Recibir la 1ª comunión
 no cuesta un duro. Lo que la hace cara es el entorno, fiestas, ropa y demás machangadas.
Hablen con cualquier sacerdote y verán que a ellos mismos les horroriza en lo que se han convertido las comuniones. Los padres son los que quieren presumir de poderío comprando trajes para las niñas, convirtiéndolas en novias, y en capitanes generales a los niños. Se celebran con grandes banquetes... en resumidas cuentas se presume de nivel económico, llegando en muchos casos a pedir créditos para las comuniones.
¡Que horror!
En realidad, ese momento no es sino el momento en el que, después de la preparación del niño por medio de la catequesis, recibe por primera vez el Cuerpo de Cristo en forma de hostia consagrada. El niño no precisa ir vestido de etiqueta, ni con trajes ni vestidos fuera de lo habitual. Para celebrarlo una comida familiar es mas que suficiente. Al menos asi lo veo yo y a todos nos iría mejor si así se hiciera. 
