Kylian73 escribió:Todo el mundo cree en Dios, pero nadie lo ha visto.
Todo el mundo sabe que ocurrió ayer, pero nadie lo cree porque nadie tiene pruebas.
Esto me recuerda a la guerra de Irak.
Todos tenemos razón. Los que necesitan pruebas, porque es verdad, que sin pruebas no podemos acusar. Y esto es un derecho.
Pero hasta ellos saben que la verdad ya la saben.
Y los que acusamos sin pruebas, yo entre ellos, “no me escondo”.
No tenemos el derecho de hacerlo. No se debe acusar sin pruebas. Está muy mal.
Al que se pregunte por mi contradicción, le respondo que ha veces no controlo mi carácter, y luego me doy cuenta.
Como ya he dicho en otro post, el equipillo me puede.
Perdone Presidente.
Aquí está la clave. Todo se reduce a materia de fe. O crees y confías en que MAR ha hecho lo correcto, o no confías en absoluto. Y eso es lo que diferencia la opinión de unos foreros de la de otros.
Y es materia de fe porque ya se nos ha dicho claramente que ha ocurrido algo grave en el vestuario que ha motivado el espectáculo del miércoles, pero como es asunto interno de vestuario, jamás saldrá a la luz. Por eso, o te lo crees, o no te lo crees. O confías o no confías. ¿Que cuál es la verdad?. En el fondo da lo mismo. Puedes investigar, pero nunca sabrás si tienes realmente todas las claves...
Yo he hecho mis deducciones.
¿Qué puede haber pasado en un vestuario que sea lo suficientemente grave como para que los jugadores convoquen reuniones urgentes que cancelen entrenamientos, y que desemboquen en el cese fulminante del entrenador?
a) ¿Puede que haya sido falta de confianza de los jugadores con su entrenador?. Yo lo descarto, eso no es motivo de convocatoria de reunión urgente. Eso se puede hablar en cualquier momento sin interrumpir la agenda de entrenamientos.
b) ¿Trato verbal vejatorio del entrenador? Puede que algunas palabras fuera de tono o varias salidas de tiesto motive reuniones en una plantilla que haya visto colmada su paciencia, pero el caracter urgente y la apresurada llamada al presidente, así como su destitución fulminante no me parecen una consecuencia lógica. Si el presidente no estaba localizable, incluso la plantilla podía tener el recurso de la denuncia al presidente vía carta interna con firma de todos. No parece razonable que el tema se tuviera que resolver en ese mismo día.
c) Se me ocurren cosas realmente graves que pueden motivar la urgencia en la toma de determinaciones: ¿agresiones físicas? ¿incitación al dopaje? ¿acoso sexual? ¿intento de violación? ¿consumo de estupefacientes? ¿mobbing? ¿amenazas? ¿robo? ¿asesinato?... sigan poniendo burradas llevadas al extremo si quieren imaginar. La mayoría son de tal calibre que realmente parecen inverosímiles. Evidentemente dudo de la mayoría, porque son constitutivas de delitos tales que incluso una destitución fulminante se quedaría corta como represalia, y deberían desembocar en una denuncia en los juzgados (aunque muchas veces, se puede negociar un acuerdo de silencio público a cambio de alguna compensación en forma de ¿rebaja de los emolumentos que corresponden según el contrato, por ejemplo?). De todas formas, sinceramente, si bien algunas de las situaciones que he planteado me resultan completamente inverosímiles, otras no tanto. Y a lo mejor se me escapan algunas que no se me han pasado por la cabeza...
Ya sé que tengo mucha imaginación, pero me temo que el que tenga interés en saber la verdad de lo que ha ocurrido tendrá que recurrir a ella, y aplicar un poco de razonamiento lógico en todo aquello que imagine. Y, al final de todo el proceso, tendrá como resultado... PURA ESPECULACIÓN.
Así que, volviendo al principio:
CONFIAR o NO CONFIAR, esa es la cuestión. Es lícito que tomes cualquiera de los dos caminos. Sé libre de pensar lo que quieras: no te faltarán motivos para defender tu postura... Pero la verdad parece que nadie la va a contar. Juan Manuel Rodríguez dice que quiere irse callado. Los jugadores responden con evasivas incoherentes. MAR dice que prefiere sufrir indefensión ante la crítica pública que revelar temas de vestuario... Quizás dentro de algún tiempo, alguien se vaya de la lengua y descubramos alguna clave que hoy ni sospechamos. Pero para entonces, el tema estará tan en el pasado que ni nos importará...