Cuento de Navidad (Version UD Las Palmas)

[diablillo amarillo]

CUENTO DE NAVIDAD
Era la víspera de reyes. Manuel Ángel, un empresario de éxito, se disponía a meterse en la cama. La noche era fría. Después de preparar los regalos para su familia, subió a acostarse. Después de un rato, dando vueltas intranquilo, se durmió. O eso pensó. Una extraña sensación le sobresalto. Abrió los ojos, y cerca de la suya, vio la cara de un niño que le miraba. Se quedo frio y asustado, porque enseguida reconoció la cara. Era muy parecida a la suya cuando era niño, pero sabia que era la de su padre. La había visto muchas veces en fotos. Se froto los ojos varias veces y volvió a mirar.
Atónito contemplo a la figura que continuaba mirándolo fijamente. Balbuceando le pregunto quien era. El chico se acercó y le tomo de la mano, y le dijo que era el espíritu de las navidades pasadas. Le pidió que le acompañase en un viaje corto, y tras apretarle fuertemente la mano, le pidió que cerrase los ojos. Un momento después cuando los abrió, vio a un grupo de niños que jugaba al futbol en un campo de futbol que enseguida reconoció. Era el de su barrio, aunque era imposible. Ese campo no existía, habían fabricado un colegio y un pabellón polideportivo. Se froto los ojos, y enseguida se volvió a quedar patidifuso. Se reconoció en uno de los chicos que jugaban, estrenando su nuevo equipaje de Las Palmas. De repente, una voz conocida, cálida y cariñosa le llamo, se giro, y vio a su padre que le decía: Manu, no ensucies el equipaje, que nos vamos para el Estadio…. Los ojos se le llenaron de lágrimas. Se acordó enseguida de aquel día. Después de jugar se habían ido al estadio y había disfrutado de uno de los días de reyes mas felices de su vida, porque Carnevali y German, sus ídolos infantiles, se habían sacado una foto con el.

De repente, todo se volvió oscuro. Estaba acostado. En la oscuridad de su habitación. Estaba sudoroso y jadeando. Asustado. Pero una pequeña sensación de felicidad le recorría. Se dio la vuelta, e intento volver a conciliar el sueño. No se dio cuenta de si se había dormido o no, cuando volvió a sentir algo raro… Abrió los ojos y se irguió sobre la cama. En los pies, había un señor que le miraba impasible. ¿Quien es usted? Pregunto sobresaltado. La alarma no había sonado, y se intrigo porque no sabía como podía haber entrado. Antes que pudiera preguntarle nada, la figura, le dijo que era el espíritu de la Navidad Actual. Sin decirle nada mas, lo cogió de la mano y en un parpadeo se vio en otro sitio.

El estadio de Gran Canaria, estaba semivacío, como casi siempre. El equipo, como desde que había vuelto a ascender, había ido dando tumbos y eso que este año, parecía que las cosas iban mejor. Desde su puesto en el palco, se fijo en que se iban a sacar las rituales fotos de equipo, y se fijo, en que solo había dos pequeños. ¿Qué raro? Pensó. Tradicionalmente, los pequeños, eran un enjambre, en el partido que tocaba después de reyes, para sacarse la foto con sus nuevas equipaciones que les regalaban, junto a sus ídolos . Miro a su alrededor y apenas pudo ver a ningún chico.

Nuevamente, retorno a la oscuridad de su habitación. Estaba perplejo. Dos sueños en una noche. Y recordarlos claramente…. Nunca le había pasado. Supo que no volvería a dormirse, pero lo intento. Cerro los ojos y…. Nuevamente la misma sensación. Miro hacia delante y vio a un hombre mayor sentado enfrente de él. La cena debía estar en mal estado. Pensó. El hombre se acercó y pudo contemplarse a él, pero con veinte años más. De nuevo antes de darse cuenta, el hombre le cogió de la mano y otra vez, se vio en el estadio de Gran Canaria. Estaba completamente destrozado y faltaban casi todas las butacas. En el campo, casi sin hierba, unos chicos corrían detrás de un balón, y todos llevaban distintos equipajes, eso si, nuevos. Del Barca, del Madrid, del Atlético, hasta del Milán. Pero ninguno llevaba el de la UD. Se sorprendió, y le pregunto al hombre que pasaba. Este le contesto, que al principio, dejaron de ir los niños… Luego los mayores. Al final. El equipo, sin afición, sin nadie que lo soportase, se había vendido a un empresario que se lo había llevado a Linares, y le había cambiado el nombre. Hasta la equipación. Manuel le pregunto al señor, que quien lo había fue el culpable. El hombre le contesto tristemente: YO, O SEA TU…. NOSOTROS DOS….

De nuevo se despertó sudoroso en la habitación. Esta vez había sido fatal…. Pero… ¿Todo había sido un sueño?.......


PD- Todo esto es inventado y basado en el cuento de navidad de Charles Dickens … no es mio…. Cualquier personaje, es inventado y ficticio y cualquier parecido con la realidad es puramente anecdótico. ¿ O no?
NO AL FUTBOL SIN NIÑOS ........