www.ole.com.ar escribió:
Nada de nada
La Selección volvió a jugar mal y se fue de Murcia con las manos vacías. Xavi y Villa, de penal, anotaron para el conjunto de Aragonés, mientras que Bilos, reemplazante del lesionado Maxi Rodríguez, había empatado. En el segundo partido de la era Basile, el equipo mostró una imagen más floja aún que en el debut ante Brasil (0-3). Mucho por mejorar.
Poco, poquito... Nada. Así terminó Argentina después de 90 minutos soporíferos, olvidables, en los que dejó más dudas que otras cosa. Perdió ante España en Murcia (2 a 1), pero en este caso el resultado no genera tanta preocupación como la actuación en sí.
Más de lo mismo
A lavar la cara. Esa fue la consigna con que salió a jugar Argentina, después de aquel cachetazo que recibió ante Brasil, en el debut de Basile al frente de equipo. Aferrado a la fórmula de tocar corto y hacia los costados, la Selección de entrada armó una línea de cuatro clásica en el fondo: Zabaleta, Ayala, Milito y Arruabarrena. Fue una columna vertebral que trató de darle equilibrio tanto a los del medio como a los de arriba. Dio la sensación que hubo una clara intención de armarse de atrás hacia delante. ¿Tanto dolió la derrota frente a los brasileños? Parece. No desordenarse fue la premisa. Como España, el rival, se preocupó más por cuidarse que por hacerse fuerte en el área rival, el partido se jugó durante los primeros minutos en cámara lenta. La pelota no salía de la mitad de la cancha y los arqueros pasaban inadvertidos. Muy aburrido todo. Ni si quiere Messi rompía la monotonía. Intentó hacerlo, es cierto, cuando salía lejos del área para buscar la pelota, pero ninguno de sus compañeros lo seguían.
España, de todos modos, casi lo grita a los 14 minutos del primer tiempo. Xavi despachó un centro letal que encontró a toda la defensa saliendo. El Niño Torres, un goleador de raza, cabeceó solo afuera, increíblemente solo y con Abbondanzieri ya resignado.
Indudablemente, la Selección sintió que antes del cuarto de hora Maxi Rodríguez se lesionara. Porque es de esos volantes multiuso. Que rinde donde esté: atrás, en el medio, también arriba. Probó un rato y no hubo caso: se tuvo que ir y le dejó su lugar a Bilos.
Cautela por aquí, cautela por allá. Un ajedrez puro, muy estratégico y nada vistoso. A los argentinos les costó poner en funcionamiento el tan mentado "Club de los petisos". Ninguno de ellos pudo hacerle frente a los duros volantes españoles, quienes cubrían espacios corriendo de un sector al otro. Faltó, entonces, el conductor que pusiera la pelota debajo de la suela y marcara los tiempos en ataque. Insúa, en su rol de reemplazante de Riquelme, pasó totalmente inadvertido durante el primer tiempo. No encontró la posición cómoda para ubicarse y eso, a la larga, perjudicó el andar de la Selección. Tampoco apareció como variante Lucho González. Amagó, sí, con ser salida por la derecha, pero no terminó de redondear una.
Enfrente, España se fue sintiendo cada vez más cómodo en su rol de contragolpeador. Encontró huecos por los laterales y así empezaron a sucederse peligrosos centros. Uno de ellos, de derecha a izquierda, estuvo a punto de ser la apertura, pero Torres no logró meter la punta del botín. Y enseguida llegó la joyita de Xavi: se sacó la marca de encima, dio un par de pasos y la colocó en un ángulo de cachetada.
Enseguida, al minuto y medio, llegó la respuesta de Argentina. Insúa se desmarcó, levantó la cabeza dentro del área y se la dejó en bandeja a Bilos, quien a la carrera definió junto a un palo.
Los goles le dieron vida a un partido que estaba "bajo tierra". Argentina, sin lucir ni mucho menos, se adelantó diez metros. Emparejó el trámite y casi se va al descanso en ventaja, cuando Tevez entró al área, sus marcadores no le salían y al final le entró mordido afuera.
Todo siguió muy lento en el segundo tiempo. Argentina seguía sin definirse. Dudaba entre atacar o defenderse y quedaba a mitad de camino. Ni una cosa, ni la otra. Enfrente, España se cuidó al extremo y todo este amistoso como una final. Muy cerrado atrás, apretó los dientes y corrió cada pelota como si fuera la última.
El juego brusco también se dio una vuelta por Murcia. López llegó un año tarde y se llevó puesto a Ayala, quien de milagro sacó la piernita. España al rato inició una jugada extrañísima. Vino un nuevo centro cruzado, Abbondanzieri dudó, tampoco reaccionaron los centrales y, debajo del arco, Torres sólo tenía que empujarla. Se demoró y hubo mil piernas en el camino. Arruabarrera retuvo la pelota y el árbitro cobró un tiro libre indirecto a tres metros del arco. Se la abrieron a Xavi y le dio duro, pero rebotó en la barrera.
Tarde o temprano, la diferencia iba a llegar. Es que el partido se jugaba en campo argentino. A Iniesta le hicieron un penal evidente y Villa lo cambió por gol, con un derechazo cruzado.
Ya con Aimar en cancha, en lugar de Insúa, Argentina se fue desesperadamente al ataque. También entró Saviola por Messi. Variantes a las que apostó Basile para darle vida a un equipo desorientado, falto de ideas y, lo más preocupante, atado a su propia impotencia.
Quedaba la ilusión de, al menos, empujar en el tramo final para tratar de dar vuelta el resultado. Ni eso. Argentina siguió en la suya y se llevó de Murcia una derrota que no duele tanto como el apático funcionamiento.
http://www.ole.clarin.com/jsp/v4/pagina ... a=20061011
Más acerca de la selección en el foro:www.elmundo.es escribió:
España respira con un triunfo ante Argentina
España salió del círculo vicioso de las derrotas y se regaló un triunfo (2-1) ante una Argentina desdibujada, que logró empatar el gol iniciar de Xavi, pero no aguantó el mejor tono de la 'Roja' durante la segunda parte. Luis Aragonés gana tiempo.
Nada más dar un paso hacia adelante, España tropieza miserablemente y da otro para atrás. A veces hasta dos y tres, como en Belfast, ante Irlanda del Norte. En Murcia, en la inauguración del bonito estadio de la Nueva Condomina se rectificó sobre la marcha y, albricias, salió bien lo que tenía muy mala pinta pocos minutos antes del descanso.
El sino de España es sufrir y malvivir, incluso en partidos en los que no hay nada tangible en juego, ni puntos ni títulos, sólo el orgullo de jugar ante una selección de prestigio como la Argentina. Al golazo de Xavi, con un excelente golpeo desde fuera del área, la Selección reaccionó desmoronándose otra vez en la primera intentona albiceleste. En dos minutos. Un paseo de Messi por la zona de Capdevila -su repesca para la selección está causando estragos- le permitió ceder un balón neto y limpio de gol a Bilo, suplente de Maxi, a quien retiró el 'Coco' Basile en cuanto le vio dolerse de una rodilla.
Menos mal que las sustituciones de la segunda mitad, que dieron consistencia y sentido al equipo, con Xabi Alonso y Antonio López encabezando el carrusel de cambios, mantuvieron a España en el buen camino, el que necesita: una victoira que cierre alguna herida. Después de rondar con intensidad la portería de Abbondanzieri, llegó el derribo a Iniesta y el penalti transformado por Villa.
Puede que Luis Aragonés se equivoque en sus convocatorias y en sus desconvocatorias. Puede que no sea el mejor técnico del planeta y que su imagen y su forma de actuar estén pasadas de moda. Concedamos que incluso pueda ser el peor técnico del planeta. Pero los 'desajustes' de la selección española -hace uno, dos, tres, diez, treinta... años- funcionan con precisión matemática sea quien sea el técnico del momento y sean cuales sean los sistemas tácticos de uso. Buscar explicaciones de los sucesivos disgustos en si se juega con un 4-4-2 en rombo, o en doble pivote; con tres puntas, o con una... Es seguir en mareando la perdiz.
El 'problema español', que da para tesis de esas interminables, tiene que ver con la cabeza, con el espíritu y con el factor psicológico. Con los complejos que, afortunadamente, sólo se arrastran en el fútbol y no sólo en la categoría máxima. Con la forma en que los estamentos federativos y profesionales del fútbol tratan a la Selección. Y el comportamiento de todos los que la seguimos y exigimos.
Enfrente estaba la 'Argentina Europea', buena parte de sus mejores elementos. No dio una gran impresión desde el principio. Ni defensivamente, ni en el centro del campo, donde echó de menos a un Riquelme que tomara las riendas del equipo con decisión. A falta de eso, Messi se tiraba para atrás para lanzar y concluir. Demasiado para uno solo, aunque encontrara el camino del gol. La Argentina de Basile se fue diluyendo con los minutos y tras la segunda parte, sencillamente no existió.
http://www.elmundo.es/elmundodeporte/20 ... 85329.html
http://foro.udlaspalmas.net/viewtopic.php?t=14362
http://foro.udlaspalmas.net/viewtopic.php?t=14358
http://foro.udlaspalmas.net/viewtopic.php?t=14278
http://foro.udlaspalmas.net/viewtopic.php?t=14102