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La soledad de Rubén Castro

Aunque la pólvora del delantero grancanario se mantiene intacta, si no le llega el balón es complicado que entre en juego y eso perjudica claramente a una UD que le necesita para tener más opciones de sumar en campos como El Molinón. 

Aislado. Lejos del balón. Así se sintió en el día de ayer un Rubén Castro que no estuvo cerca del balón y eso le pasó factura. Su presencia en El Molinón no fue la de otros días debido a que no fue el mejor día de los centrocampistas amarillos, una cuestión en la que también tuvo mucho que ver el gol del Sporting. Hasta ese momento, al ‘Moña‘ intentaban buscarle y un centro de Blum estuvo a punto de encontrarle, pero poco más.

Desde ese momento, su figura se diluyó y no se pudo tirar de él en un momento en de clara necesidad. A Las Palmas le faltó llegar más para lograr el empate y no fue capaz ni siquiera de hacer trabajar a un Mariño que estuvo bastante tranquilo durante casi todo el choque. Sólo un disparo de Sacko que pegó en un defensa puso en aprietos a la zaga sportinguista, pero en ningún momento el isletero pudo entrar en juego para ayudar.

Con ese escenario, desaprovechar un poco a Rubén Castro es un lujo demasiado caro como para no arrepentirse de ello. En ese sentido, el posible regreso de Araujo le puede venir hasta bien, aunque todavía falta por ver cómo pueden casar ambos futbolistas dentro del esquema de Jiménez. Aun así, a la UD no se le puede escapar este tipo de detalles en los que están muchas de las posibilidades de sumar cada fin de semana.

No es normal que esto suceda, pero si que viene bien para ir ordenando ideas y resolver ciertos errores que pueden ser decisivos en un futuro no tan lejano. A Rubén no se le puede dejar en la soledad porque es básico para los intereses amarillos.

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Este artículo se modificó el 01/10/2018 17:48 17:48