
La entrada al Valle de Jinámar ha sufrido casi una decena de vertidos de aguas fecales y de sangre en menos de un año.
Decenas de litros de aguas fecales saliendo a borbotones ante el asombro y la indignación de los vecinos. Ésta era la estampa que ayer podía divisarse a la entrada del Valle de Jinámar, justo donde el sufrido barranco de Las Goteras cruza la autovía GC-1 y muy cerca del lugar en el que máquinas de toda clase construyen -sin prisa, pero sin pausa- los dos nuevos centros comerciales de la Isla.
Para desgracia de todos, Jinámar ha terminado por convertirse en el descontrolado sumidero del vértice nororiental de Gran Canaria. Los millones de litros de aguas fecales que rebosan de la red de alcantarillado desplegada a escasos 500 metros de la histórica noria de Jinámar no sólo proceden de las 5.000 viviendas censadas en el antiguo polígono, "sino también del matadero, del complejo de Mercalaspalmas y de varias urbanizaciones de los términos municipales de Las Palmas de Gran Canaria ySanta Brígida, entre otros", según recordaba ayer, a pie de fuga, Pablo Rodríguez, presidente de la asociación de vecinos Nuestra Señora de la Concepción de Jinámar.
El nuevo e inacabable riachuelo de detritus que surca desde el jueves el acceso al barrio más poblado de Telde no es, por desgracia, un hecho aislado.
En el último año, los vecinos, hartos de presentar sus denuncias a los dos consistorios afectados por el derrame, han contabilizado ya casi una decena de derrames. Los ha habido incluso de sangre y vísceras procedentes del matadero, aunque los que suelen predominar son los de aguas negras. "Jinámar se ha terminado por convertir en la costa de la mierda", resumía ayer con impotencia un afectado.
Se cuentan por millones los litros de aguas fecales que han terminado por desembocar en la playa de la Condesa.
EN EL MAR
De ahí, la corriente arrastra hacia el sur el caudal, que ofrece una tonalidad marrón clara a la marea.
Este hecho, unida a la rotura de otras redes de saneamiento que transitan por el barranco Real de Telde, ha motivado que las playas de La Garita y Playa del Hombre continúen un día más cerradas al baño porque los análisis realizados por los técnicos de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias determinan que el índice de bacterias es muy superior al recomendable. Mucha gente, eso sí, se sigue bañando pese a los carteles.
La red de alcantarillado del lugar es a todas luces insuficiente. No sólo es una opinión de los afectados, sino una reflexión efectuada días atrás por el propio FranciscoSantiago.El alcalde de Telde ya ha alertado de que se hace necesario desplegar nuevas conducciones para evitar un mayor desastre medioambiental.
Por ese mismo motivo, se ha dirigido al Consejo Insular de Aguas para lograr fondos con los que afrontar la construcción de un nuevo entramado para canalizar estos líquidos.
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