[En el momento más delicado de la historia amarilla
EL LEGADO DE LA UD AL FÚTBOL ESPAÑOL.
El descenso de la Unión Deportiva Las Palmas a Segunda B puede precipitar su desaparición tras 54 años de historia, en los que protagonizó campañas memorables y dejó un importante legado al fútbol español con jugadores de la talla de Luis Molowny, Germán Dévora, Paco Castellano, Juan Guedes, Tonono o, como ejemplo más contemporáneo, Juan Carlos Valerón.
EFE. Las Palmas de Gran Caaria
La asfixiante situación económica, con una deuda superior a los 60 millones de euros, el nulo respaldo institucional -Cabildo de Gran Canaria, Gobierno y Ayuntamiento capitalino ya se han mostrado reacios a intervenir- y la caída a la categoría de bronce, que supondrá un sustancial recorte en su cupo de ingresos, colocan a la entidad amarilla en la mayor encrucijada de su existencia.
La línea decadente de la Unión Deportiva ha sido fulminante. En dos años ha pasado de militar en la elite nacional a contemplar un futuro rodeado de equipos sin estructura profesional y con plantillas repletas de futbolistas aficionados.
Desde que en 1949 la fusión de cinco clubes isleños desembocara en el nacimiento de la actual entidad amarilla, la cronología ha dejado capítulos inolvidables.
Las diecinueve temporadas consecutivas en Primera (1964-1983), un subcampeonato de Liga (1968-69), otro de Copa (1978) y las tres participaciones en la Copa de la UEFA en las que totalizó doce encuentros internacionales (1969-70, 1972-73 y 1977-78) componen una hoja de méritos que han situado a la institución grancanaria entre las veinte mejores del ránking histórico del fútbol nacional.
Esta trayectoria queda complementada por los resultados de su fructífera cantera que, arrancando en la década de los cincuenta, ha proporcionado figuras de enorme relevancia.
El legendario Luis Molowny o el guardameta Betancort -portero menos goleado en las Ligas 1964-65 y 1966-67-, ambos en las filas del Real Madrid, fueron las primeras exportaciones de enjundia de la Unión Deportiva.
Con el paso de los años, la fértil escuela grancanaria, en la que siempre primó el exquisito trato al balón y la vocación ofensiva, deparó figuras de enorme jerarquía, tales como Juan Guedes, Tonono, Paco Castellano o Germán Dévora, que defendieron la camiseta de la selección española y pasearon por los estadios las señas de identidad del futbolista isleño.
Tras un estancamiento en la productividad de sus escalafones inferiores, Gerardo Miranda, traspasado al Barcelona en los ochenta, y la aparición de Juan Carlos Valerón, Manuel Pablo (Deportivo de La Coruña), Guayre Betancor (Villarreal), Jorge Larena (Atlético de Madrid), Ángel López (Celta de Vigo) o Rubén Castro, máximo goleador de la Segunda, constituyen sus otros exponentes más brillantes.
En el apartado de jugadores extranjeros, los fichajes procedentes de Sudamérica han sido los que mejores prestaciones han ofrecido, ya que las apuestas del mercado europeo o africano apenas han dejado huella.
Sin discusión, el periodo de los argentinos Quique Wolff, Miguel Ángel Brindisi, Morete y Carnevali, en los setenta, figura en un lugar preferencial dentro de la memoria colectiva. Los dos primeros fueron requeridos por el Real Madrid después de deslumbrar en su aterrizaje en el campeonato español.
También marcaron época, por el carisma que despertaron, el chileno Koke Contreras o, posteriormente, el argentino Óscar Turu Flores.
Los aciertos recientes más significativos en esta parcela son el brasileño Alvaro Maior -campeón de la Copa del Rey con el Zaragoza este año- o el argentino Gustavo Reggi -figura destacada en el Levante que acaba de ascender a Primera-.
El compendio de técnicos que han dirigido a la Unión Deportiva Las Palmas reúne, también, nombres ilustres tales como Miguel Muñoz, Luis Molowny, Helenio Herrera, Pierre Sinibaldi, Roque Olsen o el actual seleccionador nacional, Iñaki Sáez, quien, curiosamente, estuvo al frente del equipo en Segunda B, categoría que será el próximo destino si se evita la desaparición.