
Desde 1851 se ha venido disputando el trofeo de vela más importante del mundo. Aparte, se trata de la primera competición deportiva de la historia. La Copa del América nació debido al desafío que el New York Yacht Club presentó ante el inglés Royal Yacht Squadron de Cowes. Los americanos desplazaron hasta el Reino Unido la goleta América para competir con el mejor yate británico, en una regata alrededor de la isla de Wight, al sur de Inglaterra. El galardón, una jarra de plata valorada en cien guineas, que se llevaron merecidamente los neoyorquinos. La reina Victoria preguntó en un momento de la regata: «¿Quién va primero?». «El América, Majestad», le respondió un lacayo. «¿Y el segundo?», insistió la reina. «Majestad, ¡no hay segundo!».
Hasta 1983, los Estados Unidos mantuvieron la más larga racha de victorias jamás conocida. En ese año, Australia gana la Copa ante el Liberty. El impacto mundial de la noticia fue tan impresionante, que el Congreso de EE.UU. lo tomó como una humillación nacional. Ronald Reagan llegó a decir: «Hasta hoy hemos considerado que los australianos vivían cabeza abajo, a partir de hoy debemos pensar que son ellos los que están cabeza arriba». Durante la siguiente edición, en Fremantle (Australia), Dennis Conner —cuya cabeza cuatro años antes habían pedido los miembros del Club de Vela de Nueva York, para colocarla en el lugar de la Copa en sus vitrinas— se convirtió en héroe nacional, al recuperarla en una durísima e igualada competición. La gesta de Conner, a bordo de su Barras y Estrellas, sería llevada al cine bajo la producción de F.F.Coppola en La fuerza del viento.
Con el nuevo formato (clase de velero Copa América) y en el aniversario de los 500 años del Descubrimiento, se produjo la primera participación de España en la Copa, que logró la quinta plaza. En 1995, España participa nuevamente, y obtiene el sexto lugar. Por segunda vez en la historia de la Copa, Dennis Conner y los Estados Unidos pierden el trofeo. En esta ocasión, se lo arrebata el Royal New Zealand Yacht Squadron, otra vez en el pico opuesto del mundo. En el año 2000, la Copa se disputa en Auckland, Nueva Zelanda, donde participa el Tercer Desafío Español y donde, por primera vez en la historia, un Defensor no americano mantiene la Copa con éxito. Además, y también de manera inaudita, ningún equipo de los Estados Unidos disputa la final.
En la edición 2000, el famoso multimillonario italiano dueño de Prada apostó como antes no se había visto en Europa. Se gastó unos 60 millones de euros, según las estimaciones más modestas, para llegar a una final que su barco perdió por 5-0. Sin embargo, los beneficios que, sólo por publicidad, genera esta competición hacen pensar que su desembolso le mereció la pena. Sólo contando con TVE, hubo 16 horas y media sumadas de emisión, lo que supone una cuantificación económica de 2.365.186.250 ptas. Se ha llegado a calcular que los beneficios directos para el país ganador superan los 1.200 millones de euros.
En 2003, Suiza ha logrado lo imposible: traer la Copa a Europa. Aunque, claro, su equipo estaba repleto de neozelandeses campeones en 2000, aparte de los mejores regatistas e ingenieros de los otros equipos... Coutts, el patrón ganador, era el héroe en Nueva Zelanda al ganar la Copa (0-5) a los americanos en su casa en 1995, y al retenerla en 2000 (otro 5-0).
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