JORDI SOLER
La mala educación
El endurecimiento de las medidas contra los inmigrantes que aparece cíclicamente en la agenda de la Unión Europea tiene mucho de amnesia y un buen porcentaje de ingenuidad, porque si algo demuestra la historia de los flujos y reflujos migratorios de todos los tiempos es que no hay ley, ni muro, ni forma de impedir la entrada de una persona que, con el irreprochable objetivo de alimentar a su familia, pretende introducirse en un país que le ofrezca mejores oportunidades que el suyo.
Europa, y aquí viene la amnesia, le debe la vida a todos esos europeos que emigraron a otras latitudes en busca de fortuna; el soplo que trajo el Nuevo Mundo fue crucial para la consolidación del Viejo Continente. ¿Qué hubiera sido de la hoy pujante y boyante Irlanda si en el siglo XIX, durante la gran hambruna, Estados Unidos hubiera "endurecido" las medidas contra los inmigrantes? Éste es un asunto de conciencia nacional con el que tendrán que lidiar en su momento los irlandeses. En cuanto a nosotros, en España también tenemos nuestra propia cuota de amnesia, que nos lleva a hacer cosas que, si nos ajustásemos a cualquier manual de urbanidad básica, serían calificados como esos actos impropios que hace la gente maleducada y malagradecida.
Ahora voy a recordar una historia que debiera ser inolvidable, máxime en estos momentos: en el año de 1937, en la sede de la Sociedad de Naciones, en Ginebra, todas las democracias del mundo hacían la vista gorda para no condenar el golpe de Estado del general Franco, ni la intervención de Alemania e Italia en la Guerra Civil española. El silencio y la pasividad de aquellos gobiernos frente al golpe contra la República legítimamente constituida fue, y sigue siendo, una vergüenza.
Sólo un país defendió entonces, contra viento y marea, al Gobierno de la República: México. El presidente Lázaro Cárdenas, a través de su embajador en Ginebra, Isidro Fabela, dijo, ante el pasmo de todos los demás, cosas como ésta: "El Gobierno mexicano no reconoce, ni puede reconocer, otro representante legal del Estado español que el Gobierno republicano". El resto guardó silencio con tanta disciplina que, unos años más tarde, el Gobierno golpista español conseguiría un asiento en la ONU, el organismo en que se convirtió la Sociedad de Naciones, como si se tratara de un gobierno normal, legítimamente elegido por el pueblo.
Lázaro Cárdenas sostenía que las personas que, por cualquier razón, tenían que abandonar su país debían ser recibidas por otro. Esto le parecía un principio de elemental humanidad, y guiado por este principio ofreció asilo a miles de inmigrantes,entre ellos, a decenas de miles de españoles que no sólo habían perdido la guerra sino también su país. Ante el fracaso de su embajador Fabela, cuyos esfuerzos por defender el Gobierno legítimo de Manuel Azaña fueron premiados con un sonoro silencio, Cárdenas abrió las puertas de México a cualquier inmigrante español, con profesión o sin ella, sin más trámite que la necesidad, o el deseo, de rehacer su vida y labrarse un porvenir en aquel lejano país de ultramar.
En estos días en que la Unión Europea endurece, un poco más, las medidas contra los inmigrantes "sin papeles", no está de más tener presente esta historia, que tiene apenas 70 años de antigüedad, y no está de más recordarla porque las normas comunes que salen de Bruselas, que intentan controlar el flujo de emigrantes que entra todos los días a Europa, no son más que una aproximación, un tanteo, a veces bastante torpe, que con frecuencia se agita según los aires políticos del momento.
Estados Unidos, que nos lleva décadas de ventaja en este tema, se ha cansado de construir muros y leyes y de inventar cuerpos de policía especiales, y aun así no ha podido encontrar la solución para que los emigrantes latinoamericanos dejen de colarse por sus fronteras. La inmigración es el peaje inevitable que tienen que pagar los países ricos, y todo lo que puede hacerse al respecto es, más o menos, acotarla. Porque sin este margen se caería en la persecución, en la criminalización del inmigrante, en la instauración de un Estado policiaco que iría en contra de lo que es Europa, un territorio donde ante todo se practican los valores de respeto de la dignidad humana, sin los cuales este continente se convertiría en un holding de empresarios dedicados a la multiplicación de sus riquezas.
Dentro del margen que el fenómeno exige, cada país europeo debe tener presente su propio historial migratorio, que es parte indisociable de su historia, una particularidad que no puede meterse en el saco general de medidas de la Unión Europea. Por ejemplo, España tiene responsabilidades con Latinoamérica que Irlanda no tiene, porque España, guste o no, es la madre patria de aquel continente y además, a lo largo de su historia, los españoles han emigrado con bastante normalidad a aquellos países; cosa que, hasta hace unos años, también sucedía a la inversa.
Pero aquel periodo idílico, de elemental justicia, se ha terminado: la urgencia europea por controlar el aterrizaje, o el desembarco, de los inmigrantes, ha provocado, entre otras cosas, que el Gobierno español pase por alto esos años, nada remotos, en los que para progresar, para ganarse mejor la vida, había que irse de España, había que emigrar a otro país.
Pondré como ejemplo el caso de un mexicano que quiera viajar a España, porque es el que mejor conozco, porque tiene que ver con esa historia de conmovedora solidaridad que protagonizó el presidente Lázaro Cárdenas, y porque ilustra perfectamente cómo las medidas contra el inmigrante se han endurecido de manera irracional. Setenta años después de aquella historia, todo mexicano que venga, no a quedarse, sino a pasear a España tiene que someterse a un control nada cortés en el aeropuerto de Barajas o en el de El Prat; un control en el que un oficial le exigirá que enseñe el billete de vuelta, una cantidad mínima de 57 euros por cada día de estancia, el comprobante de una reserva de hotel y, si se trata de un turista que viene a visitar a un familiar o amigo, es decir, que no se hospedará en un hotel, una carta de invitación que previamente ese sufrido familiar o amigo habrá tenido que ir a tramitar a la comisaría de su barrio. Hay que añadir, porque no sobra, que los mexicanos son una minoría en España; una minoría que no sólo no amenaza la integridad de la Unión Europea, sino que ni siquiera pinta en las estadísticas del Ministerio de Trabajo e Inmigración.
Estas medidas duras e inútiles, que se aplican sin ningún rubor tanto a los mexicanos como a la mayoría de los latinoamericanos, hijos todos de la madre patria, deberían pesar en la conciencia colectiva de España, que hoy es rica y próspera gracias a sus emigrantes y a sus inmigrantes. Olvidar esto, pasarlo por alto, es de gente mal educada.
EL POST DE COLUMNISTAS, ARTÍCULOS DE OPINIÓN
- Amarilla
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Personas como Irena pasan a menudo desapercibidas por el mundo. No así a los ojos de Rosa Montero, cómo no.
Irena
ROSA MONTERO
Llevo una semana pensando en Irena Sendler. Quizá su nombre no te suene; pero si te digo que era la increíble viejecita polaca que salvó del genocidio a 2.500 niños judíos, la recordarás, porque su historia es inolvidable. También lo era su rostro, esa carita bellísima de centenaria feliz, esa graciosa anciana con aspecto de gnomo.
Irena encarna a la perfección el heroísmo. Liberó a los niños y les dio otra identidad aria. Descubierta por los nazis en 1943 y torturada bárbaramente (le rompieron los brazos y las piernas), no contó dónde estaban los pequeños. Fue condenada a muerte, pero un guardia la dejó escapar. Acabó la guerra y, como la antinazi Irena también era anticomunista, el nuevo régimen polaco sepultó a la incómoda heroína en el silencio. Qué inquietante es la vida: si no hubiera sido tan longeva, hoy no estaríamos hablando de ella. Porque sólo fue redescubierta en 1999 por tres estudiantes de instituto. Y, como estaba viva, quedaba bien sacarla en las noticias. De haber fallecido, su gesta sólo hubiera merecido alguna mención en un libro académico. Así somos los medios, así es esta sociedad que todo lo mastica y lo devora. Nos comimos a la ancianita Irena con delectación, como si fuera un caramelo: por fin algo hermoso que paladear. Pero, cuando fue propuesta para el Premio Nobel de la Paz en 2007, se lo dieron a Al Gore, naturalmente, porque los premios forman parte de la convencionalidad más berroqueña, y en ese mundo de poder una abuelilla / caramelo nunca puede competir con un vicepresidente. Y, sin embargo, yo estoy segura de que la verdadera vida (o la verdad de la vida) está en los seres luminosos como Irena, y en los monstruos abisales, como Fritzl, el verdugo austriaco. Los ángeles y los demonios están en este mundo. El infierno son los otros, como decía Sartre, pero también el cielo.
Gracias a Irena por haber sido un soplo de vida para los niños judíos. Y gracias a Rosa Montero por recordarla.
Me encanta este post porque ha reavivado mi lectura de articulistas de opinión con más asiduidad. Los dos últimos que has colgado, Amarilla, los había leído por la mañana y, cuando al mediodía los iba a colgar en el post, resulta que ya te habías adelantado jejeje Da gusto entrar aquí y encontrar siempre algún artículo interesante! 

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BIRMANIA, OBJETIVO DE LA LIBERTAD
NICOLÁS GUERRA AGUIAR
NICOLÁS GUERRA AGUIAR
Sólo veinticuatro horas necesitó la tríada de Azores (EE UU, Inglaterra, la España del Partido Popular) para concretar la invasión de un segundo país en nombre de la liberación de su pueblo. Reclaman también el apoyo de otras naciones occidentales para echar por tierra -como hicieron con Sadam en Irak- la sanguinaria dictadura militar establecida en Birmania desde los primeros años sesenta del siglo pasado y que despreció los resultados de unas elecciones perdidas en 1990.
Muestran los medios de comunicación al señor Aznar a la cabeza de manifestaciones en distintas ciudades españolas y europeas, acompañado siempre por la plana mayor de su equipo de Gobierno y barones en el año de Irak y, tras ellos, miles de militantes que ahora también apoyan y justifican la nueva invasión, el derrocamiento de aquellos milicos que desprecian a los ciudadanos, sometidos al más oscuro de los terrores con encarcelamientos, palizas, desapariciones, despreciables métodos de los que no escapó ni Aung San Suu Kyi, Premio Nobel de la Paz.
Elevan sus voces en ordenados desfiles y reclaman al Gobierno psocialista contundentes acciones, movilizaciones de los Ejércitos, planificaciones militares que lleven a tierras birmanas a miles de soldados españoles, a profesionales de la milicia en acción de guerra para lograr la paz; piden cetmes cargados para conseguir las libertades; exigen tanques y bombarderos que destruyan a los oligarcas, a los sátrapas que allí se impusieron por la fuerza en claro desprecio a las sagradas instituciones usurpadas a la ciudadanía: "Créanme si les digo que allí no hay democracia", afirmó el señor Aznar en el Parlamento.
Y sus voces, aunque ordenadas y educadas, manifiestan desagrados, enojos y descontentos porque el Gobierno psocialista, una vez más, no se moja, no se define con claridad, no irrumpe con marciales ímpetus a toque de corneta para formar parte de las Fuerzas Internacionales que Naciones Unidas también reclama y así devolver a los ciudadanos birmanos la libertad usurpada. Les echan en cara -y con razón- que quieren nadar y guardar la ropa, que dicen sí, pero?, que sólo buscan palabras que comprometan buenas intenciones pero nada significativas en realizaciones prácticas.
No entienden -porque sus nobles sentimientos palpitan y rebosan- que los psocialistas sean reticentes a intervenciones militares, a bombardeos, a rememorar madres de todas las batallas, a llevar a los birmanos las excelencias del mundo occidental, de aquel mundo en cuyas orillas nacieron las filosofías que hablaban de voluntades populares, de poderes del pueblo. Y eso que cuentan con el presidente USA, otra vez en misión casi celestial, salvadora, porque su corazón llora y padece los sufrimientos ajenos.
Y por más que han llamado a la nueva Cruzada, por más que elevan la voz y en noble gesto tienden la mano al señor Zapatero, su insensible Gobierno no siente la llamada que definió a España desde 1492 con persecuciones a judíos, a moros, a mozárabes y a otras razas que no quisieron entender la sacrosanta misión del castigo de herejes y nación elegida por el Sagrado Corazón.
No, se niegan los psocialistas -y eso enerva los nobles sentimientos del PP- a echar del poder a quienes estafan a su pueblo con un estafador referéndum (92,4 % de apoyo en la mitad norte del país), a quienes roban la ayuda internacional para los cientos de miles de víctimas que el ciclón Nargais causó; se niegan a usar la fuerza para derrocar a los militares que asaltan a los miserables abandonados por su propio Gobierno; miran para otro lado ante la sanguinaria dictadura militar que abre fuego contra manifestantes pacíficos, denunciada por Amnistía Internacional, Naciones Unidas?
Y los psocislistas -los que hicieron helar la sangre de viriles brazos, los que obligaron a sus soldados a huir del campo de batalla en Irak- siguen sin mirar para la antigua Persia porque no quieren reconocer que, gracias a Gobiernos como el de Aznar, hoy aquel país es modelo de auténtico poder popular, de permisivos regímenes de convivencia, de máximos respetos. No quieren reconocer que en Irak hoy la vida es sagrada, rigurosamente respetada por las fuerzas del orden, educadas en la más absoluta sumisión a la dignidad de las personas, a los derechos humanos. Y olvida el señor Zapatero que gracias a la justa invasión de Irak hasta el precio del petróleo sigue a la baja desde que el sátrapa de Sadam fue ajusticiado.
Pero no importa, no: la Historia reclamará, un día, tal vileza al Gobierno español y elevará a los altares a las huestes populares con su mesías al frente, como antaño, como siempre que la libertad de un pueblo lo exija: la Historia no la escriben los cobardes. Y por eso, una vez más, se reunieron en Azores para invadir Birmania (o Myanmar). Loor y gloria a tan nobles sentimientos. Porque los generales birmanos -créanme lo que afirmo, dijo Aznar"- pueden hacer sombra a sociedades internacionales afincadas en Europa, en USA, dulcemente embriagadas en el tráfico de la adormidera o planta del opio, como en los cuentos de Tintín.
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Joaquín Sabina
Tercetos para Telma
Está tomando un cariz
siniestro el tócame Roque
de la telesituación.
Ladillas en la matriz,
mal de ojo en el enfoque,
estoque sin compasión.
Lo rosa tiene un barniz
entre amarillo y cobarde,
entre canalla y marrón.
Vinagre en la cicatriz,
madrugadas por la tarde,
carreras en la estación.
Arranque el juez de raíz
(se acabó lo que se daba)
la caspa del corazón.
Por no doblar la cerviz
ante el vómito y la baba,
Telma Ortiz tiene razón.
- Amarilla
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Qué grande Millás. Y qué grande su reflexión, aunque no la comparta en absoluto. Cuánta ironía en Millás, es una de sus virtudes.
De nada
Juan José Millás
Las instrucciones que acompañan a las baterías de los teléfonos móviles aconsejan al usuario descargarlas totalmente siete u ocho veces para que no se produzca el "efecto memoria", que no sabemos en qué consiste, no lo pone. En cualquier caso, debe tratarse de algo horrible, de otro modo no lo llamarían así, el "efecto memoria", que parece el título de una novela de terror. Por otra parte, está comprobado científicamente que nosotros mismos, aun no funcionando a pilas, corremos el peligro de quedarnos atrapados en sucesos de los que no nos sacan ni con fórceps, a menos que seamos capaces de vaciarnos por completo en varias ocasiones a lo largo de la vida. Hay gente que a los 50 años todavía habla con un odio infinito del prefecto de disciplina del colegio o del sargento que vendía enciclopedias en la mili. No se han desocupado del todo, como recomiendan los fabricantes de baterías, antes de volverse a llenar de vatios, afectos u obsesiones.
Por eso resulta envidiable gente como Piqué, que habiéndose limpiado hasta las heces de su pasado comunista, ha podido abrazar sin problemas la fe popular, lo que ha repercutido muy favorablemente en su bolsillo. Hoy mismo, y tras optimizar sus pagos a Hacienda con empresas familiares de dudosa actividad, es completamente rico. De no haberse vaciado tanto, habrían quedado en el fondo de su cartera algunos escrúpulos progresistas que taponarían la entrada a nuevas sensaciones. Y si el propio Aznar no se hubiera desamueblado por completo antes de volverse a rellenar, seguiría escribiendo artículos surrealistas en La Nueva Rioja, lo que habría hecho un daño económico incalculable a compañeros del colegio que estaban esperando que algún condiscípulo llegara a algo y les sacara de la miseria, que es muy mala.
El "efecto memoria" resulta dañino para el progreso de las personas. Si uno quiere ser alguien, es preciso olvidar, aunque se convierta en otro. Es mejor ser otro con una cuenta corriente saneada, que ser el mismo vendiendo pañuelos en un semáforo. Antes de abrazar una nueva fe, sea analógica o digital, religiosa o política, descárguese del todo de la anterior y busque un enchufe. De nada.
¿Cuántas personas hay que dejan de ser ellos mismos para complacer, para agradar? ¿Cuántas personas que se ven en el espejo del otro? No es malo que tu reflejo te lo dé el exterior, lo malo es cuando no te das cuenta y acabas, casi sin querer, dejando de ser tú mismo para convertirte en otra persona. Una persona artificial.
En mi humilde opinión, sé siempre tú mismo.
Saludos.
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El aeropuerto
Juan José MILLÁS
Cuando terminé los estudios, pasé algún tiempo buscando trabajo, hasta que advertí que no lo encontraría. Me había licenciado en Derecho sin vocación alguna, por hacer algo, aunque lo cierto es que tampoco había otra carrera que me sedujera. No obstante, para no preocupar a mis padres, que tenían pánico a la inactividad, salía todos los días de casa a primera hora y me pasaba la mañana dando vueltas por ahí, alternando largas caminatas con horas de café y de lectura de periódicos. Observaba mucho a la gente, pues se trata de la única actividad que no me fatiga. Si pagaran por observar, sería millonario. He observado a las personas en las situaciones más variadas que quepa imaginar: en el interior de los autobuses o del metro, dentro de sus propios automóviles, en los museos, en las conferencias, en los mercados, en las tiendas de artesanía, incluso en el cine, pese a la oscuridad. Un día, se me ocurrió ir al aeropuerto. Me coloqué junto a una de las puertas de Llegadas, como si esperara a alguien, y pase varias horas observando a la muchedumbre. Cada dos o tres vuelos, me tomaba un té, para descansar. Me llamaban mucho la atención las personas que mostraban un pequeño cartel con el nombre de la persona a la que esperaban. Un día yo mismo puse un nombre cualquiera en una cuartilla que desplegaba cada vez que llegaba un vuelo. Ponía nombres raros, extranjeros o supuestamente extranjeros. Un día que había escrito “Señora Kurtz”, al abrirse las puertas que comunicaban con la aduana, apareció una mujer que tras echar un vistazo a su alrededor reparó en mi cartel y se dirigió a mí, ofreciéndome su mano al tiempo que pronunciaba unas frases en alemán. Tras estrechar la mano que me tendía, le pregunté en inglés si había tenido buen viaje y me respondió en el mismo idioma. Tendría unos cincuenta años muy bien llevados, y vestía con naturalidad, es decir, con elegancia (en opinión de los comentaristas de la tele, las personas naturales son elegantes). Me preguntó si acudiríamos directamente a la cita y le dije que sí.
—A menos que prefiera pasar antes por el hotel –se me ocurrió añadir al reparar en su equipaje.
—Primero a la cita y luego al hotel –dijo.
Mientras nos dirigíamos a mi coche, guardado en el parking del aeropuerto, mi cabeza funcionaba a cien por hora, atajando los problemas antes de que aparecieran. Decidí decirle que el lugar elegido para la cita era una cafetería del centro. Al ver su expresión de extrañeza, añadí que habíamos tenido problemas con la calefacción en la oficina. Su paso era más enérgico que el mío, más decidido. Además, yo me había hecho cargo por cortesía de su equipaje –una maleta roja, de regulares dimensiones–, lo que aumentaba mi torpeza al caminar.
Ya en el coche, me dirigí al centro manteniendo con la señora Kurtz una conversación hecha a base de lugares comunes. Me dio la impresión de que conocía la ciudad, por lo que me dirigí directamente a la Gran Vía, concediéndome un poco de tiempo para decidir qué hacer una vez allí. Entonces, de súbito, en la intimidad del coche, me llegó su perfume, que poseía calidades remotas, como si lo hubiera percibido alguna vez en la infancia y luego hubiera desaparecido para siempre de mi vida. La memoria olfativa provocó en la visual la imagen de un jazmín que había en la casa donde veraneaba de pequeño. Lamenté mucho en ese instante haber entrado en contacto con la señora Kurtz de este modo fraudulento, pues en otras circunstancias, pensé, quizá hubiera intentado algo con ella. Me gustan las mujeres maduras y no niego que tengo algún éxito con ellas. Por si fuera poco, la señora Kurtz hurgó entre los discos que se amontonaban desordenadamente en el salpicadero y me pidió que pusiera uno de Simon y Garfunkel, dúo al que, pese a mi edad, adoro.
Llegados al centro, detuve el coche junto a la puerta de una cafetería (la de la cita, supuestamente) y le pedí que entrara en ella mientras yo iba a aparcar. La señora Kurtz salió elegantemente del automóvil y desapareció en el interior del establecimiento. Yo arranqué y volví a casa, donde pasé un día muy triste, como si el azar me hubiera arrebatado a una persona que estaba destinada a mí desde el principio de los tiempos. Por la noche, cuando mis padres estaban acostados, bajé al garaje, recogí la maleta de la señora Kurtz y la subí a mi habitación, donde la contemplé durante mucho tiempo sin atreverme a violarla. Después la escondí en el maletero y ahí continúa intacta desde entonces, hace ya casi cuatro años. Sueño que hay en su interior una revelación para la que aún no estoy preparado.
Cierto. Uno, por encima de todas las cosas, debe ser uno mismo. Es positivo ir aprendiendo de quienes nos rodean, pero para sumar a nuestra personalidad, a nuestra forma de ser... Nunca, jamás, bajo ningún concepto, para renunciar a lo que somos, porque lo que vemos en los otros nos gusta más que lo que vemos cuando nos miramos en nuestro espejo interior. Nosotros somos nosotros, con cosas buenas y malas, como todos. Yo puedo aprender de ti tanto como tú de mí. Sumo experiencias, sumo actitudes y aptitudes positivas, sumo conocimientos, perspectivas... sumar, sumar, sumar... pero por mí mismo, no para satisfacer a nadie, ni por tratar de agradar a nadie. Y tú haces lo propio conmigo, con mis cosas buenas, que, como digo, siempre las tendré. No es lo mismo que convertirte en mí, ni yo en ti, en lo que eres tú, lo que son los demás, transformarnos en quienes creemos que querrían los demás que fuésemos. Si a ti te gusta el rojo, a mí el azul... a ti la lectura, a mí el teatro, a ti el fútbol y a mí la petanca, yo no tengo que renunciar a mis gustos por acercarme a lo que tú eres, con la errónea opinión de que, así, convirtiémdome en un clon tuyo, compaginaré en mayor grado contigo. Porque resulta que, en nuestras diferencias, también somos compatibles y nos hacemos grandes. Yo puedo llegar a ver en el rojo un color bonito sin que se convierta de pronto en mi favorito y deje de gustarme el azul. No voy a pintar mi cuarto de rojo, mi coche de rojo, vestir de rojo... porque a ti te guste este color, aunque yo lo aborreciera antes de conocernos... Porque puede no gustarme y sigamos siendo tan amigos, ¡oye! Muchas personas padecen esta percepción equivocada - desde mi punto de vista - de la compatibilidad. Cuando tienen pareja adoptan la personalidad del otro, en algunos casos íntegramente. Y eso, al menos a mí me agobiaría. Creo que es un error que la pareja adopte un camino único. Parece muy bonito y romántico pero las relaciones así están condenadas al fracaso, o a vivir al margen de la realidad, aislados. ¿Como somos pareja, nos amamos tanto, tú me amas, yo te amo... tenemos que ser idénticos el uno al otro? ¿Tenemos que hacer todo juntos, ir juntos a todos lados, compartir amigos, planear los 365 días del año en función el uno del otro hasta que la muerte nos separe...? ¡Qué aburrimiento, chacho! Llega un momento en que no sabes ni de qué hablar con tu pareja, si sabe todo lo que has hecho cada día porque, además, es lo mismo que ha hecho él, también ha estado presente... Yo soy de la opinión de que es bonito vivir el amor en común, pero con caminos independientes, paralelos, pero que corra suficiente aire en medio... De forma que si algún día los caminos se separan yo sea PERSONA y no la sombra de nadie que, además, ya no está en mi vida... Te ves perdido, sin saber quien eres porque ya no encuentras el espejo que te reflejaba lo que eras... No tengo que renunciar a lo que soy, a como soy por estar contigo... Se trata de que ambos nos aportemos cosas, adaptamos algunas básicas para facilitar la convivencia, sin que ello suponga renunciar a la personalidad de cada uno. Y hay mucha gente así que, como a su pareja le gusta, por ejemplo, viajar, desde ese momento a él/ella también le gusta viajar, aunque haya odiado toda su vida los aviones... y si en su siguiente relación su pareja odia viajar, él/ella vuelve a odiar los aviones. Es decir, adapta lo que es a lo que es la otra persona y eso creo que se trata de una personalidad vacía, nula. No, coño, si a ti no te gusta viajar, ya viajaré yo y ya haré contigo otras cosas.Amarilla escribió:
Qué grande Millás. Y qué grande su reflexión, aunque no la comparta en absoluto. Cuánta ironía en Millás, es una de sus virtudes.
¿Cuántas personas hay que dejan de ser ellos mismos para complacer, para agradar? ¿Cuántas personas que se ven en el espejo del otro? No es malo que tu reflejo te lo dé el exterior, lo malo es cuando no te das cuenta y acabas, casi sin querer, dejando de ser tú mismo para convertirte en otra persona. Una persona artificial.
En mi humilde opinión, sé siempre tú mismo.
Saludos.
La personalidad es como los principios, se amplían con el tiempo, pero nunca se renuncia a ellos, por nadie...
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PIOBCN, da gusto leerle caballero. Su forma de expresarse y hacer llegar sus sentimientos a través de las palabras es sublime. Por ello le quiero dar mis respetos, por un momento no sabía si estaba leyendo a un experto literario o a un gran periodista y amigo, pero al ver el nick, me di cuenta de lo segundo.
En cuanto al texto, no podría estar más deacuerdo con uced, la primera premisa en toda vida, debería ser, ser feliz con uno mismo sin depender de nadie. Es difícil,complejo e incluso muy duro, pero pienso que es la mejor forma de ser feliz tanto contigo, con lo que te rodean e incluso con la persona que en algún momento comparta su vida contigo.
Por otro lado, no hay cosa más bonita que aprender de la gente, como uced indica en el texto. De ahí parte en valorar a las personas por su forma de ser, por lo que te aporta, por que te enseñan, por lo que aprendes. No quedarte con la primera impresión, o por quien es, o lo más sangrante, por lo que tiene. Hoy en día hay mucha buena gente, simplemente es saber llegar a ellas y no es tan difícil.
PD: Gracias Jonás por estas opiniones, por lo menos a mi, me hacen sentir más humano. Un abrazo.
En cuanto al texto, no podría estar más deacuerdo con uced, la primera premisa en toda vida, debería ser, ser feliz con uno mismo sin depender de nadie. Es difícil,complejo e incluso muy duro, pero pienso que es la mejor forma de ser feliz tanto contigo, con lo que te rodean e incluso con la persona que en algún momento comparta su vida contigo.
Por otro lado, no hay cosa más bonita que aprender de la gente, como uced indica en el texto. De ahí parte en valorar a las personas por su forma de ser, por lo que te aporta, por que te enseñan, por lo que aprendes. No quedarte con la primera impresión, o por quien es, o lo más sangrante, por lo que tiene. Hoy en día hay mucha buena gente, simplemente es saber llegar a ellas y no es tan difícil.
PD: Gracias Jonás por estas opiniones, por lo menos a mi, me hacen sentir más humano. Un abrazo.
- juanjap
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PIOBCN escribió:
Cierto. Uno, por encima de todas las cosas, debe ser uno mismo. Es positivo ir aprendiendo de quienes nos rodean, pero para sumar a nuestra personalidad, a nuestra forma de ser... Nunca, jamás, bajo ningún concepto, para renunciar a lo que somos, porque lo que vemos en los otros nos gusta más que lo que vemos cuando nos miramos en nuestro espejo interior. Nosotros somos nosotros, con cosas buenas y malas, como todos. Yo puedo aprender de ti tanto como tú de mí. Sumo experiencias, sumo actitudes y aptitudes positivas, sumo conocimientos, perspectivas... sumar, sumar, sumar... pero por mí mismo, no para satisfacer a nadie, ni por tratar de agradar a nadie. Y tú haces lo propio conmigo, con mis cosas buenas, que, como digo, siempre las tendré. No es lo mismo que convertirte en mí, ni yo en ti, en lo que eres tú, lo que son los demás, transformarnos en quienes creemos que querrían los demás que fuésemos. Si a ti te gusta el rojo, a mí el azul... a ti la lectura, a mí el teatro, a ti el fútbol y a mí la petanca, yo no tengo que renunciar a mis gustos por acercarme a lo que tú eres, con la errónea opinión de que, así, convirtiémdome en un clon tuyo, compaginaré en mayor grado contigo. Porque resulta que, en nuestras diferencias, también somos compatibles y nos hacemos grandes. Yo puedo llegar a ver en el rojo un color bonito sin que se convierta de pronto en mi favorito y deje de gustarme el azul. No voy a pintar mi cuarto de rojo, mi coche de rojo, vestir de rojo... porque a ti te guste este color, aunque yo lo aborreciera antes de conocernos... Porque puede no gustarme y sigamos siendo tan amigos, ¡oye! Muchas personas padecen esta percepción equivocada - desde mi punto de vista - de la compatibilidad. Cuando tienen pareja adoptan la personalidad del otro, en algunos casos íntegramente. Y eso, al menos a mí me agobiaría. Creo que es un error que la pareja adopte un camino único. Parece muy bonito y romántico pero las relaciones así están condenadas al fracaso, o a vivir al margen de la realidad, aislados. ¿Como somos pareja, nos amamos tanto, tú me amas, yo te amo... tenemos que ser idénticos el uno al otro? ¿Tenemos que hacer todo juntos, ir juntos a todos lados, compartir amigos, planear los 365 días del año en función el uno del otro hasta que la muerte nos separe...? ¡Qué aburrimiento, chacho! Llega un momento en que no sabes ni de qué hablar con tu pareja, si sabe todo lo que has hecho cada día porque, además, es lo mismo que ha hecho él, también ha estado presente... Yo soy de la opinión de que es bonito vivir el amor en común, pero con caminos independientes, paralelos, pero que corra suficiente aire en medio... De forma que si algún día los caminos se separan yo sea PERSONA y no la sombra de nadie que, además, ya no está en mi vida... Te ves perdido, sin saber quien eres porque ya no encuentras el espejo que te reflejaba lo que eras... No tengo que renunciar a lo que soy, a como soy por estar contigo... Se trata de que ambos nos aportemos cosas, adaptamos algunas básicas para facilitar la convivencia, sin que ello suponga renunciar a la personalidad de cada uno. Y hay mucha gente así que, como a su pareja le gusta, por ejemplo, viajar, desde ese momento a él/ella también le gusta viajar, aunque haya odiado toda su vida los aviones... y si en su siguiente relación su pareja odia viajar, él/ella vuelve a odiar los aviones. Es decir, adapta lo que es a lo que es la otra persona y eso creo que se trata de una personalidad vacía, nula. No, coño, si a ti no te gusta viajar, ya viajaré yo y ya haré contigo otras cosas.
La personalidad es como los principios, se amplían con el tiempo, pero nunca se renuncia a ellos, por nadie...
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yo al " se tu mismo " solo le añadiría , Respeto y Escuchar.
- Amarilla
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Exactamente.PIOBCN escribió:Cierto. Uno, por encima de todas las cosas, debe ser uno mismo. Es positivo ir aprendiendo de quienes nos rodean, pero para sumar a nuestra personalidad, a nuestra forma de ser... Nunca, jamás, bajo ningún concepto, para renunciar a lo que somos, porque lo que vemos en los otros nos gusta más que lo que vemos cuando nos miramos en nuestro espejo interior. Nosotros somos nosotros, con cosas buenas y malas, como todos. Yo puedo aprender de ti tanto como tú de mí. Sumo experiencias, sumo actitudes y aptitudes positivas, sumo conocimientos, perspectivas... sumar, sumar, sumar... pero por mí mismo, no para satisfacer a nadie, ni por tratar de agradar a nadie. Y tú haces lo propio conmigo, con mis cosas buenas, que, como digo, siempre las tendré. No es lo mismo que convertirte en mí, ni yo en ti, en lo que eres tú, lo que son los demás, transformarnos en quienes creemos que querrían los demás que fuésemos. Si a ti te gusta el rojo, a mí el azul... a ti la lectura, a mí el teatro, a ti el fútbol y a mí la petanca, yo no tengo que renunciar a mis gustos por acercarme a lo que tú eres, con la errónea opinión de que, así, convirtiémdome en un clon tuyo, compaginaré en mayor grado contigo. Porque resulta que, en nuestras diferencias, también somos compatibles y nos hacemos grandes. Yo puedo llegar a ver en el rojo un color bonito sin que se convierta de pronto en mi favorito y deje de gustarme el azul. No voy a pintar mi cuarto de rojo, mi coche de rojo, vestir de rojo... porque a ti te guste este color, aunque yo lo aborreciera antes de conocernos... Porque puede no gustarme y sigamos siendo tan amigos, ¡oye! Muchas personas padecen esta percepción equivocada - desde mi punto de vista - de la compatibilidad. Cuando tienen pareja adoptan la personalidad del otro, en algunos casos íntegramente. Y eso, al menos a mí me agobiaría. Creo que es un error que la pareja adopte un camino único. Parece muy bonito y romántico pero las relaciones así están condenadas al fracaso, o a vivir al margen de la realidad, aislados. ¿Como somos pareja, nos amamos tanto, tú me amas, yo te amo... tenemos que ser idénticos el uno al otro? ¿Tenemos que hacer todo juntos, ir juntos a todos lados, compartir amigos, planear los 365 días del año en función el uno del otro hasta que la muerte nos separe...? ¡Qué aburrimiento, chacho! Llega un momento en que no sabes ni de qué hablar con tu pareja, si sabe todo lo que has hecho cada día porque, además, es lo mismo que ha hecho él, también ha estado presente... Yo soy de la opinión de que es bonito vivir el amor en común, pero con caminos independientes, paralelos, pero que corra suficiente aire en medio... De forma que si algún día los caminos se separan yo sea PERSONA y no la sombra de nadie que, además, ya no está en mi vida... Te ves perdido, sin saber quien eres porque ya no encuentras el espejo que te reflejaba lo que eras... No tengo que renunciar a lo que soy, a como soy por estar contigo... Se trata de que ambos nos aportemos cosas, adaptamos algunas básicas para facilitar la convivencia, sin que ello suponga renunciar a la personalidad de cada uno. Y hay mucha gente así que, como a su pareja le gusta, por ejemplo, viajar, desde ese momento a él/ella también le gusta viajar, aunque haya odiado toda su vida los aviones... y si en su siguiente relación su pareja odia viajar, él/ella vuelve a odiar los aviones. Es decir, adapta lo que es a lo que es la otra persona y eso creo que se trata de una personalidad vacía, nula. No, coño, si a ti no te gusta viajar, ya viajaré yo y ya haré contigo otras cosas.Amarilla escribió:
Qué grande Millás. Y qué grande su reflexión, aunque no la comparta en absoluto. Cuánta ironía en Millás, es una de sus virtudes.
¿Cuántas personas hay que dejan de ser ellos mismos para complacer, para agradar? ¿Cuántas personas que se ven en el espejo del otro? No es malo que tu reflejo te lo dé el exterior, lo malo es cuando no te das cuenta y acabas, casi sin querer, dejando de ser tú mismo para convertirte en otra persona. Una persona artificial.
En mi humilde opinión, sé siempre tú mismo.
Saludos.
La personalidad es como los principios, se amplían con el tiempo, pero nunca se renuncia a ellos, por nadie...
Tochazo - fin -
Bueno, qué decirte a ti, si ya hemos hablado de esto. Aunque más triste que querer ser otro es querer serlo y no reconocerlo.
Saludos!!
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LA UTILIDAD PERVERSA DE LOS PROFESORES
José Antonio Younis Hernández
Mentir, en base a una poderosa maquinaria propagandística y de relaciones públicas, es la base más significativa de este gobierno siempre que han habido conflictos en educación. El centro de gravedad de las mentiras se desplaza continuamente de la política a la educación, de la educación a la economía, de la economía al modelo cultural de televisión populista de “Quiero ser como Pepe” o en “En Clave de Ja”, y de esta cultura comercial de masas de la televisión canaria al pressing-catch (una fabulosa mentira de puñetazos y patadas que entusiasma a los niños) de la educación primaria y secundaria.
Como ya saben los niños, en el pressing-catch el atractivo está en los luchadores. Todos tienen una personalidad definida, un estilo propio que hace a los niños identificarse más con unos que con otros. En este caso, los que van perdiendo son los profesores: no solamente no han cambiado las actitudes públicas hacia estos profesionales, sino que han empeorado comparando el hoy con los resultados de un estudio doctoral de 1992. Entonces los profesionales de la enseñanza decían que lo que más les preocupaba eran los conflictos con la administración, la falta de recursos y la pérdida de prestigio, además de la falta de una política clara de gestión del tiempo para su propia formación.
Prestigio y sueldo son dos factores íntimamente relacionados en los estudios de sociología de las profesiones. Está claro que el gobierno no hubiera tratado con la misma vara injusta las reivindicaciones salariales de los médicos u otro colectivo con más poder. De hecho, en el seguimiento de la huelga de médicos de hace algunos años se comprueba que la propia opinión de la gente a “pie de hospital” era a favor de justificar estas reclamaciones. Por cierto, que el salario de los profesores se constituye en un elemento más de la crisis de identidad que les afecta. En todos los países del occidente europeo, los profesionales de la enseñanza, en todos los grados, tienen unos niveles de retribución sensiblemente inferiores a los de otros profesionales de su misma titulación.
Si los cambios sociales pasan por alguna institución, no es por la política. La educación es la clave. La democracia de ficción de los gobiernos nacional-populistas es hacer caudillismo demagógico tomando como referencia de la cultura canaria, Willy García dixit, programas muy nuestros como los de Pepe, Panchita y Panchito que tanto éxito están teniendo. ¿Éste es el talento canario en el mundo, que nadie sabe en qué consiste como muy bien apunta Teresa Cárdenes en sus crónicas sobre el llamado Septenio Canario? Pero a lo mejor sí sabemos si nos fijamos en el menudeo cultural, en la sopaboba de la dedocracia canaria para dirigir los dineros hacia la nada. Pero en la educación, para los maestros y maestras, no hay plata sino pressing-catch. El “talento canario” está en el trabajo diario de ser profesor en las condiciones sociales y culturales actuales y no morir en el intento. Pero de las miserias de casa pocos se atreven a preguntar o siquiera fijarse de refilón, y es por eso que prácticamente han desmantelado el Instituto Canario de Estadística, no sea que los números “canten”.
Las tres redes escolares de Canarias, la privada, la privada concertada y la pública, son el reflejo de nuestra sociedad clasista. Como en el resto del país, es el panorama del mercado escolar. En este panorama, un sector social determinado de padres se fija mucho en la tipología del origen étnico y social de los centros a donde quieren enviar a sus hijos. Las clases medias-altas y altas de Canarias “meten” a sus hijos en la privada y hasta en la privada concertada. La clase media en la concertada, con el beneplácito implícito de pagar alguna cuota para no mezclar a sus hijos con los inmigrantes y demás. Y el resto, sin remedio, a los colegios públicos. A todo esto, lo triste es que el gobierno de Paulino favorece a sus amigos de la privada, alimentando una enseñanza no basada en la inclusión social, sino en la exclusión social.
El gobierno y la jauría de la Consejería que ha soltado sus perros de caza detrás del profesorado, no dice nada de las ventajas inclusoras de la escuela pública, donde existen familias con mayores necesidades y desventajas sociales, económicas, culturales e incluso étnicas. Gracias al profesorado y a pesar de la falta de calidad político-ética del gobierno en dotar mejor a la pública, el destino de la cohesión social no ha llegado al horror de la fragmentación social.
Los y las trabajadoras sociales tienen casi nula presencia en los centros. Y en los servicios de orientación psicopedagógica hay profesionales que se tienen que repartir entre tantos centros que casi llegan a la división celular. Mientras, durante la ausencia intermitente de estos servicios, el voluntarioso profesorado cubre estas deficiencias multiplicando sus roles y sus funciones.
Y así sucesivamente, el profesorado hace de todo para dar respuesta a los múltiples problemas sociales que asaltan a la pública. Y es precisamente la pública la que en Canarias peor lo pasa. España, que es de los países con mayor proporción de alumnos en centros privados observa diferencias según regiones: las menos desarrolladas económicamente como Canarias son las que tienen más proporción de alumnos en la pública. Y de la pública son los ninguneados en el conflicto de la homologación, los mismos que tienen que hacer de casi todo, ayudando así reducir el nivel de conflicto social y la falta de cohesión social creada por las otras políticas de bienestar, economía y distribución de riqueza por parte del gobierno. La pública recibe el malestar social creciente en Canarias y lo despeja mediante actividades sociales y culturales: elaboración de proyectos de mejora socioeducativa, salidas extraescolares, organización de fiestas en la comunidad escolar, animar a los padres a la participación… Es decir, para quien todavía no lo entienda, haciendo un trabajo invisible de creación de vínculos sociales que contribuye a impedir la fragmentación social. De este modo, es poco probable que nadie haya pensado todavía en la gran utilidad política y social del profesorado. Esto solamente se ve a “pie de patio”, a “pie de aula”, a “pie de comunidad”. Una utilidad que, como en la película “Un día sin mexicanos”, donde la ausencia de los mexicanos hundía económicamente a los Estados Unidos, pasaría lo mismo si de repente todos los maestros desaparecieran. Entonces nos daríamos cuenta de la perversa utilidad política de los profesores. ¿Les parece sufiente esta contrapartida?
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M.CERDAN`Sheriff´en Coslada, rata en Alcantarilla
El titular no es mío. A cada uno lo suyo. Es una ocurrencia de nuestro redactor jefe Juanjo Fernández. Viene como anillo al dedo para dibujar el semblante del ex jefe de la Policía Local de Coslada, Ginés Jiménez, quien ya hizo sus pinitos en Alcantarilla cuando era un adolescente. En la localidad murciana, premonitoriamente, sus amigos lo llamaban El Rata. Si le añadimos el gentilicio, sería El Rata de Alcantarilla. Es una de esas veces en las que, si cambiamos el orden de los complementos directos del titular, no varían para nada ni la frase ni el mensaje. El policía Ginés, ya de por sí, según las denuncias judiciales, es un mensajero del mal y un paradigma de la corrupción. Hay películas del Oeste, como me gusta llamarlas a mí –nada de western, ni vaqueros ni tejanos–, en las que el sheriff es un héroe que se enfrenta a unos pistoleros malísimos, como son los casos de los marshals Will Kane (Gary Cooper) en Sólo ante el peligro, de Fred Zinnemann, o John T. Chance (John Wayne) en Río Bravo, de John Ford. Pero también hay filmes con sheriffs viles, como Patt Garret (James Coburn en la gran película de Sam Peckinpah) o Little Bill Daggett (Gene Hackman) en Sin perdón, de Clint Eastwood. También hay películas en las que los jefes corruptos se adueñan de las comisarías, como los capitanes Dudley en L.A. Confidential o Brennan en Distrito 34. Pero también las hay en las que agentes del orden honrados se juegan la vida para acabar con las mafias policiales, como en los filmes de Sidney Lumet, Serpico, el apellido del oficial antinarcóticos Frank, o el agente Daniel Ciello (Treat Williams) en El príncipe de la ciudad. En España quien mejor ha retratado en la ficción a un policía corrupto ha sido Enrique Urbizu en su filme La caja 507. José Coronado interpreta el papel de un malvado personaje de ficción: el sheriff Rafael Mazas, ex jefe de la Policía Local de una ciudad de la Costa del Sol abrazada por la corrupción inmobiliaria.
Pues bien, como la realidad en muchos casos supera a la ficción, acabamos de descubrir a otro personaje de carne y hueso, con nombre y apellidos, que durante más de 20 años ha sometido a toda una población al imperio del mal. Y los ciudadanos se preguntan: ¿por qué han mantenido a semejante individuo al frente de la policía de Coslada durante dos décadas? Uno puede entender que los dueños de los locales de alterne o de bares nocturnos se hayan sometido a la extorsión por miedo a las amenazas y a las represalias de un sheriff del siglo XXI que había impuesto en su poblado la ley del silencio. ¿Pero qué ha sucedido con las fuerzas vivas de Coslada que han mirado hacia otro lado durante todo ese tiempo? ¿Nadie se ha dado por enterado? ¿Por qué algunos alcaldes y concejales se han plegado también a la ley de la omertà, como si Coslada durante años fuera la villa siciliana de Corleone? interviú ha aportado una pista: porque el jefe del equipo Bloque se jactaba de tener cogidos por los cojones a políticos, jueces y periodistas. Sí. También periodistas. Porque, si no, no se entiende que nadie haya tirado de la manta en esos 20 años, sobre todo los profesionales que se dedican a la información local. Al menos eso era de lo que alardeaba el policía corrupto. Se sentía como un intocable. Según sus propios comentarios, guardaba fotos y cintas de muchos de ellos en las que aparecían con prostitutas. Será verdad o mentira, pero ésa es la gran trampa de los mafi osos. Quienes hayan pasado por los prostíbulos tendrán la duda de si han sido grabados o no. Y, mientras puedan, ya se cuidarán de enfadar al chantajista, porque pueden recibir en casa un sobre cerrado, sin remitente, con el aviso de que puede llegar al final de su carrera profesional y, lo peor, familiar. Así suelen operar las ratas de alcantarilla. O en su defecto, los sheriffs como los de Coslada.
- Pato WRC
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Artículo recogido en un blog recién estrenado por un gran maestro del periodismo grancanario y experto en temas de inmigración.
Ultimamente no tengo tiempo de leer, pero siempre que entro aquí es como si abriera una ventana llena de luz. Gracias a los compañeros por las aportaciones y los comentarios que sugieren.
Saludos
http://pepenaranjo.blogspot.com/
José Naranjo
VERGONZOSA EUROPA
Italia quiere endurecer su legislación contra el inmigrante. Literalmente, quiere convertir en delito penal la estancia irregular, es decir, criminalizar el mero hecho de migrar. Todo ello, en medio de un enrarecido clima por la quema de campamentos de gitanos en el sur del país. Franco Frattini, nuevo ministro de Exteriores italiano, ha asegurado que para ese "endurecimiento" se fijará en las políticas puestas en marcha por Zapatero en España. Y Frattini sabe bien de lo que habla. Fue, durante años, comisario europeo de Seguridad y Justicia y es quien ha coordinado la vigilancia europea ante los cayucos a través de la Agencia Frontex.
Al mismo tiempo, en Bruselas se discute la extensión a 18 meses, o incluso más allá, del periodo de internamiento de los inmigrantes. Hablando en plata, meterlos en cárceles durante años por la simple razón de carecer de papeles. España comparte la tesis de ampliar ese tiempo, según dice Rubalcaba, ministro de Interior, "para tener tiempo de expulsarlos".
He conocido a decenas de africanos que se juegan la vida en ríos, en fronteras, en desiertos y, finalmente, en el brazo de mar que les separa de Canarias. Lo intentan una y otra vez porque razones poderosas les empujan. Lo que muchos de ellos no saben es que a su llegada a Europa, caso de conseguirlo, tendrán que vérselas con personajes como Berlusconi, Frattini o Rubalcaba, que están protagonizando uno de los peores recortes a las libertades de la gente de cuantos tengo memoria. ¡Qué vergüenza!
Ultimamente no tengo tiempo de leer, pero siempre que entro aquí es como si abriera una ventana llena de luz. Gracias a los compañeros por las aportaciones y los comentarios que sugieren.
Saludos
- RiverPlate
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- Ubicación: En Gran Canaria, Donde se Limita con el Sol y se Duerme con el Mar.
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Pato, Pepe Naranjo fue compañero de trabajo en Cruz Roja, estuvo con nosotros durante 2 años sino me falla la memoria (precisamente del 2004 al 2006) momento álgido del arribo de Cayucos a nuestras costas, y él como "gabinete de prensa" de la institución realizó una inestimable e impagable labor. Un gran tipo con valores dentro del periodismo que se echa en falta hoy en día.
Desde que "nos abandonó" le había perdido la pista. Gracias por su blog, lo seguiré con atención.
1 Abrazo.
Desde que "nos abandonó" le había perdido la pista. Gracias por su blog, lo seguiré con atención.
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