Octavos de la Copa Sudamericana,en negrita clasificados.
Goias-
Arsenal 2-3
Botafogo-
River 1-0
Boca-
Sao Paulo 2-1
Lanus-
Vasco da Gama 2-0
Defensor Sporting-El Nacional 3-0
Millonarios-Colo Colo 1-1
Pachuca-América 1-4
DC United-
Guadalajara 2-1
Arsenal-Goias 1-1
River-Botafogo 4-2
Sao Paulo-Boca 1-0
Vasco da Gama-Lanus 3-0
El Nacional-
Defensor Sporting 2-0
Colo Colo-
Millonarios 1-1 (6-7)
América-Pachuca 0-2
Guadalajara-DC United 1-0
Cuartos de Final de la Copa Sudamericana,en negrita clasificados.
Arsenal-Guadalajara 0-0
America-Vasco da Gama 2-0
Sao Paulo-
Millonarios 0-1
Defensor Sporting-
River Plate 2-2
Guadalajara-
Arsenal 1-3
Vasco da Gama-
America 1-0
Millonarioss-Sao Paulo 2-0
River Plate-Defensor Sporting 0-0
Semifinal de la Copa Sudamericana,en negrita clasificados.
Millonarios-
America 2-3
Arsenal-River Plate 0-0
America-Millonarios 2-0
River Plate-
Arsenal 0-0(2-4)
Final de la Copa Sudamericana,en negrita el campeon.
America-Arsenal 28-11-2007
Arsenal-America 15-12-2007
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COPA SUDAMERICANA: RIVER 0 (2) - ARSENAL 0 (4)
Passa a la historia
Arsenal llegó por primera vez a una final de Copa. A River lo sacó el increíble Cuenca en los penales. El ciclo del Kaiser se terminó con pena y sin gloria...

Cuenca les atajó los tiros a Belluschi y a Lima.
Ese muchacho que usa polera bajo su uniforme negro, se había pasado 50'' enfriando aún más la noche. Cada vez que debía sacar desde su arco tardaba una enormidad para llevar el partido dónde lo quería Arsenal. Al freezer.
River lo miraba de lejos, no podía, chocaba contra esa doble pared que no había podido perforar a pesar de que no cesó de horadar... Pero no. Arsenal fue al Monumental a jugar al ajedrez. Imponía su estrategia. Pieza por pieza. Pelota a pelota. Con una prudencia que se parecería a la avaricia si no se tuviera en cuenta la historia de uno y de otro. Con San Martín como la columna donde se asienta todo el edificio. Si lo pasaban estaba Casteglioni. Y si no aparecía Matellán. Ese muchachote de negro con cara de buen tipo, sólo tenía que hacer pasar los segundos...
A Passarella se le empezó a poner oscura cuando Ortega se jorobó una rodilla. Aunque el ingreso de Rosales abrió el frente de ataque, Buonanotte quedaba solito y solo para armar juego. Porque Ahumada y Lima están para otra cosa y Belluschi ingresó lentamente pero sin retorno en uno de sus ratos en los que no resuelve ni las sencillas. Y el pibe la pide siempre, no tiene empacho en ponerse el equipo al hombro, la amasa, corre como un león... Pero es un pibe, al que le falta sopa: porque es diminuto y se le nota aún más cuando le tiran camiones encima y porque sería una irrespetuosidad pedirle que resuelva todos los intríngulis de una semi de Copa que viene chiva. Aún así, lenta pero paulatinamente River se acercaba. Lo había tenido Arsenal en ambos principios de etapas: Biagini había roto el travesaño a los 2'' de la primera; Tuzzio se mandó una chambonada enorme a los 2'' de la segunda, pero Carrera llegó tarde para aprovechar la pifia. River se venía pero el hombre de negro seguía con frío.
Luz, cámara... Tal era su inactividad que cerca de los 10 del segundo se empezó a sacudir los brazos, a acercarlos a la boca para calentarlos con su aliento. A desentumecerse. Tal vez sintió la premonición. Se venía la acción...
Mario Eduardo Cuenca dos minutos después voló con reflejos hacia su palo zurdo. Buonanotte, aun lesionado, había puesto a Lima en condición de fusilar desde tres cuartos. Y el hombre de negro se alargó y la pellizcó al córner. Había entrado en calor. Ya manejaba los hilos de su equipo que se le caía encima.
Y le paró, bien ubicado un cabezazo a Rosales. Y cubrió con los pies un toquecito eléctrico del pibe. Y cuando ya era insoportable el olor a penales y Ahumada se había ido pero Arsenal no podía sacar ventaja y empezaba a sentir el trajín gigantesco, cuando debía volver a aparecer faltando 2, le apagó el grito a un estadio entero: otra vez se estiró el doble de lo que mide y sacó una pelota que Belluschi había medido.
Por él, en buena medida, llegaban a los penales. Por él, absolutamente, luego Arsenal sacó ventaja. Había atajado dos y si los de Arsenal metían uno más eran finalistas. Se paró él delante de la pelota. Con su cara de bueno, escudriñó a Carrizo, metió el pique y la clavó arriba. Recién ahí lanzó la sonrisa que se convirtió en carcajada. Le había prendido fuego el futuro a River, a Passarella. Cuenca cerraba su noche preciosa.
Diario Ole.