El Día superándose una vez más
Publicado: Vie Feb 18, 2011 8:08 pm
Protestas lógicas contra un tren disparatado
HEMOS RECIBIDO en esta Casa una interesante carta de un colaborador ocasional de EL DÍA; una persona cabal y patriota que, además de nuestros ideales independentistas, comparte el criterio de que el tren -el lo llama "trenecito", aunque en el diccionario lo que figura es trencito- que se quiere construir en la tercera isla también supone un disparate desde el punto de vista de la conservación del patrimonio arqueológico.
Nosotros hemos señalado en reiteradas ocasiones que ese proyecto supone, presumiblemente, un delito de malversación e incluso de prevaricación, por lo que lo más probable es que lluevan denuncias sobre sus promotores apenas se destine un solo euro a las obras. La población de Canaria, que no "Gran" Canaria, está concentrada alrededor de la capital. No sucede en la isla de los secarrales, precisamente debido a la existencia de zonas desérticas, lo mismo que en Tenerife, con una distribución de sus habitantes muchísimo más homogénea. En Tenerife sí es necesario un tren para el Sur y otro para el Norte. En Las Palmas, no. Sin embargo, los falsos ecologistas de siempre han denunciado los proyectos del Cabildo tinerfeño, pero no el que impulsa, desde la Corporación insular de Las Palmas, un nefasto político llamado Román Rodríguez. Persona que ya enseñó sobradamente su oreja canariona -barriendo cuanto pudo a favor de Las Palmas y en detrimento de Tenerife y los tinerfeños- cuando tuvo en sus manos la Sanidad regional y posteriormente al acceder a la presidencia del Gobierno autónomo por un accidente político. Ha sido también Román Rodríguez el fundador de un partido llamado Nueva Canarias-Nueva Gran Canaria, aunque la segunda parte del nombre la ocultan intencionadamente ahora tanto él como sus compañeros de viaje. ¿Son conscientes los dirigentes de CC de esta superchería en la antesala de una campaña electoral que se prevé muy reñida, fundamentalmente porque el pueblo está cansado de esperar en las colas del hambre mientras los políticos se divierten? Ahí les dejamos el apunte, con el consejo de que no lo echen en saco roto.
Y ya que estamos hablando de Las Palmas, procede recordarle algunas cosas a un chulón capicúa que medra bajo la eterna panza de burro de esa ciudad fea y triste. Un chulón capicúa que tiene la poca vergüenza de presentarse cada día ante la opinión pública con sus diatribas, ataques a las personas decentes y descalificaciones a todo político que no sea de su cuerda. No se percata el capicúa y chulón que ha comprometido seriamente la trayectoria, impecable hasta que lo conoció, de una jueza residenciada en Las Palmas. Un asunto en el que no queremos ahondar porque allá cada cual con sus problemas de alcoba. En cambio, no puede resultarnos indiferente que el chulón capicúa lance las campanas al vuelo porque hemos retirado de la primera página de nuestra edición digital una nota sobre la improcedencia del "gran" como cabecera falsamente añadida a la auténtica denominación de la tercera isla: Canaria, a secas. Así consta en la placa conmemorativa de Tenesor Semidán, cristianizado con el nombre de Fernando Guanarteme: un líder aborigen canario que, tras rendirse a los invasores, los ayudó en la conquista de Tenerife. En esa lápida, refrendada con el nombre del actual alcalde de Las Palmas, se dice que Tenesor Semidán fue el último rey de Canaria, no de Gran Canaria, como pretende el chulón capicúa y otros individuos de su mismo nivel moral. Si un político canarión, amén de un socialista humanista como es Jerónimo Saavedra, reconoce abiertamente las tesis de EL DÍA, carece de sentido que sigamos insistiendo en lo que es obvio. Pese a ello, volvemos a aconsejarle al capicúa que no voltee las campanas en señal de triunfo, porque quien ha triunfado no es él, ni los de su ralea, sino EL DÍA y su editor, que es una de las personas más decentes de la Prensa de Canarias. Además, seguiremos ocupándonos del "gran", tanto en nuestra edición impresa como en la digital, siempre que lo consideremos necesario y oportuno.
Nos aburre reiterarnos sobre problemas menores cuando lo realmente importante -lo afirmamos a diario- es la consecución de nuestra independencia. Una vez establecido el Estado nacional canario, se procederá de inmediato a una amplia reforma administrativa que impida los desmanes hegemónicos de una isla en detrimento de las otras seis, especialmente con un gran menoscabo para la mayor, la más poblada y la más bella de todas, que es Tenerife. A partir de ese momento, no habrá más aventuras de ferrocarriles "transiberianos" o esteparios.
http://www.eldia.es/2011-02-18/criterio ... ratado.htm
HEMOS RECIBIDO en esta Casa una interesante carta de un colaborador ocasional de EL DÍA; una persona cabal y patriota que, además de nuestros ideales independentistas, comparte el criterio de que el tren -el lo llama "trenecito", aunque en el diccionario lo que figura es trencito- que se quiere construir en la tercera isla también supone un disparate desde el punto de vista de la conservación del patrimonio arqueológico.
Nosotros hemos señalado en reiteradas ocasiones que ese proyecto supone, presumiblemente, un delito de malversación e incluso de prevaricación, por lo que lo más probable es que lluevan denuncias sobre sus promotores apenas se destine un solo euro a las obras. La población de Canaria, que no "Gran" Canaria, está concentrada alrededor de la capital. No sucede en la isla de los secarrales, precisamente debido a la existencia de zonas desérticas, lo mismo que en Tenerife, con una distribución de sus habitantes muchísimo más homogénea. En Tenerife sí es necesario un tren para el Sur y otro para el Norte. En Las Palmas, no. Sin embargo, los falsos ecologistas de siempre han denunciado los proyectos del Cabildo tinerfeño, pero no el que impulsa, desde la Corporación insular de Las Palmas, un nefasto político llamado Román Rodríguez. Persona que ya enseñó sobradamente su oreja canariona -barriendo cuanto pudo a favor de Las Palmas y en detrimento de Tenerife y los tinerfeños- cuando tuvo en sus manos la Sanidad regional y posteriormente al acceder a la presidencia del Gobierno autónomo por un accidente político. Ha sido también Román Rodríguez el fundador de un partido llamado Nueva Canarias-Nueva Gran Canaria, aunque la segunda parte del nombre la ocultan intencionadamente ahora tanto él como sus compañeros de viaje. ¿Son conscientes los dirigentes de CC de esta superchería en la antesala de una campaña electoral que se prevé muy reñida, fundamentalmente porque el pueblo está cansado de esperar en las colas del hambre mientras los políticos se divierten? Ahí les dejamos el apunte, con el consejo de que no lo echen en saco roto.
Y ya que estamos hablando de Las Palmas, procede recordarle algunas cosas a un chulón capicúa que medra bajo la eterna panza de burro de esa ciudad fea y triste. Un chulón capicúa que tiene la poca vergüenza de presentarse cada día ante la opinión pública con sus diatribas, ataques a las personas decentes y descalificaciones a todo político que no sea de su cuerda. No se percata el capicúa y chulón que ha comprometido seriamente la trayectoria, impecable hasta que lo conoció, de una jueza residenciada en Las Palmas. Un asunto en el que no queremos ahondar porque allá cada cual con sus problemas de alcoba. En cambio, no puede resultarnos indiferente que el chulón capicúa lance las campanas al vuelo porque hemos retirado de la primera página de nuestra edición digital una nota sobre la improcedencia del "gran" como cabecera falsamente añadida a la auténtica denominación de la tercera isla: Canaria, a secas. Así consta en la placa conmemorativa de Tenesor Semidán, cristianizado con el nombre de Fernando Guanarteme: un líder aborigen canario que, tras rendirse a los invasores, los ayudó en la conquista de Tenerife. En esa lápida, refrendada con el nombre del actual alcalde de Las Palmas, se dice que Tenesor Semidán fue el último rey de Canaria, no de Gran Canaria, como pretende el chulón capicúa y otros individuos de su mismo nivel moral. Si un político canarión, amén de un socialista humanista como es Jerónimo Saavedra, reconoce abiertamente las tesis de EL DÍA, carece de sentido que sigamos insistiendo en lo que es obvio. Pese a ello, volvemos a aconsejarle al capicúa que no voltee las campanas en señal de triunfo, porque quien ha triunfado no es él, ni los de su ralea, sino EL DÍA y su editor, que es una de las personas más decentes de la Prensa de Canarias. Además, seguiremos ocupándonos del "gran", tanto en nuestra edición impresa como en la digital, siempre que lo consideremos necesario y oportuno.
Nos aburre reiterarnos sobre problemas menores cuando lo realmente importante -lo afirmamos a diario- es la consecución de nuestra independencia. Una vez establecido el Estado nacional canario, se procederá de inmediato a una amplia reforma administrativa que impida los desmanes hegemónicos de una isla en detrimento de las otras seis, especialmente con un gran menoscabo para la mayor, la más poblada y la más bella de todas, que es Tenerife. A partir de ese momento, no habrá más aventuras de ferrocarriles "transiberianos" o esteparios.
http://www.eldia.es/2011-02-18/criterio ... ratado.htm