Con el cierre del Chic se acaba el último mito de la noche sureña grancanaria. Es la consecuencia terminal del panorama desolador que planea desde hace años en lo que fue un paraíso de glamour y felicidad, de fiesta y alegría, de aquellas mágicas noches sureñas. Es el camino que ya recorrieron tantas salas legendarias ya desaparecidas: Tamango, Spider, Jack Daniels, Mister Gato, Bananas, Xenox, Joy, Studio 80 (ex-Chic-Cream), La Bamba, California, Beach Club o La Rocka. Pero a diferencia de aquellas en este caso habrá un nuevo resurgir de la mano de Pachá, que planteará un nuevo espacio de ocio acorde con la nueva realidad.
La revisión que ha realizado esa franquicia de su modelo de negocio ha obligado al concesionario en Maspalomas a adecuar las instalaciones en busca del nuevo concepto de la marca. Un concepto que busca asemejarse al servicio que este grupo ya ofrece en otros lugares del planeta, con mayor nivel de clientela, servicio de restauración, fiestas temáticas y colaboración de los artistas de la firma. Al parecer el proyecto está finalizado y listo para ponerse manos a la obra. Esta es la información que he podido obtener de momento.
Es de esperar que esta mirada al futuro sea para beneficio de Gran Canaria, que tanto necesita reactivar sus órganos vitales. El ocio turístico es, sin duda, una de sus claves. Ojalá actuaciones de este estilo sirvan de ejemplo para una clase empresarial excesivamente acomodada en un pasado gris e inmóvil, y catapulte el lado ambicioso que deben poseer para acometer una remodelación inaplazable de instalaciones, centros comerciales, hoteles, parques, edificios o puertos deportivos. Porque, francamente, el sur, con la excepción de Meloneras, se cae a cachos, con la connivencia de una administración municipal caótica, anárquica y desconcertada. Solamente el sol ha salvado a Gran Canaria de la hecatombe. Que no sea tarde para resurgir como el ave Fénix.
