Juan Manuel: "Jamás he jugado con los sueños de la gente"
—Ha denunciado que no se le ha tenido el respeto que merecía. ¿Acusa a la prensa, al club o a la afición?
—Creo que hay una gran confusión en este tema. Cuando hice estas declaraciones me refería a que hay que otorgarle respeto a todo el mundo de entrada, por una cuestión de educación y de valores. Fue una cuestión genérica relativa al aprecio de mi trabajo porque he notado cierta tendencia a hacerme daño. Quien se quiera sentir aludido, será por algo. Ahora bien, y es importante que lo diga alto y claro, me da igual ser cabeza de turco si, de esta manera, protejo a los futbolistas. Tengo muy claro que por encima de todos está el equipo, está el club.
—¿Está dolido?
—Estoy dolido porque pienso que es una injusticia que se valore siempre más al que viene de fuera que al profesional de la tierra. Pero esto ha pasado siempre aquí. ¿Sabe de qué manera lo compenso? Volcándome en la cantera, en lo nuestro.
—¿Se lleva a casa estos enfados vinculados con el ámbito profesional?
—Es inevitable, pero sé que hay que convivir con esto. Se dice que en el fútbol no hay memoria. Tampoco se puede vivir de la memoria, ojo, pero no es justo que se olviden tan rápido las cosas. ¿Se acuerdan de cómo estábamos hace justo un año? A lo mejor convendría.
—¿Le molesta que desde el club se diga que el equipo tendría que estar mejor clasificado?
—No, porque, efectivamente, tendríamos que estar mejor. Hemos hecho méritos, desde luego, para tener más puntos de los que ahora ostentamos. Y también por errores ajenos a nosotros. En ese sentido, estoy de acuerdo en que estamos peor de lo que deberíamos.
—¿Hay plantilla, entonces, para más?
—Atendiendo a méritos, sí.
—¿Y atendiendo a la capacidad y profundidad de la plantilla? ¿También hay para más?
—En relación a la plantilla se ha pronunciado el maestro de maestros, mi ídolo y el de muchos grancanarios, que no es otro que Germán Dévora. Secundo al cien por cien lo que dijo. Cuando tienes una opinión de este prestigio, es mejor no añadir nada más.
—El Maestro habló de que esta UD era para estar en mitad de tabla.
—Ni mucho menos voy a ser yo el que le vaya a discutir.
—¿No es un planteamiento conformista hablar de permanencia y punto cuando puede haber opciones de algo más?
—Partiendo de que queda un mundo por delante, y que no hay nada decidido ni por arriba ni por abajo, aunque algún equipo como el Deportivo tenga muy encaminado su objetivo, no admito que se me tache de cobarde o conformista como he podido escuhar. ¿Conformista yo? Jamás juego con los sueños de la gente ni le quito ambiciones a los futbolistas. Han sido varias las veces que cogí al equipo en situaciones muy malas y afronté el reto. Un año acabamos en la octava plaza y en el otro no tuvimos que esperar a la última jornada. Un cobarde o un conformista no acepta estos retos, porque las cosas estaban complicadísimas y nadie daba un duro por la salvación. Volvemos a hablar de la memoria y del respeto. ¿Valoramos lo que tenemos ahora? Puede que no.
—¿Este es el proyecto más plácido que le ha tocado vivir en el club? Empezó desde el kilómetro cero, el equipo nunca ha pisado puestos de descenso, conocía a la base de jugadores...
—Para mí es justo al contrario, el proyecto con más dificultades de los últimos. Menos dinero para fichar, más canteranos, viajes que son una tortura, aunque sabemos que tenemos que aceptarlos por la economía del club. Eso sí, cuando me preguntan por mi equipo digo que somos los mejores del mundo. Siempre defenderé a los jugadores. Pero tenemos limitaciones. Encima, las lesiones. Uno de los futbolistas más regulares de los útlimos tiempos, hablo de David García, se ha lesionado de relativa importancia dos veces en seis meses por primera vez en su carrera.
—Fuera no se gana y en casa se están resolviendo los últimos partidos de manera dramática. ¿Le preocupa esta tendencia?
—Desde que arrancó la segunda vuelta hemos sumado nueve puntos, que no es una mala cifra. Fuera queremos volver a ganar, que ya lo hemos hecho, aunque hace tiempo. Y en nuestro campo hemos resuelto ante rivales complicadísimos, que son los que se están jugando la vida por la permanencia. Esto no es fácil. En épocas recientes en el Gran Canaria puntuaba todo el mundo. Eso se acabó.
—¿Comparte que la afición sufre y se aburre?
—¿Ante el Girona se aburrió la gente? No lo creo. Que no nos salieron las cosas en la primera mitad, perfecto. Pero reaccionamos y, con uno menos, ganamos. Si vamos segundos queremos ser los primeros, y si vamos primeros queremos ganar por cinco. Lo digo porque la exigencia es desmesurada. Insisto, ganamos, que es lo que quiere la gente y estamos bien en la tabla. Y lo más importante, vamos a seguir siendo competitivos. Disfrutemos de esto, que llevamos muchos años pasando penalidades para tener lo que ahora tenemos muy encarrilado: seguir en Segunda.
—Fichajes: salvando a Laguardia y Javi Castellano, el resto de nuevos, incluyendo a Momo, el último en llegar, apenas ha tenido jerarquía.
—Yo no miro el carné de identidad de nadie. Ni el historial. Ni si vienen de aquí o de fuera. Pongo a los que creo son mejores y lo merecen. Si ahora está jugando Juanpe, por poner un ejemplo, es porque se lo merece más que otros. Y así con el resto. Los jugadores están para el servicio colectivo y no al revés.
—¿Hay algún futbolista que le haya llamado especialmente la atención?
—Nunca me gusta diferenciar o individualizar. Pero hay un jugador de 21 años, que ha sufrido dos lesiones gravísimas, cuyo rendimiento, compromiso, profesionalidad y humanidad son impresionantes. Y eso que está cedido. Laguardia. Hay que quitarse el sombrero ante él.
—¿Se siente arropado unánimemente por todos los miembros del club?
—Sí. El Consejo de Administración, los empleados, futbolistas... Creo que todos remamos en la misma dirección, buscando mejorar y crecer constantemente, de crear ilusiones en la afición, en darle a nuestros canteranos el tiempo que necesitan para madurar y darnos todo lo que llevan dentro. Yo estoy trabajando con máxima implicación. El último en manifestarse ha sido Miguel Ángel Ramírez. Él fue quien dijo que todos me apoyaban y dijo la verdad.
—¿Qué relación tiene con Juanito y Toni Cruz?
—Hablo con ambos de vez en cuando.Tenemos competencias diferenciadas pero mi puerta siempre está abierta. Podemos tener puntos de vista diferentes, pero siempre mirando por el bien del club.
—¿Se lleva mal con ellos?
—En absoluto.
—¿Ha recibido sugerencias o injerencias en sus competencias?
—Quien me conoce sabe que ni las admito y ni las escucho. Y no ha sido así.
—La UD ya maniobra con vistas a la próxima campaña. Pretemporada, contactos para renovaciones de Ruymán o Quiroga... ¿Está participando usted en la toma de decisiones de este tipo?
—Cuando se me pregunta, que se me pregunta, doy mi opinión. Hay algunas cuestiones que caen por su propio peso, como en los casos de Ruymán o Quiroga, que son dos jugadores que acaban contrato y tienen muy buenas perspectivas de futuro. Interesa que sigan, evidentemente. Pero no quiero ir más allá del presente. El futuro nos tortura y el pasado nos encadena. Quiero hablar del hoy y del Murcia. No podemos perder la atención en cuestiones de este tipo cuando nos espera un mes de marzo con Murcia, Celta, Almería y Valladolid, rivales de altísimo nivel.
—¿Le preocupa su renovación?
—Para nada. No pienso en ello porque nunca me antepongo al club. Tengo que cumplir un trabajo que acaba con el calendario. Actúo responsablemente.
—¿Cree que se la ha ganado? ¿Piensa que se la ofrecerán?
—¿Si me la ofrecerán? A eso no debo contestar yo. ¿Si me la he ganado? Yo tengo mis planteamientos, pero ahora no son más importantes que el equipo.
—¿Le ha dado alguna indicación a su agente en este asunto?
—Él no necesita que yo le diga nada porque me conoce y sabe lo que quiero.
—¿Quiere seguir?
—La UD ha sido, es y espero que siga siendo mi casa. Eso no descarta que pueda ejercer fuera de Canarias, que es algo que siempre he tenido pendiente. También hay vida más allá de la UD. Pero mi club siempre será éste. Es un orgullo estar aquí.
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