CHAPÓ para Carlos Roy por su artículo
Publicado: Jue Dic 23, 2004 1:48 am
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MATERIA PRIMA
Cobo y el Zeñorito
Creo que a nadie nos encajaba mucho la cosa. Durante los últimos meses el Zeñorito se ha estado apuntando a bruto con objeto de lapidar a la Unión Deportiva y enterrarla aún antes de rematarla. ¿Y ahora de repente un trasplante de órganos que le salve la vida? No, allí había gato encerrado.
Por la cosa de acertar, uno tiende siempre a pensar mal, y más tratándose de uno de sus clásicos, a los que se conoce al dedillo porque a la fuerza ahorcan. Como mucho admití que el Zeñorito se había podido embarcar en una operación de cirugía estética, de mercadotecnia política, electoralista; al fin y al cabo, por mucho ruido que arme, este cristiano lleva toda una legislatura sin dar pie con bola mientras contempla cómo le hacen besar la lona en cada fregado político, judicial o especulativo en que se embarca, y no son pocos. A lo mejor es que se había cansado de perder. De hecho no soy sólo yo quien le tiene por un fracasado de la vida, sino incluso algunos de sus colaboradores, que van poniéndole a caer de un burro (eso sí, a sus espaldas) diciendo que no hay quien le aguante y así no van a ningún sitio. Si de repente consigue aparecer ante la masa electoral como el salvador de un ente social en el que se reflejan los sentimientos positivos del grancanarismo, de algo le servirá, digo yo.
A lo mejor esa es la fórmula que habían pergeñado para empezar a enderezar esas cuentas de la lechera internas que se manejan los estadísticos del pepé que hablan de cierto sostenimiento, aún con importantes mermas, de Luzardo en el Ayuntamiento (que si se piensa manda carajo) y un derrumbe estrepitoso y vergonzante del Zeñorito en el Cabildo. Pues sólo le faltaba eso para que se le disparara la bilirrubina, que la alcaldesa, a la que en el fondo siempre ha tenido como un trozo de carne con ojos a sus pies, también le supere y adelante electoralmente. Así las cosas, se podía entender un desvío de fondos públicos mediante cualquier triquiñuela legal para cultivar su maltrecha imagen de líder carismático, tan apolillada, tan zarandeada por la realidad. Si con ello conseguía salvar al equipo, bueno, lo comido por lo servido.
Pues no. Ni aún así. A este prójimo le cuesta más trabajo apearse del burro que operarse de una hernia con un tenedor de postre. Esa arrogancia es la que le mantiene envarado, es su gasolina, que al mismo tiempo le impide darse cuenta de los errores cometidos aunque no sea más que para no volver a cometerlos: el Zeñorito tiene enfilada a la Unión Deportiva y se la ha de cargar aunque sea la última cosa que haga. Si a eso se le suma la influencia social que está adquiriendo el juez Cobo Plana, a quien la ciudadanía reconoce y agradece los esfuerzos realizados para salvar al club, la cosa ya no tiene vuelta de hoja: cepillándose a uno se cepilla al otro y se quita de encima a alguien más popular que él.
Esta legislatura va a ser muy, pero que muy larga. El futuro que nos aguarda va a pasar por desactivar con toda la paciencia del mundo las minas que éste y otros personajes semejantes van esparciendo a su paso. Sólo hay que tener en cuenta lo que llevamos encima y eso que aún no hemos cruzado ni tan siquiera el ecuador.
Paciencia.
MATERIA PRIMA
Cobo y el Zeñorito
Creo que a nadie nos encajaba mucho la cosa. Durante los últimos meses el Zeñorito se ha estado apuntando a bruto con objeto de lapidar a la Unión Deportiva y enterrarla aún antes de rematarla. ¿Y ahora de repente un trasplante de órganos que le salve la vida? No, allí había gato encerrado.
Por la cosa de acertar, uno tiende siempre a pensar mal, y más tratándose de uno de sus clásicos, a los que se conoce al dedillo porque a la fuerza ahorcan. Como mucho admití que el Zeñorito se había podido embarcar en una operación de cirugía estética, de mercadotecnia política, electoralista; al fin y al cabo, por mucho ruido que arme, este cristiano lleva toda una legislatura sin dar pie con bola mientras contempla cómo le hacen besar la lona en cada fregado político, judicial o especulativo en que se embarca, y no son pocos. A lo mejor es que se había cansado de perder. De hecho no soy sólo yo quien le tiene por un fracasado de la vida, sino incluso algunos de sus colaboradores, que van poniéndole a caer de un burro (eso sí, a sus espaldas) diciendo que no hay quien le aguante y así no van a ningún sitio. Si de repente consigue aparecer ante la masa electoral como el salvador de un ente social en el que se reflejan los sentimientos positivos del grancanarismo, de algo le servirá, digo yo.
A lo mejor esa es la fórmula que habían pergeñado para empezar a enderezar esas cuentas de la lechera internas que se manejan los estadísticos del pepé que hablan de cierto sostenimiento, aún con importantes mermas, de Luzardo en el Ayuntamiento (que si se piensa manda carajo) y un derrumbe estrepitoso y vergonzante del Zeñorito en el Cabildo. Pues sólo le faltaba eso para que se le disparara la bilirrubina, que la alcaldesa, a la que en el fondo siempre ha tenido como un trozo de carne con ojos a sus pies, también le supere y adelante electoralmente. Así las cosas, se podía entender un desvío de fondos públicos mediante cualquier triquiñuela legal para cultivar su maltrecha imagen de líder carismático, tan apolillada, tan zarandeada por la realidad. Si con ello conseguía salvar al equipo, bueno, lo comido por lo servido.
Pues no. Ni aún así. A este prójimo le cuesta más trabajo apearse del burro que operarse de una hernia con un tenedor de postre. Esa arrogancia es la que le mantiene envarado, es su gasolina, que al mismo tiempo le impide darse cuenta de los errores cometidos aunque no sea más que para no volver a cometerlos: el Zeñorito tiene enfilada a la Unión Deportiva y se la ha de cargar aunque sea la última cosa que haga. Si a eso se le suma la influencia social que está adquiriendo el juez Cobo Plana, a quien la ciudadanía reconoce y agradece los esfuerzos realizados para salvar al club, la cosa ya no tiene vuelta de hoja: cepillándose a uno se cepilla al otro y se quita de encima a alguien más popular que él.
Esta legislatura va a ser muy, pero que muy larga. El futuro que nos aguarda va a pasar por desactivar con toda la paciencia del mundo las minas que éste y otros personajes semejantes van esparciendo a su paso. Sólo hay que tener en cuenta lo que llevamos encima y eso que aún no hemos cruzado ni tan siquiera el ecuador.
Paciencia.
