llegaron hasta esta orilla buscando un futuro mejor y encontraron en la pelota el mejor refugio para mantenerse a flote.

LA DISCIPLINA DE LA CASA. Al frente de la nave un nombre imprescindible, el de Manuel Rodríguez, 'Tonono', director de formación y captación de la Unión Deportiva Las Palmas. "Para llevar a cabo un proyecto de cantera es fundamental invertir en infraestructuras", insiste. La casa amarilla ha sido un logro importante en esa lucha para que la cantera se convierta en apuesta de futuro. Un proyecto a largo plazo que requiere de un trabajo concienzudo y paciente. Antes de llegar a esta casa los jóvenes han sido observados minuciosamente y han pasado por un proceso de selección exigente. Aquí sólo hay cabida para los mejores.

No sólo tienen que ser los mejores con el balón, sino que se les exige además una ardua disciplina en la que los estudios son imprescindibles. Es una norma ineludible para formar parte de este proyecto tener formación académica. Una lucha constante de Tonono con los canteranos en la que les va ganando la batalla. Jóvenes que no estaban escolarizados pasan a estarlo automáticamente desde que pisan esta casa y los que habían abandonado sus estudios los retoman. Porque para jugar al fútbol hacen falta pies y cabeza. "Es importante que adquieran un nivel cultural que les haga sentirse seguros", apunta Tonono. Muchos de ellos completan la secundaria en el instituto, otros terminan el bachillerato o estudian formación profesional, pero los libros forman parte de su equipaje. El centro de estudios a distancia Félix Parrilla, que tienen un convenio con el Club, les permite flexibilizar horarios a la hora de combinarlos con los entrenamientos.

Una vez asumido el primer condicionante, para formar parte de este equipo hay que cumplir unas normas de convivencia que ya quisieran para sí muchas familias con adolescentes. Aquí cada uno hace su cama, dobla su ropa y lleva su plato al fregadero. Nadie se levanta más tarde de las 9.00 -aunque las clases sean por la tarde- y a las 23.30 todo el mundo sube a las habitaciones para descansar. Los horarios de las comidas son rigurosos, adaptados a sus dinámicas de estudios y entrenamientos. Incluso los mayores de edad tienen que pedir permiso para salir, porque la disciplina forma parte de su formación. Lo que no está prohibido son los ratos de jarana que llenan una casa donde conviven quince chiquillos. Muchos acaban de llegar este mismo verano y apenas se conocen, pero la atmósfera que se respira es envidiable. Parece que compartir el mismo sueño les une, sin más reparos.

María Cruz y Gema Pérez compensan el alto índice de testosterona que flota en el ambiente. Con mano izquierda y dulzura se encargan de que todo funcione en esta casa. El olor a comida casera a las dos de la tarde es culpa de María, madre de tres hijos, que ha tenido que asumir la maternidad de quince galletones más. "Al final acabas llorando cuando se te marchan", reconoce. La alimentación de los jóvenes está supervisada por el equipo médico del equipo filial de la Unión Deportiva, pero la que se encarga de que no quede una miga en los platos es ella, que rehoga sus recetas con un buen chorrito de mimo. Gema Pérez les ayuda con los estudios y supervisa sus progresos académicos. Otra de sus labores: escuchar. Es importante que los chicos se sientan como en casa. Nunca duermen solos y siempre hay alguien pendiente de que todo esté en orden. Ante cualquier problema está Tonono, al pie del cañón y pendiente hasta el mínimo detalle de lo que ocurre entre estas paredes. La cantera ha sido siempre su obsesión. Lleva medias vida proyectando el futuro en las botas de los más jóvenes y conoce por su nombre a cada uno de los 240 canteranos que juegan en los once equipos filiales de la UD -un equipo benjamín, dos infantiles, dos cadetes, tres juveniles y Las Palmas Atlético-.

Cada caso es diferente, pero algunos de estos jóvenes proceden de familias muy humildes para las que representa una oportunidad de oro que sus hijos formen parte de la cantera. Ellos lo saben y asumen la responsabilidad con toda la madurez que les permite su corta existencia.

LA CANTERA HABLA. Los quince jóvenes que viven en la casa amarilla saben que para llegar a lo más alto en el fútbol profesional hay que estar dispuesto a renunciar a algunas cosas. "Yo vine aquí para jugar al fútbol". Dereck Gómez, el veterano del grupo, lo tiene claro. "No es fácil entrar aquí. Yo he trabajado desde siempre para esto. Tienes que dejar atrás a tu familia, pero es una oportunidad que hay que aprovechar".

Mousa Ndiaye, con una sonrisa permanente que ilumina su cara, está "encantado" de vivir en este hogar. Desde que vino al mundo, en Senegal, corre detrás de una pelota. El fútbol es una de sus esperanzas. También la de su familia, porque a veces el destino se acuerda de echarle una mano a los más débiles.

Cumplir con la disciplina es imprescindible para llegar lejos. Lo saben, aunque eso les impida hacer muchas de las cosas que hacen los chicos de su edad. Adolfo Arteaga juega en Las Palmas Atlético y tiene 19 años. Lo que peor lleva es no poder pisar la playa -salvo permisos especiales está prohibido porque relaja la musculatura-. Tampoco sale por las noches, porque sus entrenamientos y partidos no se lo permiten. El esfuerzo lo resume en una frase: "el fútbol me compensa".

Benito Ramírez, con catorce años y la inocencia asomada en su mirada profunda, está contento de que la Unión Deportiva se halla fijado en él. Los fines de semana suele pasarlos en La Aldea con su familia, pero entre semana lleva una rigurosa dinámica de entrenamientos con el equipo cadete A, que empezará a compaginar con el instituto el próximo septiembre. Otro aldeano, Agoney Godoy, inquieto y menudo, reconoce que éste es "el sueño de cuando chico".

En esta casa la almohada es un balón, las botas se cuentan por docenas y el escudo se convierte en talismán. Se respeta a los mayores y se cuida de los más pequeños, como en una familia. Se vive en equipo, como en el terreno de juego. Por la noche se sueña, como en todas las casa. Sólo que aquí se hace siempre al unísono, y sobre fondo amarillo.

Publicado: Mar Ago 31, 2010 1:11 pm
por Canary
Me lo leí mientras comía en las camelias (o no comía tanto, xq sigo malo de la celebración del triunfo xD), y la verdad es que me emocionó muchísimo. Ojalá algún día no sean solo 10 grancanarios los que jueguen un partido, sino que participen jugadores de las 7 islas, a cada cual mejor que los otros.

Publicado: Mar Ago 31, 2010 2:51 pm
por piocanario
No quiero que se forme ahora la III Guerra Munadial por lo que voy a escribir, pero estas son las cosas que hacen que yo confie en la actual directiva. Que hace cosas para el futuro. Que nos han dado infraestructuras. Como sigamos asi vamos a hacer una especie de "Masia".

Gracias MAR :D

Publicado: Mar Ago 31, 2010 3:39 pm
por amarelo
buen artículo y sobre todo parece respirarse otra dinámica en la prensa hacia la Ud. ¿es impresión mía u alguien mas lo nota?

Publicado: Mar Ago 31, 2010 3:44 pm
por Canary
Algo así veo yo, que nos tratan mejor. Y sí, parece ser que estan tomándose en serio las cosas a largo plazo.