El mejor fichaje n es ni Thievy, Tato, Lobera... sino...
Publicado: Lun Mar 25, 2013 10:37 am
El secreto de la isla

Jeison Murillo abrió el camino ante el Racing. | Efe
La contratación de un grupo de psicólogos, realizada con sigilo en el club, se asocia con el cambio positivo en la trayectoria del equipo
Jesús Garrido |
Actualizado lunes 25/03/2013 10:27 horas
Nadie en la isla de Gran Canaria podía imaginar que un partido de Copa del Rey podía marcar el devenir de la Unión Deportiva Las Palmas. Para un equipo en Segunda División, el torneo del KO suele ser más un incordio durante el transcurso de una Liga que una auténtica motivación, mucho menos un objetivo real a corto plazo. En todo caso, cuando la Copa llega a un estadio de la División de Plata, la ilusión reside, siempre en teoría, más en la afición, que espera que sus jugadores puedan ir superando rondas para poder ver en su ciudad a alguno de los clubes grandes de Primera.
Aquel partido contra el Racing de Santander en el estadio de Gran Canaria bien podía suponer el último de Sergio Lobera como entrenador amarillo. Los seguidores canariones coincidían en que las ideas del técnico de La Masía eran positivas: trataba de implementar un fútbol de toque, de asociación y se consideraba que tenía a los jugadores necesarios para ello. Pero por una razón u otra, el estilo de Lobera no estaba funcionando. Hasta aquella fecha copera, Las Palmas acumulaba unos míseros seis puntos en las nueve jornadas disputadas, repartidos en una victoria y tres empates. El resto, cinco derrotas, una de ellas, una manita en Montilivi contra el Girona.
En los días previos al choque contra los cántabros, mediado el mes de octubre de 2012, la directiva de la UD tomó una decisión: consideraba que la plantilla era la adecuada, así como el cuerpo técnico, pero a todos ellos les faltaba un empujón, y para ello contrató los servicios de un equipo de psicólogos, los cuales se encargarían de trabajar sobre la motivación de los jugadores de la primera plantilla de Las Palmas. Más que falta de aptitud, los futbolistas amarillos tenían, según la directiva, falta de actitud, de convicción para afrontar con plenas garantías la competición.
El Racing tuvo la clasificación para los dieciseisavos de final de la Copa en la mano. Un tanto de Hameur Bouzza en el 84 congeló el estadio y dejaba casi fuera a la UD. Pero Momo, uno de los canteranos emigrados y regresados a la madriguera, marcó en el descuento y llevó el partido a la prórroga, donde Murillo y Thievy completaron el pase amarillo.
Primera prueba para el equipo de psicólogos y primer éxito. Pero ¿cuánta culpa tienen de ello? Probablemente muy poca, ya que es imposible que un trabajo de motivación grupal dé resultados de forma tan prematura; harían falta meses para que se vieran los primeros síntomas de mejoría en los aspectos tratados, tal como informa un psicólogo independiente.
Sea como fuere, la Unión Deportiva Las Palmas ya ni recuerda el mal inicio liguero. Parece mentira que la misma afición que seis meses atrás estaba preocupada por regresar al pozo de la Segunda B esté ahora disfrutando de las zonas de privilegio, soñando con objetivos tremendamente ambiciosos, que ni siquiera se paran en la fase de ascenso, sino que ve factible incluso el segundo puesto.
Desde ese partido de Copa del Rey, o desde la entrada de los psicólogos a la disciplina del club, el equipo amarillo ha sumado 12 victorias, seis empates y tan sólo tres derrotas, pasando de ocupar puesto de descenso a asentarse cómodamente en el sexto lugar de la clasificación, que da acceso a los 'playoff'. La pregunta que queda en el aire es por qué la directiva, viendo la buena marcha de su equipo, ha decidido mantener oculto incluso para los medios de comunicación de la isla que los jugadores están trabajando con psicólogos.
http://www.elmundo.es/elmundodeporte/20 ... 03666.html

Jeison Murillo abrió el camino ante el Racing. | Efe
La contratación de un grupo de psicólogos, realizada con sigilo en el club, se asocia con el cambio positivo en la trayectoria del equipo
Jesús Garrido |
Actualizado lunes 25/03/2013 10:27 horas
Nadie en la isla de Gran Canaria podía imaginar que un partido de Copa del Rey podía marcar el devenir de la Unión Deportiva Las Palmas. Para un equipo en Segunda División, el torneo del KO suele ser más un incordio durante el transcurso de una Liga que una auténtica motivación, mucho menos un objetivo real a corto plazo. En todo caso, cuando la Copa llega a un estadio de la División de Plata, la ilusión reside, siempre en teoría, más en la afición, que espera que sus jugadores puedan ir superando rondas para poder ver en su ciudad a alguno de los clubes grandes de Primera.
Aquel partido contra el Racing de Santander en el estadio de Gran Canaria bien podía suponer el último de Sergio Lobera como entrenador amarillo. Los seguidores canariones coincidían en que las ideas del técnico de La Masía eran positivas: trataba de implementar un fútbol de toque, de asociación y se consideraba que tenía a los jugadores necesarios para ello. Pero por una razón u otra, el estilo de Lobera no estaba funcionando. Hasta aquella fecha copera, Las Palmas acumulaba unos míseros seis puntos en las nueve jornadas disputadas, repartidos en una victoria y tres empates. El resto, cinco derrotas, una de ellas, una manita en Montilivi contra el Girona.
En los días previos al choque contra los cántabros, mediado el mes de octubre de 2012, la directiva de la UD tomó una decisión: consideraba que la plantilla era la adecuada, así como el cuerpo técnico, pero a todos ellos les faltaba un empujón, y para ello contrató los servicios de un equipo de psicólogos, los cuales se encargarían de trabajar sobre la motivación de los jugadores de la primera plantilla de Las Palmas. Más que falta de aptitud, los futbolistas amarillos tenían, según la directiva, falta de actitud, de convicción para afrontar con plenas garantías la competición.
El Racing tuvo la clasificación para los dieciseisavos de final de la Copa en la mano. Un tanto de Hameur Bouzza en el 84 congeló el estadio y dejaba casi fuera a la UD. Pero Momo, uno de los canteranos emigrados y regresados a la madriguera, marcó en el descuento y llevó el partido a la prórroga, donde Murillo y Thievy completaron el pase amarillo.
Primera prueba para el equipo de psicólogos y primer éxito. Pero ¿cuánta culpa tienen de ello? Probablemente muy poca, ya que es imposible que un trabajo de motivación grupal dé resultados de forma tan prematura; harían falta meses para que se vieran los primeros síntomas de mejoría en los aspectos tratados, tal como informa un psicólogo independiente.
Sea como fuere, la Unión Deportiva Las Palmas ya ni recuerda el mal inicio liguero. Parece mentira que la misma afición que seis meses atrás estaba preocupada por regresar al pozo de la Segunda B esté ahora disfrutando de las zonas de privilegio, soñando con objetivos tremendamente ambiciosos, que ni siquiera se paran en la fase de ascenso, sino que ve factible incluso el segundo puesto.
Desde ese partido de Copa del Rey, o desde la entrada de los psicólogos a la disciplina del club, el equipo amarillo ha sumado 12 victorias, seis empates y tan sólo tres derrotas, pasando de ocupar puesto de descenso a asentarse cómodamente en el sexto lugar de la clasificación, que da acceso a los 'playoff'. La pregunta que queda en el aire es por qué la directiva, viendo la buena marcha de su equipo, ha decidido mantener oculto incluso para los medios de comunicación de la isla que los jugadores están trabajando con psicólogos.
http://www.elmundo.es/elmundodeporte/20 ... 03666.html