Nos ha de servir porque de momento es todo lo que puede hacer el club: dar fichas profesionales, y, como mucho más, contratar a un entrenador con la mejor predisposición hacia la Cantera. Dentro del despotismo con que se maneja la UD, no se suele traspasar la línea roja de imponer alineaciones a un entrenador, por lo menos no para facilitar el debut de canteranos, ni creo que sea eso lo que estás exigiendo aunque lo parezca. Tampoco se incluyen cláusulas específicas en los contratos con entrenadores que estimulen los debuts de canteranos. A propósito de eso, alguna vez he sugerido que se incluyese en los contratos de los entrenadores una prima por cada debut de un filial con el primer equipo. Es la única forma que se me ocurre de afianzar «el Proyecto» donde únicamente reina la absoluta improvisación (o la voluntad), que es también el único punto del Proyecto que el club no puede controlar del todo: el entrenador de turno.canarion_92 escribió: Lo que hay ahora no es un proyecto, ¿de qué me sirve que suban a 7 canteranos en un verano y luego se peguen todo el año los pibes calentando banquillo sin tener minutos o yéndose cedidos en enero? ¿de qué sirve esa subida de 7 canteranos si luego los siguientes 4 años no se va a dar la oportunidad a ninguno?
Esto no ocurre así en la cadena, donde los entrenadores son más entrenadores de club y los contratos son cada vez más sofisticados, ya que llegan a incluir primas o aumentos de la prestación económica cada vez que un pibe es promocionado a un equipo de categoría superior en la cadena de filiales.
La cadena de filiales es un 99% del Proyecto de Cantera, del que el primer equipo es tan solo la punta del iceberg. Un 1% que termina evaluando todo ese trabajo y que depende exclusivamente de la ventolera que le dé al entrenador de turno.
Y esos turnos cada vez han sido más breves y con mayores urgencias. Por lo que es natural que se parara el ritmo de promociones o incluso se dejara en suspenso. Se dio un voto de confianza al proyecto de equis entrenadores, pero se ha terminado demostrando que fue un fracaso y que hubiéramos sido más competitivos sin traicionar nuestra tradición.