Heraklitos escribió:
Tratándose en su totalidad de "bajas voluntarias", para mí no tiene mucho sentido preguntarse por qué no han llegado o no llegarán.
Yo me considero de esa minoría silenciosa que no se llevaba las manos a la cabeza por la edad media del filial 2013-2014, por poner un ejemplo. De hecho, creo que en años anteriores el club incluso se ha precipitado en dar ficha del primer equipo a algunos jugadores, que al final solo se han quedado sin minutos, cortando su progresión y/o se han marchado a otros equipos.
La barrera que marca el paso a senior, la edad máxima para alternar filial y primer equipo, la política de cesiones, etc, me parecen en lineas generales bastante sensatas.
Tan valiosa como la calidad explosiva de un Viera o un Vitolo, de rendimiento inmediato en el primer equipo, me parece la brega del jugador que se carga el equipo a las espaldas y permanece en el filial como capitán, madurando y ganando peso en el vestuario, como puede haber sido el caso de Roque.
Podría haber sido también el caso de Néstor, pero no fue el caso y ahora (siendo también del 89) está en el Atlético B, creo, y porque lo entrena Víctor Afonso.
Ya veremos en qué para eso.
Lo de Omar es para darle de comer aparte. Para 2016-2017 se prepara el relevo de la generación que cumple edad profesional este curso (la generación del 91, que me parece bastante decente). Un Omar que paga gustoso a su agente en conceptos de representación/promoción no puede ponerse a regatear con el club que le hace debutar a los 16 con el primer equipo (formación/representación/promoción y más que gratuita, pagada). Un disparate reconocido por el propio futbolista.
Ahí están los Asdrubal, Tyronne, Carlos, Jesús, Leo, Adrián... que tienen muchas papeletas para llegar. Y aún fuera de orbita, contaría también con Juampe.
Lo de Pipo, Leto, Stephane... me parecen errores de cálculo de los pibes. Cambiar nuestro filial por el de un equipo de segunda es kamikaze. No me lo explico, salvo por la ansiedad que quizás dejara en esa generación la temprana salida de Sandro y Héctor.
Sea cual sea su suerte, lo normal es que no sea comparable con la de Nily Perdomo. Ni siquiera con otros que apuntan maneras bastante interesantes.
Por no mencionar un juvenil DH más que prometedor.
El mensaje a toda la cadena amarilla es más que esperanzador (aunque a algunos les siga pareciendo una monserga): "somos un proyecto de cantera".
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