CONTRACRÓNICA | Una de tantas. Como siempre. Como sólo sabe vivir un aficionado de la Unión Deportiva. Con sufrimiento hasta el final. Las Palmas logró rescatar un empate en los minutos finales con un gol de Thievy que sirve como una bombona de oxígeno a una plantilla que se dejó todo sobre el césped del Estadio de Gran Canaria.
Comenzó bien el partido el conjunto insular. El atrevimiento de Vitolo en los primeros minutos estuvo a punto de condecorarse con una asistencia a Momo cuyo disparo fue atajado por Esteban. Sin embargo, en una de esas pájaras características de la defensa canaria, llegó el tempranero gol del Almería que hacía ver todo negro una vez más. Tocaba remontar, algo que esta temporada nunca se nos ha dado nada bien.
Pero Las Palmas lo intentó. Tiró de coraje y orgullo pero sin premio en la primera mitad. Algo precipitados en los últimos metros, los hombres de la vanguardia amarilla no eran capaces de triangular en las inmediaciones del área rival y los errores se sucedían en tres cuartos de campo. Además, el equipo estaba partido en el centro del campo con un Vicente Gómez prácticamente incrustado entre centrales y un Nauzet Alemán actuando como mediapunta. Faltaba una referencia en la medular.
Lobera se dio cuenta del agujero existente en la zona medular de la Unión Deportiva y realizó un doble cambio. La entrada de Hernán al terreno de juego liberó a Vicente de las tareas defensivas y desplazó a Nauzet hacia su banda natural. También fue importante la incorporación de Javi Guerrero que, sustituyendo a un gris Tato, colaboró en las tareas de creación actuando como nexo entre el medio del campo y esa isla en ataque que es Thievy.
A partir de entonces, con la UD Almería defendiendo el resultado y especulando con el tiempo, Las Palmas se hizo con el dominio del partido y comenzaron a llegar las ocasiones. Las acometidas de los canarios sobre el área de Esteban se producían cada vez en un menor margen de tiempo y la afición, incansable durante los noventa minutos desde la grada, se volcó con el equipo hasta el final.
Entonces llegó el gol. Un tanto que tenía que llegar porque Las Palmas lo estaba mereciendo. En los minutos finales y con cada aficionando sosteniendo su corazón en un puño. Sufriendo como siempre. El gol de Thievy era la recompensa merecida a tanto esfuerzo demostrado pos los jugadores sobre el verde pero, sobre todo, por la afición que acudió al recinto de Siete Palmas varias horas antes del encuentro dejándose la voz para animar a los suyos.
Ya en los minutos finales la sombra de la incertidumbre se excedió con los incondicionales que se dieron cita en el Gran Canaria. La aparatosa caída de Hernán y la entrada de los servicios médicos hicieron temer lo peor. Finalmente, parece que el futbolista se encuentra estable y que la cosa no reviste gravedad pero la imagen de angustia y sufrimiento no daba tregua a una afición ya alarmada.
La remontada no se concretó, como viene siendo habitual. No obstante el domingo queda una revalida. Noventa minutos en los que la Unión Deportiva tiene en su mano la posibilidad de jugar la final de unos play-offs de ascenso. Habrá que marcar como mínimo un gol en territorio andaluz. Ocurra lo que ocurra, ascendamos o no, lo que es seguro es que será sufriendo. Porque este equipo sólo sabe sufrir y esta afición empieza a vivir con naturalidad las situaciones cardíacas.
- CRÓNICA | Las Palmas se deja el alma (1-1)
Este artículo se modificó el 14/06/2013 17:02 17:02