El 25 de diciembre de 1944 la esposa de Eufemiano Fuentes realizó
el primer saque de honor en el estadio, levantado sobre un arenal
entre el Puerto y Las Palmas Mañana, especial de 16 páginas
El Estadio Insular cumplió ayer 60 años. Con el cierre del Campo
España, el Pepe Gonçalves sirvió de forma transitoria de escenario
de los grandes acontecimientos futbolísticos de Gran Canaria.
Pero aquella encantadora ciudad que crecía vertiginosamente hasta
alcanzar 150.000 habitantes tras la guerra civil necesitaba un
recinto de envergadura para acoger a la apasionada afición que
se entregaba al fútbol como a ninguna otra cosa. Dividida entre
el Puerto y Las Palmas, aquellas arenas que parecían tierra de
nadie fueron elegidas para levantar lo que acabó convirtiéndose
en santuario del fútbol canario.
En las imágenes de la época no hay ninguna construcción que superara
las tres plantas. Por eso, aquel recinto que el pintor Santiago
Santana confeccionó parecía un coliseo de otra época que tardaría
en llegar.
La llegada del empresario Eufemiano Fuentes a la presidencia
del Marino dio un definitivo impulso al proyecto. Hasta ese momento
era el Real Club Victoria el hegemónico y el Pepe Gonçalves el
estadio construido por los blanquinegros, perteneciente a la
Junta de Obras del Puerto.
A las doce del mediodía del 25 de diciembre de 1944 se bendijo
el estadio Las Palmas. A las cuatro de la tarde, Antonia Naranjo,
esposa de Eufemiano Fuentes, realizó el primer saque de honor
del recinto, previo al partido que disputaría la selección de
Las Palmas contra la del Puerto, con victoria por 2-1 de los
primeros.
Mañana publicará este periódico un suplemento especial de 16
páginas en el que se esbozan estos 60 años.
Este aniversario será el último. El Insular no vivirá otras navidades.
