
La España futbolera se dividirá en dos el próximo 10 de marzo en torno a un partido: Barcelona-Real Madrid.
El denominado clásico del fútbol español levantará todo tipo de pasiones en un momento de duda para ambos equipos.
Los azulgrana, actuales campeones de Liga y de Europa, parecen haber olvidado las señas de identidad que han provocado la admiración de todo el planeta temporadas atrás.
Y es que el equipo de Fran Rijkaard, que ha hecho olvidar en Can Barça al dream team que dirigió en la década de los noventa Johan Cruyff, juega ahora a una velocidad menos.
Con Eto'o y Messi aún en proceso de adaptación después de superar sendas lesiones, Ronaldinho no ha sido capaz de asumir la responsabilidad. Ha dado una de cal y otra de arena.
Pese a todo, el Barça, que jugará en el Camp Nou con el apoyo de su público, no puede permitirse más tropiezos si quiere aspirar a conquistar su tercera Liga consecutiva.
En cuanto al Real Madrid, su técnico, Fabio Capello, intentará sacar algo positivo con su rácano fútbol.
La fórmula italiana, aún no definida con claridad a estas altura de temporada, ha funcionado bien en dos grandes plazas como Mestalla y el Vicente Calderón. ¿Valdrá la receta para el Camp Nou?
Desde luego, Capello es especialista en sacar petróleo en los momentos difíciles, aunque sea a costa de sacrificar el buen nombre del fútbol y a grandes futbolistas como Ronaldo.
En el Camp Nou se derán cita dos estilos distintos. Dos conceptos opuestos. Dos maneras diferentes de entender el deporte rey. Un partido de duelos.
Valdés contra Casillas. Puyol contra Sergio Ramos. Deco contra Diarra. Raúl contra Eto'o.
En definitiva, un nuevo Barça-Madrid.


