Museo de cera en Las Palmas de G.C.

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Con la valentía que me dan 5 cubatas:

Mi museo de cera no es una idea original, sino copiada. Y no copiada de otro museo, sino de un cementerio. No es un cementerio real, con mármol y lápidas, sino un cementerio emocional.

Hace años, alguien le regalo a un familiar el libro de memorias del brasileño Jorge Amado: "Navegación de cabotaje". A los que hayan leído alguna de sus novelas probablemente no les sorprenda que se haya muerto sin el Nobel. Pero no deja de ser un libro fresco, ameno y totalmente diferente a cualquier libro biográfico.

En dicho libro habla de su cementerio privado: en él entierra metafóricamente a las personas que lo han traicionado. Para el yacen allí, aunque las encuentre a diario por la calle. No significan nada, son cadáveres.

No necesito un cementerio así: mis enemigos se volatilizan tan rápido de mi mente como un vampiro al amanecer, no tienen cuerpo de cadáveres. Entonces se me ocurrió esta idea.

Mi museo de cera es similar. Pero allí solo pongo a mis amigos. Los que siempre serán amigos, aunque ya no te llamen ni se preocupen por ti. Una amistad solo se acaba por alta traición, afortunadamente es muy rara.

Primero porque nadie pondría a un amigo en un cementerio. Sería algo imperdonable. Un museo es serio, pero no es triste. Es solemne, que no fúnebre. Y, sobre todo, porque un museo está para recordar el pasado.

¿Cuándo se recuerda el pasado con un amigo? cuando no se mira hacia el futuro. ¿Cuándo no se mira hacia el futuro? cuando los objetivos no son comunes. Y eso pasa casi siempre.

Adivina, adivinanza.

Acertaste.

POR UNA MUJER.

La dinámica casi siempre es la misma: las llamadas se espacian, las conversaciones nunca incluyen planes para el futuro, poco a poco vas viendo a esa persona vital, dinámica, original y divertida amuermándose, amarujándose, volviéndose un poco tonto incluso, haciendo exactamente lo que dijo siempre que no haría: convertirse en la marioneta de una futura maruja.

Poco a poco vas descubriendo un levísimo desdén hacia tu persona, por seguir con la vida de siempre, por no haber "evolucionado" como ellos. Y tú tampoco ayudas, porque cuando te relata las maravillas de su amada, te respetas a ti mismo lo bastante para no hacerles coro..

En ese momento es cuando empiezo a tallar de forma mental la silueta en cera de mi amigo: la moldeo, la pulo, me la imagino con sus mejores cualidades en lo más alto de nuestra amistad, le doy color. Pero aun no la coloco en su sitio.

Espero al momento adecuado, que siempre llega: el de la frase burlona o prepotente, el del billete escondido a la hora de pagar, al gesto de hastío a uno de tus comentarios... soy diplomático y finjo que nunca me entero.

Entonces la estatua ocupa su lugar. Y allí recuerdo con cariño a mi amigo. Al que seguiré tratando con afecto cuando lo vea, por el que seguiré haciendo cualquier favor que me pida, pero que ya no forma parte de mi vida, ni de mis planes. Las pocas ocasiones futuras de contacto se limitarán a rememorar un pasado que ya no existe, ni volverá nunca.

La estatua de uno de mis mejores amigos de la infancia lleva meses colocada. He hecho sitio para la de los demás.

Solo una duda me corroe:

Si algún día de estos caigo en las garras de una mujer, ¿quién tallará la mía?

http://www.youtube.com/watch?v=_i2SUvjVWVc



P.D: Amigos del punto net, les quiero con locura

[takiroud]

Chico, eres muy grande.

[Angel]

Eres un genio.

[RiverPlate]

Enorme !!

jajaja lo que me reído con este post.