Jasikevicius escribió: ↑Dom Mar 19, 2023 1:34 am
Se promueve y se beneficia el fútbol de las patadas, de la intensidad a base de parar el juego y así cada vez hay menos aficionados en los estadios y la TV.
Que un equipo haga 6 faltas y acabe con 4 amarillas es para mirárselo seriamente.
Y no soy yo el que se queja de los arbitrajes, pero estoy harto de este criterio de mierda con las amarillas.
2 de ellas fueron amarillas claras. Las otras dos un detalle con el equipo local, porque a ellos no se las señaló como amarilla. Recordemos que son 4 tarjetas cada uno, pero una es a Gallego por desplazar la pelota.
Hay un momento clave en el partido. Agarran a Viera en la única jugada que hace una conducción mínimamente decente hacia adelante. Cogió a varios jugadores del Tenerife mal colocados y era prometedora. Pues nada, esa no es tarjeta. Desde ese momento, el Tenerife con 2 - 0 y viendo que no hubieron consecuencias, empieza a jugar con las faltas y las contras.
Por cierto, no es raro que SIEMPRE en el derbi canario benefician al Tenerife?
Se hace muy sonado cuando un árbitro tiene un fallo a nuestro favor contra ellos, nos lo recordaban en el cuadrilátero, y creo acordarme que son 2 o 3 en dos décadas de las que tengo conocimiento exhaustivo del derbi, pero a ellos les he visto pitarles 2 penaltis inexistentes, librarse de no menos de 40 tarjetas amarillas, varias rojas...
Irán a buscar al árbitro al aeropuerto, le llevarán de guachinches, los designan si les son más favorables...
No sé. Habrá un Negreira por allí? Porque ya canta que a todos los árbitros les guste y protejan a un equipo que merece varias amarillas más. Pero sólo contra nosotros, que luego el resto del año los putean muchísimo.
Recordemos que este fue el árbitro de la final del PO contra el Girona y que le permitió al Tenerife jugar con 11 todo el partido cuando Corredera tuvo que ser expulsado por aquella entrada criminal.
Dicho esto, el Tenerife jugó el mejor partido del año y nosotros decidimos no aparecer, como en la primera vuelta.
Es justo reconocer que nos han pasado la mano por la cara.