(Foto: Sport)
Figueroa Vázquez, en el momento de expulsar a Aythami Artiles el pasado sábado.
El colegiado andaluz Jorge Figueroa Vázquez, acusado por el jugador de la UD Apoño de falsear el acta arbitral en la que reflejó insultos y amenazas del centrocampista hacia su persona, tras expulsarlo el sábado ante el Barcelona B, aseguró ayer que se limitó a «ser notario de la realidad» y que reflejó «lo que pasó».
Figueroa Vázquez atendió la llamada de CANARIAS7 para reafirmarse en todo lo que redactó tras el partido en el Mini Estadi. Esto es, que Apoño le llamó «sinvergüenza» en repetidas ocasiones y que le amenazó con verlo «en la calle» después de que discrepara con su decisión de expulsarle, además de señalarle con el dedo para hacerle destinatario de sus mensajes. «No sé lo que ha podido decir Apoño pero no me invento un acta. Quien me conoce lo sabe. Me limité a ser notario de la realidad y puse lo que pasó en el campo», expuso.
«Yo no tengo ningún problema con nadie. Como árbitro, me limité a tomar medidas en una situación que consideraba que las requería y punto. Lo que tenía que decir ya lo dije en el acta», subrayó. Cuestionado por si podría haber hecho una mala interpretación de lo que aconteció, tal y como expuso Apoño («no le llamé sinvergüenza, sólo dije que era una vergüenza cómo había pitado algunas cosas»), Figueroa Vázquez prefirió «no entrar en valoraciones».
«Hice lo que tenía que hacer y no voy a realizar más comentarios al respecto. Insisto, los árbitros hablamos en el acta y ahí está lo que escribí», añadió el sevillano, quien pidió «respeto» a la labor de su gremio y también a la consigna de que eviten, en lo posible, exposiciones a los medios de comunicación. «No tengo problema alguno en aclarar lo que sea necesario, pero ante las personas y organismos competentes, no en un periódico».
En tanto Apoño habló ayer y volvió a insistir en la versión que adelantó a este periódico. «Lo que leí en el acta no ocurre. La próxima vez ni me acerco a un árbitro. No dudo que el club me va a defender. Pero ellos son los que mandan. Lo que pone en el acta es lo que va a misa. Mi sensación es de indefensión. Porque si tú no me caes bien y si yo soy el árbitro, pongo en el acta lo que me da la gana», lamentó.
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