La UD ya suma con Ayestarán en el banquillo seis encuentros consecutivos sin conocer la victoria, algo que ha llevado a los amarillos a ocupar el último puesto de LaLiga. El conjunto grancanario dejó buenas sensaciones y, seguramente, mereció algo más, pero su fragilidad defensiva volvió a desnudarles.
Seis. Un número muy vinculado al tenis. Vinculado al champán y a los vítores. Vinculado al triunfo, pero también a la derrota. Para esta UD Las Palmas el número seis simboliza, ahora mismo, el número de derrotas consecutivas que suma Pako Ayestarán desde que aterrizase en la isla. El vasco ha intentado cambiar la dinámica de los amarillos, ha querido revertir la situación, ha buscado mil opciones y ha utilizado la psicología para darle a la plantilla todo el máximo brillo posible, eso sí, sin dar con la tecla.
Pako ha tocado todos los palos, ha querido encontrar la manera de hacer jugar a un equipo con piezas para desplegar un fútbol de calidad y no lo ha conseguido. El paso de las semanas, de los días, de los parones de selecciones no le han ayudado ni beneficiado; el equipo entiende su mensaje sin captarlo al cien por cien y eso se ve reflejado en los partidos. Ante el Levante, Las Palmas tuvo sus ocasiones, buscó la portería, pero la fragilidad defensiva le volvió a hacer un daño terrible a sus aspiraciones.
Y cuando el barco empezando a hundirse, como si del Titanic se tratase, el preparador de Beasáin reacción mal con los cambios. La entrada de Rèmy era obligatoria, pero el sacar del césped a Jonathan Calleri cuando lo que hay en juego vale más que tres puntos no es comprensible dado que el argentino tiene gol y es eso, precisamente, lo que necesitaba la UD para poder empatar el encuentro. Por otro lado, tampoco es comprensible que Viera, tu hombre bandera y el jugador con más capacidad para crear pase, acabe jugando de falso nueve sin nadie por delante al que surtir de balones.
No hay manera. Este equipo no encuentra el camino y Ayestarán sigue acumulando encuentros en los que no es capaz de llevar a los amarillos al punto necesario para competir en Primera División. El coche es cierto que no arranca, pero el conductor tiene problemas para mantener la estabilidad de un bólido al que no le está sacando todo el partido que debería. Las jornadas pasan y el abismo empieza a verse cada vez más cerca, algo que enfadó a una afición que está harta de ver a su equipo caer y caer.
Pako Ayestarán no es Scarlett Johansson y tampoco es Jonathan Rhys-Meyers, pero lo cierto es que el drama que vive esta UD cada fin de semana se parece mucho a las películas de Woody Allen. El tiempo apremia y Las Palmas, como dice su entrenador, no termina de focalizar su tarea del día a día. ¿Es esta derrota un match point para el vasco? La respuesta no tardará en llegar.
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Este artículo se modificó el 20/11/2017 10:14 10:14