Springsteen pone a prueba la ciudad
La capital grancanaria se prepara para recibir a Bruce Springsteen el martes 15. Un concierto con una previsión de público de 40.000 espectadores, que será un "test de cara al futuro". El impacto económico del evento supera los tres millones de euros
Un desafío sin precedentes a nivel organizativo, de movilidad y seguridad. "Es una prueba de fuego para la ciudad en todos los sentidos y es la primera vez que se organiza un operativo específico de movilidad para las miles de personas que se esperan ese día en Siete Palmas, no hay antecedentes y desde luego será un test de cara al futuro". El concejal de Movilidad del Ayuntamiento capitalino, Ángel Sabroso, resume de esta manera cómo se afronta el desembarco en la isla de Bruce Springsteen & The E Street Band, que actúa el martes 15 de mayo en el Estadio de Gran Canaria, única fecha del estadounidense en el Archipiélago y segunda de las seis actuaciones concertadas en España con la gira de su último álbum de estudio Wrecking Ball.
Con un aforo habilitado de 46.000 personas en el recinto deportivo y una previsión de al menos 40.000 espectadores, la gran preocupación municipal no es otra que la capacidad de estar a la altura de tamaña concentración humana sin que se produzca el temido colapso circulatorio, y facilitar el tránsito hasta el concierto, el desalojo del Estadio y la salida del público una vez que termine el espectáculo.
La operación del martes 15 será determinante de cara a otros eventos culturales y/o deportivos a celebrar en esta zona. "Siete Palmas es la zona de grandes acontecimientos, y lo que hagamos ahora será fundamental para espectáculos similares o para la organización del MundoBasket 2014", apunta Sabroso. Aunque lo más inmediato es facilitar la movilidad de los seguidores del Boss. Dice Sabroso que "lo ideal sería conseguir al menos la mitad de los espectadores utilicen el transporte público, porque el transporte colectivo es la alternativa más creíble y segura para ir al concierto".
Con una oferta de 20.000 plazas en guagua durante el día, con refuerzo en las cuatro líneas que llegan hasta Siete Palmas desde distintos puntos de la ciudad, se recomienda obviar el coche tanto a la ida como a la vuelta. Medio barrio estará cortado al tráfico, con la calle Fondos de Segura reservada a emergencias y con una kilométrica parada de taxis inserta en el carril guagua de la avenida Felo Monzón, y rotondas en dos direcciones.
Del éxito de este plan de movilidad y seguridad en el que participan más de 400 efectivos policiales y de emergencia, dependerá que se pueda repetir la experiencia. "Está claro que estamos ante una oportunidad única para la ciudad, un hito en su oferta cultural que nos da una fortaleza tremenda como reclamo turístico, éste es el camino al que debemos aspirar y apuntar todos en la misma dirección", sentencia Pablo Barbero, concejal de Turismo de la capital grancanaria. Al público de las Islas hay sumar otros miles que llegan desde la Península, según las previsiones del Cabildo. "Es difícil calcular el impacto económico, si bien podría rondar los tres o 3,5 millones de euros", asegura Barbero, teniendo en cuenta que en Sevilla, y con un aforo de 60.000 personas en el estadio de La Cartuja, se prevé un retorno de unos cinco millones de euros.
Un martes de fiesta
Garantizado el transporte, accesos y evacuación, queda ahora convertir Siete Palmas en una fiesta colectiva un martes. Los empresarios y comerciantes del barrio tienen claro que ese día toca hacer negocio. Las puertas del Estadio se abrirán a las 18.00, tres horas antes del inicio del concierto para el acceso escalonado. Desde mediodía se han organizado actividades musicales y de ocio promovidas por la asociación de empresarios de Siete Palmas.
Menús especiales a precios económicos con la habilitación de dos amplias terrazas, una en las ramblas y otra prevista en un espacio abierto en las inmediaciones del recinto deportivo, para que el público se acomode e incluso pueda comer o descansar en el previo, son algunas de las acciones para "un día muy especial", según Ignacio Guerra, presidente del colectivo de empresarios. "Si cada espectador de Springsteen gasta entre 20 y 30 euros, es posible que el negocio por el concierto sea de 700.000 o 900.000 euros", afirma.