Y es que bajo el título que pareciera anticipar un soso texto dirigido a estudiantes de una maestría en biología teórica, Sagan y Schneider presentan con amplitud y sencillez una idea fascinante: dadas ciertas condiciones, la vida no tiene otro remedio que existir.
Así, el planeta número 490 hallado en otras estrellas, que tendría de tres a cuatro veces la masa terrestre y se halla en la llamada zona habitable, es decir a la distancia requerida de su Sol para que pueda existir agua, debe tener alguna forma de vida. El prestigioso astrónomo australiano y miembro del programa SETI Ragbir Bhathal pone sobre el tapete un inquietante trabajo dirigido por él hace dos años: la recepción de un misterioso y único pulso de luz, captado por él mismo en persona y procedente de la misma región de espacio, a 20 años luz de distancia, en la que se ha encontrado el nuevo planeta. ¿Simple casualidad o una señal enviada por seres inteligentes? El debate, una vez más, está servido. Difícil de explicar por causas naturales, aquel único pulso luminoso fue captado en los alrededores de Gliese 581 mucho antes de que se supiera que la estrella tenía en su órbita planetas «potencialmente habitables».
Puede que se trate de una simple coincidencia, pero este hecho sin duda singular añade una nueva capa de misterio al anuncio realizado hace apenas unos días por un equipo de astrónomos de las Universidades de California y Santa Cruz y del Instituto Carnegie de Washington: el hallazgo de Gliese 581g, el mundo más parecido a la Tierra encontrado hasta el momento. Con éste, ya son seis los planetas conocidos alrededor de la misma estrella. El caso del último planeta descubierto es muy diferente: Gliese 581g no está cerca, sino justo en medio de la zona de habitabilidad. Un lugar que en nuestro propio Sistema Solar está ocupado por nosotros. Su descubridor, Steven Vogt, profesor de Astronomía y Astrofísica de la Universidad de Santa Cruz, afirma estar convencido «al cien por cien» de que allí hay vida.
De ahí a relacionar este hallazgo con la misteriosa señal de Bhathal solo hay un paso. Una distancia muy corta pero que la Ciencia está obligada a recorrer despacio y con la máxima cautela.

La NASA utiliza láseres para comunicarse en el espacio, así que no es tan descabellado imaginar que una civilización extraterrestre podría usarlos también. Enviar una señal láser hacia una región en particular del espacio es tan sencillo que casi podríamos hacerlo hoy en día, agrega Paul Horowitz, profesor de física en la Universidad de Harvard.
Por ejemplo, el láser NOVA del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore (California), utilizado en experimentos de fisión nuclear, es capaz de producir más de mil millones de vatios de luz láser durante una pequeñísima fracción de segundo. Si reflejásemos ese haz en un espejo de 10 metros como el existente en el telescopio Keck de Hawai, podríamos emitir una luz 5.000 veces más brillante que el Sol hacia donde quisiéramos. Tenemos que asumir que ET también es capaz de hacer algo así. Acontecimientos todos, ocurridos a escasos dias de que The Suday Times publicara una falsa noticia sobre un supuesto nombramiento de la astrofísica malasia, Mazlan Othman, como "embajadora" de la ONU para el Espacio, pero que aunque rotundamente desmentida, podría tener visos de globo sonda para descifrar una supuesta reacción, positiva o negativa, de la población mundial. Aunque la noticia sonó a chiste, nadie se desgarró las vestiduras, y ni siquiera los lunáticos o fundamentalistas religiosos se inmutaron. No es mala señal.
Unido a todo lo anterior tenemos el Proyecto Revelación/Disclosure Project, un proyecto de investigación no lucrativo que está trabajando para exponer completamente los hechos sobre los OVNIs, inteligencia extraterrestre y avanzados sistemas clasificados de propulsión y de energía.
http://www.mind-surf.net/extraterra1.htm
Las desclasificaciones ovnis ocurridas en los últimos meses de forma compulsiva en diversos paises de todo el planeta, los testimonios de pilotos, militares y científicos, cada vez más claros y libres, hacen sospechar lo que muchos intuían: diversos gobiernos mundiales disponen, desde hace tiempo, información secreta; si así fuera, el proceso para darlo a conocer a la opinión pública mundial no puede ser instantáneo: es necesaria una concienciación paulatina, con movimientos cautos, lógicos y apoyados en la ciencia, alejada de charlatanes e iluminados. Justo lo que se estaría haciendo.
Otra cosa será pensar en colonizar un planeta habitable a 20,5 años luz de nuestro Sol. Aparte de la imposibilidad manifiesta que supondría tal viaje interestelar, puesto que ni siquiera con una tecnología de propulsión que implicara el 99,9% de la velocidad de la luz sería posible - se tardarían unos 200 años terrestres de viaje - entraría en juego la cuestión filosófica, ética y moral: ¿quién demonios es el Hombre del planeta Tierra para colonizar un planeta, tal vez habitado? Nadie, ni siquiera con la excusa de depredar sus posible riquezas naturales. Eso, justamente, que ha hecho a su propio planeta, a su propia casa. ¿Qué penasría el Hombre de la Tierra si una civilización extraterrestre inteligente y avanzada intentara colonizar la Tierra, extraer algún mineral o querer el agua de los océanos? Sólo se podría contemplar una interactuación con otros posibles pueblos del Universo, en franca confraternización, aunque todavía suene a ciencia-ficción. Y por ahora, de momento, lo único que puede contemplar la Humanidad de la Tierra sería enviar un saludo a otras civilizaciones, si las hubiera receptivas.
Y si alguna otra ya hubiera contactado, interactuar, con el fin de avanzar hacia un estadio de conciencia superior. Que ya va siendo hora, y la fecha de 2012 no es mala. Mientra tanto, antes de pensar en exoplanetas habitables, tal vez sería mejor resolver los gravísimos problemas de esta Humanidad, geopolíticos, económicos, sanitarios y de hambruna y guerras estúpidas y fanatico-religiosas. Ahora bien, todo lo que sirva para despertar la conciencia del Hombre de la Tierra, bienvenido sea.
Otros destacados científicos de enorme prestigio, tal vez los dos más importantes del momento, nos dejan sabrosas conclusiones: Michio Kaku y Jacques Vallée.
http://www.imprescindiblesdelaciencia.es/?p=4088
http://mitosdelmilenio.com.ar/mytovn17.htm