Rubén Castro acumula ahora mismo 4 partidos sin ver portería después de arrancar la temporada con unos números espectaculares, algo que sí ha notado el equipo en este último tramo de competición.
Negado en el área. Peleado con el gol. A Rubén Castro se le está atragantando algo por lo que sigue siendo uno de los hombres más peligrosos de la categoría: batir a los porteros rivales. ‘El Moña‘ no está pasando por una buena racha y, aunque con la victoria de ayer ante el Numancia se desvían fantasmas, su malestar por no haber podido contribuir en la goleada era notable, aunque su profesionalidad y el objetivo colectivo deja que los enfados se vayan sin más.
Sin embargo, ya son 436 minutos sin ver portería. Desde que en el minuto 14 del choque ante el Extremadura marcase desde el punto de penalti, al delantero isletero se le ha mojado la pólvora hasta el punto de quedarse sin gol. Su trabajo moviendo a la defensa, llamando la atención de ésta y ofreciéndose para encontrar el camino hasta la portería es algo que no ha perdido a pesar de la sequía, aunque es evidente que necesita cantar goles porque esa es su razón de ser.
Aun así, tanto ayer en una jugada en la que Mir no se la dio cuando estaba solo ante el portero y en el intento de vaselina de Maikel Mesa en Almería pudieron cambiar la historia. De haber conseguido alguno de esos balones que no le llegaron, seguramente la sonrisa de Rubén habría vuelto y es probable que, sobre todo el día del Almería, Las Palmas no hubiese naufragado de esa manera tan estrepitosa.
Con todo eso, no parece preocupante esta mala racha. El delantero ha demostrado a lo largo de su carrera que siempre vuelve y que, cuando lo hace, es más que decisivo. Su trabajo sigue beneficiando al equipo y ahora sólo falta que le llegue una para reventarla en las mallas. Tiempo al tiempo, es sólo un apagón.
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Este artículo se modificó el 22/10/2018 18:13 18:13