QuiropracticoCanario escribió:Heraklitos escribió:QuiropracticoCanario escribió:
Y la pregunta es, si realmente se pudieran hacer 17 faltas por encuentro al Barcelona, Madrid, Sevilla, Atlético.... porque no se las hacen? Pues carajo porque te expulsan a dos tipos por partido.
Es para echarse a llorar que la Liga y la Federación promuevan el antifútbol, cuando su propia selección sólo ha conseguido ganar algo cuando ha jugado al fútbol. Parece que jugamos el Scudetto.
Probablemente el reglamento lo reescriben en Gran Bretaña, equipos supermillonarios que no ganan nada en Europa y una Selección que no sabe a qué juega.
Es normal que urdan artimañas anti-juego-combinativo.
Su juego, sus reglas.
Pero de verdad te crees que el reglamento permite jugarle así a Las Palmas? Lo que lo permite es la impasividad de los árbitros que no aplican el sentir de la regla, que permite ante la reiteración
aplicar la norma para no favorecer el antijuego, advertir a la segunda faltita y sacar amarilla a la tercera es un criterio razonable (el que suelen seguir contra los rivales del Barça), 1 en 20 es una aberración. Y por cierto, que no sólo nos suelen hacer faltitas sino agarrones y patadones también.
Y además aunque así fuera, que no lo es, el problema del que hablamos todos es la doble forma de interpretarlo con unos y con otros, véase el Las Palmas vs Osasuna.
Estoy de acuerdo, pero déjame explicarte el doble rasero que se delata en el propio reglamento.
La misma "impasibilidad" de la que hablas está reglamentada en cuanto un agarrón ya no es tarjeta salvo en "jugada prometedora" y tampoco es falta si no hay derribo (o el jugador se queja y abandona la jugada al más puro estilo Viera). Si no se dan ninguno de esos casos el árbitro concede siempre la "ley de la ventaja", de modo que el defensa puede ralentizar la conducción agarrando al jugador que lleva la pelota, que es lo que nos hacen siempre en 3/4 con repliegue bajo, por lo que nunca se interpreta como "ocasión manifiesta" aunque fastidia cualquier acción en zona de creación. Luego una vez que el jugador pasa la pelota el defensa ya lo puede derribar de una patada (concediéndose otra vez "ventaja" al conservarse la posesión), lo que además resta un activo al ataque y permite al defensa escoger otra marca o sumarse q la presión. Es habitual que en este tipo de jugadas tengamos hasta tres amarillos en el piso, y todo ello "reglamentariamente".
El doble rasero también está reglamentado porque para nosotros llegar a 3/4 a falta de último pase debería ser interpretado como una "jugada prometedora", pero se impone una supuesta lógica que dice que si hay defensas rivales por delante nunca se interpretará así. Otros sistemas se aprovechan de nuestra defensa adelantada y a estos sí se les interpretará "jugada prometedora" pese a que estén muchos metros alejados de la portería, solo por no haber defensas entre la meta y el balón. Esto lo contradicen las estadísticas, pero no interesa definir "jugada prometedora" estadísticamente, porque eso sí instauraría distintos raseros según los distintos estilos ofensivos.
En cualquier caso existe un agravio comparativo en el reglamento entre metros/defensas (entre la portería y el balón). Nuestro juego consiste en combinar para batir líneas y crear superioridades. Por lo que es fácil de anular con esta grieta del nuevo reglamento (al menos lo de batir líneas y la creación de superioridades).
Donde sí canta la impasibilidad del árbitro es, como dices, en no "guardar" memoria de todas estas infracciones en las que ha concedido ventaja a la hora de castigar la reiteración. Porque si sumamos las numerosas faltas que nos hacen a las que no nos pitan por aplicarnos "ventaja" alcanzamos una cifra todavía más brutal (sin contar las que nos dejan de pitar porque sí, que también nos pasa mucho).
Y ahora vamos a lo más fuerte.
Un reglamento ha de ser sobretodo coherente consigo mismo. Otra de las nuevas reglas castiga siempre con tarjeta cualquier contacto de los brazos en los duelos aéreos. Es decir, que por un lado tenemos
la legitimización del uso de los brazos en el juego al no amonestar agarrones, y por otro, la amonestación de cualquier contacto de los brazos en los duelos aéreos.
Esta incoherencia delata la corrupción del reglamento, o al menos pone de manifiesto
a quién pretende beneficiar y a quién perjudicar.
Equipos físicos con una media de altura considerable, pueden agarrar en defensa a jugadores más veloces y habilidosos y ganar todos los balones por alto al no necesitar ayudarse de los brazos.
Por eso recuerdo que las reglas se reescriben en
Inglaterra, y que la
Premier League es la liga más poderosa económicamente pero gana tan poco a nivel europeo como su selección. Porque
estas nuevas reglas incoherentes entre sí se introducen en un momento de hegemonía del fútbol combinativo tanto a nivel de clubes y selecciones.
Su aplicación en el campeonato casero solo habla del nivel de los arbitrajes españoles y su pésima interpretación del Espíritu del Juego, no ya de un reglamento capcioso. Aquí solo pitarán "bien" a los de siempre, no a un humilde que honra la belleza de este deporte. Y en su mediocridad aplicarán la regla española (no-escrita) de las compensaciones, creyendo que es el mejor modo de evitar las polémicas.
En cualquier caso, estamos apañados.