Los problemas de infancia de Pitti con Ultra Naciente
Publicado: Vie Nov 09, 2007 2:28 pm
ULTRA NACIENTE es grande no sólo por los casi 23 años de historia a sus espaldas sino porque hasta en las palabras más cargadas de rencor habita un aire de resentemiento añejo, que como el buen vino, cuanto más tiempo pasa mejor sabe.
Los cobardes hablan cuando saben que pueden esconderse en la madriguera y evitar sentirse salpicados de la crítica a la que todos estamos expuestos. Bueno, todos no. Porque el amigo chasnero, a pesar del paso de las años se acuesta cada noche con el rintintín de "Pitti cabrón, esto es afición" merodeando su cabeza.
PD- Unos juran por Dios y otros por Cristo Marrero. El chasnero tiene más desviaciones mentales que las que uno le preveía.
http://canarias24horas.com/index.php?op ... Itemid=254


Los cobardes hablan cuando saben que pueden esconderse en la madriguera y evitar sentirse salpicados de la crítica a la que todos estamos expuestos. Bueno, todos no. Porque el amigo chasnero, a pesar del paso de las años se acuesta cada noche con el rintintín de "Pitti cabrón, esto es afición" merodeando su cabeza.
PD- Unos juran por Dios y otros por Cristo Marrero. El chasnero tiene más desviaciones mentales que las que uno le preveía.
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Pitti, prometo no reirme (al menos públicamente) ante esta nueva pinta de neoyorkino rapero made in Anaga que nos ofreces. Como Peter Pan o Michael Jackson, algunos se creen que el tiempo se paró para ellos hace veintitantos años. Fitetú.Do-do (2-2)
José Manuel Pitti
viernes, 09 de noviembre de 2007
"No sean brutitos, haganmenelfavol, ultramolientes" (Pitti, cabrón chicharrero y más nada)
Si se repasa detenidamente mi comentario anterior, que titulé "Welcome to Pequeño Maracaná" y en el que reafirmé mi condición de ciudadano hospitalario, se podrá revalidar cuál es el destinatario de mi crítica, malcriadez, desahogo y/o defensa más o menos legítima: los aseados impúberes, generalmente mucho más mal hablados que yo, de la Peña Ultranaciente.
En caso alguno, aclaro, dirigí mi reflexión, y tampoco determinadas ilustraciones, a la institución, porque -como me recuerdan constantemente desde esta orilla mía, donde algunos me acusan de traidor- dedico simpatía, incluso desde mi condición de tinerfeñista confeso y convicto, a la Unión Deportiva Las Palmas; ni a su presidente, mi admirado Miguel Ángel Ramírez, que mete mucho más que Marcos Márquez y me alegro por él, y que, no sólo eso, me parece un tipo cojonudo; ni a sus profesionales, porque hace tiempo que -a pesar del do-do (2-2) del pasado sábado- no asisto a un recital de Fukuda & The Wailers; ni a la afición grancanaria, que -aún a pesar de que en algunos casos se deja manejar por la monarquía absoluta de la dinastía Almeida y el actual heredero del trono, el joven Ruymán II de Siete Palmas- siempre me pareció ejemplo de lealtad; ni al recuerdo de Segundo I del Insulá, a quien he invitado sinceramente, y reitero mi invitación, a que deponga las almas, y, sin rencor, se avenga al diálogo; y mucho menos a las nobles gentes de Gran Canaria, a quien tampoco me parece procedente quitar el "Gran", entre otras razones, porque, siendo yo natural de Granadilla de Abona, temo que la nomenclatura de mi pueblo -aplicándose una elemental regla de tres en la surrealista succión de grandezas- quede reducida a Adilla de Abona.
Mis críticas fueron dirigidas exclusivamente a los integrantes de la "Peña Ultranaciente", pero tampoco exactamente a todos, sino a aquellos, quince o doscientos, que -durante años, domingo tras domingo- dejaron de animar a la Unión Deportiva Las Palmas, y, megáfono en mano, emplearon toda su energía en insultarme, denostarme, ultrajarme, vilipendiarme, afrentarme, agraviarme y mancillarme, sencillamente porque -como hice cada vez que el equipo amarillo me dio una razón- ponderé los éxitos de mi Tenerife en España y Europa. Jamás olvidaré la obsesión que desperté entre ellos, entre los ultraolientes quiero decir, sin que yo jamás la provocara -y lo juro por la dentadura postiza de Segundo-, porque, cada vez que la Unión Deportiva Las Palmas ganaba un partido, una eliminatoria o un derby, ya olvidaban el "pío, pío" (tan bonito, melódico y cadencioso) y se ensañaban con aquel bolero, "Pitti, cabrón, chicharrero, maricón", indudablemente creativo, grasiento y no obstante pegadizo, pero -especialmente en alguno de sus epítetos- antiguo, increíble, y, sobre todo, inhumano, prehistórico y homófobo.
Tengo buenos camaradas homosexuales, porque no pregunto a nadie por donde mete o es metido antes de entablar una relación amistosa, pero, por otras partes, si yo renunciara a mi condición de estéreosexual, jamás me acostaría con un ultranaciente; lo que escribo al objeto de evitar que -en esa hipótesis de imposible cumplimiento- alguno de ellos se detuviera en la profundidad de mi mirada, en la dulzura de mi discurso o en la elegancia de mis manos, y, atrapado en la irreemplazable entidad de mi ternura, se llegare a enamorar de mí.
Aún así, y aclarando que mis drogas son el cortado de leche y leche, el sarpicón de purpo y el Clipper de fresa, debo ser autocrítico (16 v e inyección), y, puesto que -en la ocasión de ese comentario, "Welcome to Wembley"- fui más ultra que periodista, reconozco que se me fue el baifo, y, por tanto, quiero pedir disculpas a todos aquellos imbéciles, lerdos, insustanciales, bobitos, totisos y taburnaques que -integrando esa presunta peña- se sintieron aludidos en mi reflexión, comprometiéndome, por mis partes , a que jamás volveré a dedicarles adjetivos tan absolutamente merecidos.
Envío mi felicitación a los grancanarios que -constituidos en mayoría aplastante- están alejados de esos planteamientos y actitudes trogloditas, en cuanto que -por más que me jode como seguidor del Tenerife, que lo soy, naturalmente- no cabe duda que la Unión Deportiva Las Palmas mereció no sólo el empate sino unas tablas, doblemente hiriente para nosotros blanquiazules, expresadas en ese típico do-do
Me perdonen, sinceramente, los machanguitos de la "Peña Ultranaciente". Fue sin querer, y, si no me creen, lo juro por Cristo Marrero.





