Muy buenas a todo el mundo, encantado de estar rodeado de amarillos de corazón y espero pasar grandes momentos por aquí. Seré de los veteranos, imagino, pues soy de la quinta de Carnevalli, Brindisi y Morete, allá por 1975, cuando, muy chiquitito, pisé el Estadio Insular. La impresión de ver aquella pradera impresionante de verdor y olor a hierba siempre perdura en mi interior. En aquel momento el amor a unos colores -que ya existía en toda mi familia por la Unión Deportiva - se convertiría en matrimonio sagrado e irreductible hasta el fin de mis dias, y así será.
Mientras aportaré lo que pueda, lo que recuerde y aprenderé de los demás. Amarillo hasta la muerte. Arriba d´ellos!!
