Comienza la Feria del Libro. No faltes.
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Comienza la Feria del Libro. No faltes.
Una Feria a precio de saldo
La Feria del Libro de la capital se inaugura hoy a las 12.00 horas en el parque de San Telmo. Con un presupuesto de 150.000 euros, aportado por el Ejecutivo regional, su organizador reta al Cabildo y al Ayuntamiento a incluir en sus próximos presupuestos una partida para el encuentro.
Hoy se inaugura en la capital grancanaria una feria del libro de escaso presupuesto, poco más de 150.000 euros –aportados por la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas del Gobierno de Canarias– para afrontar 10 días de frenética actividad por parte de los libreros en una edición en la que se echa de menos la presencia de algún escritor destacado a nivel nacional que no esté repetidos.
Otros años los protagonistas han sido escritores como Lucía Etxebarría, Lou Marinoff, Sánchez Dragó y Fernando García de Cortázar, entre otros. Este año acuden a la cita Luis Manuel Ruiz, Premio Internacional de Novela 2001 y Premio Novela Corta en la Universidad de Sevilla con su novela Sólo una cosa hay, y el escritor y matemático Carlo Frabetti, miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York.
Salvo excepciones como éstas, este año los protagonistas serán en su mayoría escritores de la tierra –Vázquez Figueroa, Pepa Aurora, Alexis Ravelo, Fernando Delgado y Judith Bosch, entre otros–.
El presidente de la Asociación de Libreros Francisco Sarmiento, que lleva 8 años al frente de la Feria del Libro capitalina, lanzó ayer un reto al Cabildo de Gran Canaria y al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria «para que en los próximos presupuestos contemplen una partida destinada a la feria, para no bajar el listón», que «ha ido creciendo con el paso de los años pero que necesita de más poder económico para poder crecer», señaló el directivo, que se quejó de que todo el «esfuerzo» no puede provenir sólo del Ejecutivo regional, que ha destinado una partida presupuestaria de 350.000 euros en ferias en todo el Archipiélago «Queremos darle al libro un lugar destacado», señaló Quintero.
«Sin el presupuesto del Gobierno de Canarias no hubiéramos podido celebrar la feria este año», matizó. El pasado año acudieron a San Telmo unas 120.000 personas. Este año, los deseos de Sarmiento son «que al menos se iguale». Las previsiones para el presente son buenas, ya que «cada año ha ido creciendo».
Otro reto se lanzó ayer durante la presentación de la feria. Luz Caballero, consejera de Cultura de la corporación insular, pidió a Blanca Quintero la aprobación definitiva de la Ley de Bibliotecas «antes de que termine la legislatura».
25 casetas de librerías y editoriales privadas además de las tres institucionales y dos carpas –una infantil y otra central– conforman la oferta de ocio y cultura en el parque de San Telmo, que se llenará, desde hoy, de libros, teatro –espectáculos relacionados con Galdós de la compañía Helena Turboteatro, de La Charlatana, de la compañía Clapso, y dos piezas de Profetas de Mueble Bar–, conciertos –de Trío Bossa Nova, Beatriz Alonso y Javier Cerpa, la Banda Municipal de Música–, actividades infantiles, cuentacuentos –a cargo de La Mujer Elefante, de La cocina encuentada y de Félix Hormiga–, talleres –de coctelería y de cocina canaria–, y hasta un homenaje a Galdós el jueves en el que actuará Mari Carmen Mulet. También se podrá visitar una exposición sobre el escritor canario en la carpa principal. El martes se presentarán dos libros inéditos de la segunda homenajeada de esta edición, tras Galdós, Dolores Campos Herrero: Finales felices y Preberías.
Además de los stands del Cabildo y del Ayuntamiento –donde se ofrecen 121 títulos publicados por el consistorio, entre ellos las ediciones del Festival de Cine de LPGC– casi una treintena de librerías y editoriales sacarán sus joyas y novedades a la calle con un 10% de descuento hasta el 4 de mayo.
Programa del día en San Telmo
La inauguración será hoy a las 12.00 horas con la apertura de las 30 casetas. A las 18.00 horas se presentará un libro de José Miguel Alzola y Juan José Laforet sobre la Semana Santa. A las 18.30 horas YOR-EL traerá juegos mágicos. A las 19.00 horas, Judith Bosch presentará su libro Buscando a Ruth. Luis Manuel Ruiz firmará ejemplares a partir de las 19.00 horas, y una hora después será el protagonista de un encuentro con su vida y su obra, además de presentar El ojo del halcón (Alfaguara).
http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=93507
La Feria del Libro de la capital se inaugura hoy a las 12.00 horas en el parque de San Telmo. Con un presupuesto de 150.000 euros, aportado por el Ejecutivo regional, su organizador reta al Cabildo y al Ayuntamiento a incluir en sus próximos presupuestos una partida para el encuentro.
Hoy se inaugura en la capital grancanaria una feria del libro de escaso presupuesto, poco más de 150.000 euros –aportados por la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas del Gobierno de Canarias– para afrontar 10 días de frenética actividad por parte de los libreros en una edición en la que se echa de menos la presencia de algún escritor destacado a nivel nacional que no esté repetidos.
Otros años los protagonistas han sido escritores como Lucía Etxebarría, Lou Marinoff, Sánchez Dragó y Fernando García de Cortázar, entre otros. Este año acuden a la cita Luis Manuel Ruiz, Premio Internacional de Novela 2001 y Premio Novela Corta en la Universidad de Sevilla con su novela Sólo una cosa hay, y el escritor y matemático Carlo Frabetti, miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York.
Salvo excepciones como éstas, este año los protagonistas serán en su mayoría escritores de la tierra –Vázquez Figueroa, Pepa Aurora, Alexis Ravelo, Fernando Delgado y Judith Bosch, entre otros–.
El presidente de la Asociación de Libreros Francisco Sarmiento, que lleva 8 años al frente de la Feria del Libro capitalina, lanzó ayer un reto al Cabildo de Gran Canaria y al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria «para que en los próximos presupuestos contemplen una partida destinada a la feria, para no bajar el listón», que «ha ido creciendo con el paso de los años pero que necesita de más poder económico para poder crecer», señaló el directivo, que se quejó de que todo el «esfuerzo» no puede provenir sólo del Ejecutivo regional, que ha destinado una partida presupuestaria de 350.000 euros en ferias en todo el Archipiélago «Queremos darle al libro un lugar destacado», señaló Quintero.
«Sin el presupuesto del Gobierno de Canarias no hubiéramos podido celebrar la feria este año», matizó. El pasado año acudieron a San Telmo unas 120.000 personas. Este año, los deseos de Sarmiento son «que al menos se iguale». Las previsiones para el presente son buenas, ya que «cada año ha ido creciendo».
Otro reto se lanzó ayer durante la presentación de la feria. Luz Caballero, consejera de Cultura de la corporación insular, pidió a Blanca Quintero la aprobación definitiva de la Ley de Bibliotecas «antes de que termine la legislatura».
25 casetas de librerías y editoriales privadas además de las tres institucionales y dos carpas –una infantil y otra central– conforman la oferta de ocio y cultura en el parque de San Telmo, que se llenará, desde hoy, de libros, teatro –espectáculos relacionados con Galdós de la compañía Helena Turboteatro, de La Charlatana, de la compañía Clapso, y dos piezas de Profetas de Mueble Bar–, conciertos –de Trío Bossa Nova, Beatriz Alonso y Javier Cerpa, la Banda Municipal de Música–, actividades infantiles, cuentacuentos –a cargo de La Mujer Elefante, de La cocina encuentada y de Félix Hormiga–, talleres –de coctelería y de cocina canaria–, y hasta un homenaje a Galdós el jueves en el que actuará Mari Carmen Mulet. También se podrá visitar una exposición sobre el escritor canario en la carpa principal. El martes se presentarán dos libros inéditos de la segunda homenajeada de esta edición, tras Galdós, Dolores Campos Herrero: Finales felices y Preberías.
Además de los stands del Cabildo y del Ayuntamiento –donde se ofrecen 121 títulos publicados por el consistorio, entre ellos las ediciones del Festival de Cine de LPGC– casi una treintena de librerías y editoriales sacarán sus joyas y novedades a la calle con un 10% de descuento hasta el 4 de mayo.
Programa del día en San Telmo
La inauguración será hoy a las 12.00 horas con la apertura de las 30 casetas. A las 18.00 horas se presentará un libro de José Miguel Alzola y Juan José Laforet sobre la Semana Santa. A las 18.30 horas YOR-EL traerá juegos mágicos. A las 19.00 horas, Judith Bosch presentará su libro Buscando a Ruth. Luis Manuel Ruiz firmará ejemplares a partir de las 19.00 horas, y una hora después será el protagonista de un encuentro con su vida y su obra, además de presentar El ojo del halcón (Alfaguara).
http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=93507
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Preciosa columna de Eduardo García Aguilar en el diario La Patria de Colombia acerca de su experiencia en el día de ayer en Las Palmas de Gran Canaria.
En Las Palmas de Gran Canaria
Nos acompaña pues el espíritu de Gabriel García Márquez en estas calles que podrían ser las de cualquier puerto colonial del Caribe, idénticas a La Habana Vieja o Veracruz, con sus muros de piedra, sus ventanales de madera y sus techos de teja española por donde fluye el agua de la lluvia.
A mi sobrino Álvaro García Velázquez en sus 15 años.
Entre las callejuelas nocturnas de Las Palmas de Gran Canaria aparece de repente la iglesia donde oraba Cristóbal Colón antes de partir tras la escala técnica hacia tierras de América, en una aventura que para entonces era casi intergaláctica. El templo, construido en 1477, está ahí en una plazoleta medieval arropada por el céfiro de los alisios que recorre por los islotes de las Canarias, una de las tierras más cercanas a América, y roza aquí los empedrados laberínticos y las paredes viejas de las casonas de antes del Descubrimiento.
No queda otro remedio que recogerse entonces emocionado e invocar las almas de los viajeros, convocar los espíritus de los aventureros que en aquellas épocas abrían el mundo por los mares como si fueran trochas por montañas de agua, arriesgándose a la muerte y al olvido. Y uno dice: Colón estuvo aquí y durmió en la casona de enfrente que es ahora el museo que lleva su nombre. Uno lo ve hablando con sus marineros, ajustando los últimos detalles, arreglando los problemas de las naves o aceptando los últimos viajeros, muchos de ellos canarios, que son nuestros antepasados. Y en la gente que pasa con su habladito inconfundible de musicales ondas uno cree distinguir a un tío o a una tía, de lo parecidos que son los canarios a los habitantes de las tierras cafeteras de los Andes colombianos.
Uno se imagina entonces ahí al genovés arrodillado ante las imágenes de las vírgenes o los nazarenos, orando y pidiendo buena suerte para cada una de las etapas decisivas de tres de los cuatro viajes que emprendió hacia las Indias, que entonces no eran todavía las Américas maravillosas que alegraron el mundo con su tabaco y lo salvaron de la hambruna con la papa y el chocolate, entre tantos otros productos novedosos y nutritivos que salieron del cuerno de oro de su abundancia y se regaron como milagro por la antigua empobrecida Europa.
El griterío de jóvenes muchachos y chicas hermosas empieza a sonar cuando bajo hacia las calles cercanas al puerto y al mercado de la Mojana, entre olores de pescado frito. En la taberna de los Sobrinos, que huele a siglos y a intimidad de poetas y de artistas, me paro a tomar un vino blanco y a degustar un delicioso jamón serrano con mis amigos Dasso Saldívar y Luis Armando Soto, después de gozar uno de los días más calurosos del año en la isla, con casi 40 grados centígrados.
En la tarde habíamos hablado en el Gabinete Literario, un edificio modernista donde pasaba horas Benito Pérez Galdós, de literatura colombiana y de las aventuras de ese canario ideal y absoluto que es el Nóbel Gabriel García Márquez, nuestro maestro y nuestro tormento que al parecer nunca ha venido por aquí. En uno de los salones de este espléndido palacio art-nouveau tropical se realiza una exposición de fotografías de la vida del Premio Nóbel, curada por Santiago Mutis Durán, y que Colombia ha traído a estas islas para que los amantes de la literatura y los estudiantes vean al prodigio desde los años infantiles de Aracataca hasta sus años de gloria y fama mundial.
Nos acompaña pues el espíritu de Gabriel García Márquez en estas calles que podrían ser las de cualquier puerto colonial del Caribe, idénticas a La Habana Vieja o Veracruz, con sus muros de piedra, sus ventanales de madera y sus techos de teja española por donde fluye el agua de la lluvia. Porque en las islas Canarias uno se siente en los pueblos imaginarios del realismo mágico y entre el sopor del Macondo inmortal.
Los promotores y conservadores del Gabinete Literario que nos ha acogido hablan con este acento suave y musical que hace amar por sobre todas a la lengua castellana y nos llevan a mirar el Salón Dorado donde cantaban los cantantes de Ópera de los tiempos de Rubén Darío y las salas en donde desde hace más de un siglo juegan a las cartas las señoras elegantes de abanico o departen políticos y comerciantes sobre las estrategias a seguir, hundidos en mullidos muebles de otra época.
Las Palmas de Gran Canaria es una ciudad próspera y fuerte donde se siente el esplendor comercial de más de medio milenio y en las aguas del puerto reinan los mástiles y las gavias como en 1492 reinaron La Niña, La Pinta y La Santamaría de Cristóbal Colón antes de que partieran a descubrir al otro lado del Atlántico el Nuevo Mundo que cambiaría la faz de la tierra. En los parques de palmeras los niños juegan en bellas réplicas de madera de aquellas naos descubridoras, mientras en la playa los habitantes locales gozan hacia la tarde del sol de las playas en un griterío que trae la música de una lengua viva donde sin duda podrían pronunciarse las mejores palabras de amor.
Más tarde en la XX Feria del Libro en el Parque de San Telmo, dedicada a Benito Pérez Galdós, me he encontrado con el poeta Leopoldo María Panero y me ha recitado de memoria poemas de Porfirio Barba Jacob para mostrarme que sabe de Colombia, pues uno de sus hermanos fue novio de la ya fallecida poeta colombiana María Mercedes Carranza. Me ha dedicado su bello primer libro "Así se fundó Carnaby Street" donde dice cosas tan maravillosas como "todos temen que el gigante vuelva a entrar en acción". Hablar con Panero, uno de los grandes autores españoles vivos, un hombre que ha asumido la sabia locura como la única solución al desastre, entre tantos libros de poesía, y después leerlo saboreando una cerveza Dorada es una forma milagrosa y mágica de terminar el día.
Con el poeta Panero, que como todo poeta loco nos salva en este mundo de marcas, cifras, dinero y burócratas fríos, terminamos un día más en Canarias, un archipiélago de sueños literarios y de viajes colocada en el centro de un Océano Atlántico que nos baña y nos nombra. Y comprobamos que no hay nada más nutritivo que el viaje y la errancia, los exilios de los mares y los continentes.
http://www.lapatria.com/Noticias/ver_no ... &CODSEC=13
En Las Palmas de Gran Canaria
Nos acompaña pues el espíritu de Gabriel García Márquez en estas calles que podrían ser las de cualquier puerto colonial del Caribe, idénticas a La Habana Vieja o Veracruz, con sus muros de piedra, sus ventanales de madera y sus techos de teja española por donde fluye el agua de la lluvia.
A mi sobrino Álvaro García Velázquez en sus 15 años.
Entre las callejuelas nocturnas de Las Palmas de Gran Canaria aparece de repente la iglesia donde oraba Cristóbal Colón antes de partir tras la escala técnica hacia tierras de América, en una aventura que para entonces era casi intergaláctica. El templo, construido en 1477, está ahí en una plazoleta medieval arropada por el céfiro de los alisios que recorre por los islotes de las Canarias, una de las tierras más cercanas a América, y roza aquí los empedrados laberínticos y las paredes viejas de las casonas de antes del Descubrimiento.
No queda otro remedio que recogerse entonces emocionado e invocar las almas de los viajeros, convocar los espíritus de los aventureros que en aquellas épocas abrían el mundo por los mares como si fueran trochas por montañas de agua, arriesgándose a la muerte y al olvido. Y uno dice: Colón estuvo aquí y durmió en la casona de enfrente que es ahora el museo que lleva su nombre. Uno lo ve hablando con sus marineros, ajustando los últimos detalles, arreglando los problemas de las naves o aceptando los últimos viajeros, muchos de ellos canarios, que son nuestros antepasados. Y en la gente que pasa con su habladito inconfundible de musicales ondas uno cree distinguir a un tío o a una tía, de lo parecidos que son los canarios a los habitantes de las tierras cafeteras de los Andes colombianos.
Uno se imagina entonces ahí al genovés arrodillado ante las imágenes de las vírgenes o los nazarenos, orando y pidiendo buena suerte para cada una de las etapas decisivas de tres de los cuatro viajes que emprendió hacia las Indias, que entonces no eran todavía las Américas maravillosas que alegraron el mundo con su tabaco y lo salvaron de la hambruna con la papa y el chocolate, entre tantos otros productos novedosos y nutritivos que salieron del cuerno de oro de su abundancia y se regaron como milagro por la antigua empobrecida Europa.
El griterío de jóvenes muchachos y chicas hermosas empieza a sonar cuando bajo hacia las calles cercanas al puerto y al mercado de la Mojana, entre olores de pescado frito. En la taberna de los Sobrinos, que huele a siglos y a intimidad de poetas y de artistas, me paro a tomar un vino blanco y a degustar un delicioso jamón serrano con mis amigos Dasso Saldívar y Luis Armando Soto, después de gozar uno de los días más calurosos del año en la isla, con casi 40 grados centígrados.
En la tarde habíamos hablado en el Gabinete Literario, un edificio modernista donde pasaba horas Benito Pérez Galdós, de literatura colombiana y de las aventuras de ese canario ideal y absoluto que es el Nóbel Gabriel García Márquez, nuestro maestro y nuestro tormento que al parecer nunca ha venido por aquí. En uno de los salones de este espléndido palacio art-nouveau tropical se realiza una exposición de fotografías de la vida del Premio Nóbel, curada por Santiago Mutis Durán, y que Colombia ha traído a estas islas para que los amantes de la literatura y los estudiantes vean al prodigio desde los años infantiles de Aracataca hasta sus años de gloria y fama mundial.
Nos acompaña pues el espíritu de Gabriel García Márquez en estas calles que podrían ser las de cualquier puerto colonial del Caribe, idénticas a La Habana Vieja o Veracruz, con sus muros de piedra, sus ventanales de madera y sus techos de teja española por donde fluye el agua de la lluvia. Porque en las islas Canarias uno se siente en los pueblos imaginarios del realismo mágico y entre el sopor del Macondo inmortal.
Los promotores y conservadores del Gabinete Literario que nos ha acogido hablan con este acento suave y musical que hace amar por sobre todas a la lengua castellana y nos llevan a mirar el Salón Dorado donde cantaban los cantantes de Ópera de los tiempos de Rubén Darío y las salas en donde desde hace más de un siglo juegan a las cartas las señoras elegantes de abanico o departen políticos y comerciantes sobre las estrategias a seguir, hundidos en mullidos muebles de otra época.
Las Palmas de Gran Canaria es una ciudad próspera y fuerte donde se siente el esplendor comercial de más de medio milenio y en las aguas del puerto reinan los mástiles y las gavias como en 1492 reinaron La Niña, La Pinta y La Santamaría de Cristóbal Colón antes de que partieran a descubrir al otro lado del Atlántico el Nuevo Mundo que cambiaría la faz de la tierra. En los parques de palmeras los niños juegan en bellas réplicas de madera de aquellas naos descubridoras, mientras en la playa los habitantes locales gozan hacia la tarde del sol de las playas en un griterío que trae la música de una lengua viva donde sin duda podrían pronunciarse las mejores palabras de amor.
Más tarde en la XX Feria del Libro en el Parque de San Telmo, dedicada a Benito Pérez Galdós, me he encontrado con el poeta Leopoldo María Panero y me ha recitado de memoria poemas de Porfirio Barba Jacob para mostrarme que sabe de Colombia, pues uno de sus hermanos fue novio de la ya fallecida poeta colombiana María Mercedes Carranza. Me ha dedicado su bello primer libro "Así se fundó Carnaby Street" donde dice cosas tan maravillosas como "todos temen que el gigante vuelva a entrar en acción". Hablar con Panero, uno de los grandes autores españoles vivos, un hombre que ha asumido la sabia locura como la única solución al desastre, entre tantos libros de poesía, y después leerlo saboreando una cerveza Dorada es una forma milagrosa y mágica de terminar el día.
Con el poeta Panero, que como todo poeta loco nos salva en este mundo de marcas, cifras, dinero y burócratas fríos, terminamos un día más en Canarias, un archipiélago de sueños literarios y de viajes colocada en el centro de un Océano Atlántico que nos baña y nos nombra. Y comprobamos que no hay nada más nutritivo que el viaje y la errancia, los exilios de los mares y los continentes.
http://www.lapatria.com/Noticias/ver_no ... &CODSEC=13
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