Fuego contra fuego
Infierno en Villa Raffo: primero se agarraron las barras, intervino la Policía, los de Almagro quisieron seguirla y la guerra fue tremenda: balazos, patrulleros incendiados y un herido en estado muy crítico.
Un efectivo les tira a los barras de Almagro en la General Paz.
La cálida tarde de sol era el clima propicio para que Almagro y Ferro jugaran, sin demasiado en disputa y solamente para cumplir, su partido correspondiente a la anteúltima fecha del torneo. Sin embargo, una vez más la violencia se hizo presente en una cancha y todo se tiñó de negro. El choque sangriento entre ambas barras (que hasta ayer nunca habían participado de un encontronazo entre sí, ni existía rivalidad alguna) dejó un saldo de un hincha de Almagro, Israel Daniel Hoyos, 17 años, gravemente herido, que en principio fue trasladado en un auto particular al Hospital Carrillo por traumatismo de cráneo con daño cerebral y al cierre de esta edición había sido derivado al 12 de Octubre, de Avellaneda, donde permanecía en estado reservado.
La imagen que mostraba la calle Marcelo T. de Alvear tras la batalla era elocuente de la gravedad de lo sucedido: dos móviles policiales incendiados, varios particulares destrozados, bombas de gases lacrimógenos, perdigones de goma y cascotes desparramados por el asfalto eran resultado material de una guerra que también se trasladó a la General Paz en la desconcentración de ambas parcialidades. Como consecuencia de la locura, quedaron 20 hinchas del Trico detenidos en la comisaría Octava de José Ingenieros y varios simpatizantes y efectivos con heridas de menor consideración.
Según información oficial del Coprosede, los hechos se iniciaron cuando los hinchas visitantes estacionaban sus vehículos particulares en las calles aledañas al estadio (Víctor Hugo y Colectora) y sufrieron diferentes tipos de robos por un grupo de aproximadamente 20 delincuentes, todos de Almagro y con residencia en Fuerte Apache. En ese momento llegaban los micros de Oeste y sus hinchas bajaron para defender a su gente a la altura de la Plaza de los Granaderos, y habrían agredido a Hoyos. Sin embargo, simpatizantes de Ferro que viajaban en los micros le confiaron a Olé que no tuvieron ningún inconveniente para llegar al estadio, y que los desmanes se produjeron cuando ellos aguardaban ingresar a la popular y vieron que algunos llegaban con heridas cortantes, luego de ser robados y atacados. Y ahí la barra Verde fue a tomar represalia.
Enterados de los graves incidentes, el grueso de la barra de Almagro, que estaba afuera, fue en busca de sus pares de Caballito y se trenzaron con la Policía sobre Marcelo T. de Alvear (el partido, catalogado de bajo riesgo, sólo contó con 90 efectivos, 35 de ellos pertenecientes a la Infantería), que impidió que éstos llegaran hasta la cabecera visitante. Ahí fue cuando se desarrolló la mayor y peor parte de los incidentes. Porque la barra de Almagro ganó terreno y en la pelea incendió una camioneta y un móvil policial, mientras el estruendo de los gases y las balas de goma eran el sonido habitual.
En tanto, los equipos ya estaban en el campo de juego pero nadie prestaba mucha atención y el clima era por demás tenso. El árbitro Juan Sciancalépore consultó a Félix Roldán, uno de los que encabezaba el operativo (el mismo que estuvo a cargo de brindar seguridad en Chaca-Tigre, cuando la banda del Funebrero combatió con la Policía y se generaron destrozos en casas y negocios linderos), quien le manifestó que no podía dar garantías para que comenzara el encuentro. Con la suspensión consumada, la Bonaerense decidió evacuar a los micros de Ferro por Beiró, justo por donde se desconcentra Almagro. Cuya barra aguardaba ahí, en el puente, con piedras y palos. La locura cobró protagonismo una vez más y, durante varios minutos, la General Paz fue tierra de nadie. Cualquier elemento contundente resultaba útil y los piedrazos volaban para los cuatro costados, sin hacer discriminaciones.
La Policía intervino otra vez después de que los incidentes estallaran (prevención es una palabra que no existe en su diccionario) y al rato, un día que era de fútbol pero fue de violencia extrema, llegaba a su fin.
¿Cómo seguirá? Si se toman en cuenta los antecedentes, Almagro podría recibir una quita de puntos y jugar sin público el próximo torneo. ¿El partido con Ferro? Está en veremos, ya que el Verde debe jugar la Promoción. Igual, eso es lo menos importante. El tema es terminar con la violencia, antes que ésta termine con el fútbol.
DIARIO OLE
