Nada más lejos de criterios deportivos y profesionales. De Zerbi fue el elegido por las agencias de representación que traían jugadores a la UDLP. De Zerbi también estaba representado por ellos y vieron en la UDLP un trampolín ideal para darle valor a su activo.Lancelot escribió: ↑Sab Ene 13, 2018 8:06 pmEfectivamente, lo contrario nos llevaría a pensar que Quique Setién es el único entrenador del mundo que puede lograr resultados positivos en la UD y eso es un disparate. El mismo Jorge Almirón tenía más resultados en sus alforjas que Setién y Jémez, llevando a un equipo no puntero como Lanús a ser subcampeón de la Copa Libertadores. Y no es el único, ahí tienes a Bielsa, si es caro que se quite de encima a todos los enchufados para pagarle.100%canario escribió: ↑Sab Ene 13, 2018 2:48 pmLas Palmas está así no porque Setien no esté, sino porque en el 2017 no se ha tomado ni una sola decisión acertada
El tema nace de que por la dirección deportiva se insiste en un desconocido, De Zerbi, vaya usted a saber por qué y prácticamente al final hay que poner Márquez que parece que no le gusta a la dirección deportiva y le tocan las pelotas hasta que se le hinchan y se va, se trae a otro amigo (Ayestarán) de otro amigo (Juanito) y pasó lo que pasó, entra un interino Paquito a comerse el marrón y al final llega otro amigo (Jémez) de un amigo (MAR) que se carga a nuestro mejor -aparte Viera- jugador (Remy) y nos trae a dos troncos (Peñalba y Jairo) -salvo a Gálvez-.
Eso sí, para esto, si que le doy la razón a Setién, que lo hubieran hecho manager general al estilo premier y echado al resto.
Ramírez y la directiva, hartos de avaricia en forma de comisiones suculentas, dejaron en manos del diablo el devenir del banquillo. Las vueltas que da la vida, resulta que de Zerbi no ejerció nunca como entrenador de la UDLP por sus pleitos burocráticos con su antiguo equipo.
No obstante Ramírez y la directiva, cegados de avaricia y egoísmo, estaban totalmente confiados en que el resultado de la campaña 2016-2017 era responsabilidad únicamente de los jugadores y no del entrenador, así se pasó a fichar medianías para el puesto de entrenador, llegando a la situación en la que estamos actualmente. Decidieron que la plantilla era lo suficientemente competente y efectiva como para vagar el la zona tranquila de la calificación. Nada más lejos de la realidad. El rendimiento de los jugadores resultó ser más impredecible que la meteorología huracaniana.
Así, tanto las agencias de representación como lo propios jugadores le dieron dos buenas puñaladas al bueno de Ramírez por la espalda. Ninguno de ellos respondió a la expectativas que el tenía pensadas.
La avaricia rompe el saco. Cómo buen empresario, seguirá intentándolo. Aunque ello suponga llevar a la UDLP a Segunda División de la forma más calamitosa posible. Un hijo de puta, vamos.