

Manolo García pasará a la historia por ser el gran impulsor del Carnaval capitalino.
LAPROVINCIA.ES
El Carnaval está de luto en Canarias. Manolo García Sánchez, fundador del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria, ha fallecido. Esta mañana, su familia lo ha hallado muerto en su casa. Manolo se encontraba bien de salud, por lo que su repentino óbito ha sido una sorpresa para su familia y allegados.
Sus restos mortales están siendo velados en el tanatorio de San Miguel, de Las Torres, en Las Palmas de Gran Canaria y mañana será el entierro.
El padre de los Carnavales de Las Palmas de Gran Canaria y Alcaide Mayor del Castillo de La Luz ha sido una persona muy querida en la ciudad y especialmente en su barrio, La Isleta. Corría el año 1976, apenas dos meses de la muerte de Franco, cuando Manolo García, entonces líder vecinal, acababa de convencer al gobernador civil de entonces de que autorizara el Carnaval. Nada más salir de la reunión, García llamó a los periódicos para darles la feliz noticia y, al día siguiente, en grandes titulares se hablaba de la vuelta del Carnaval, 40 años después.
Nacido en 1934 en la calle Pérez Muñoz, cerca de la iglesia de La Luz, fue monaguillo, sacristán, cambullonero, electricista y hasta cónsul de Guinea Ecuatorial en Canarias. Presidente de numerosas asociaciones vecinales, folclóricas y deportivas del Puerto no quiso nunca ser partícipe de cargo municipal alguno. "Soy más libre que siendo concejal. Así he podido decir siempre lo que he querido", señalaba.
Poner en marcha el Carnaval fue "el proyecto más difícil de mi vida" reconocía Manolo García en una entrevista, quien abiertamente declarado amante de La Isleta, llegó a dar nombre a una plaza de su amado barrio.
Conocida era su estrecha relación con Teodoro Obiang, el que fuera presidente de Guinea Ecuatorial, de quien afirmaba "que dirigía el país con mano de hierro. Sabía todo lo que pasaba allí dentro". Por todo ello, lo consideraba "un dictador de cojones".
Admirador de Cantinflas, el pregonero mayor del Carnaval aprovechaba cualquier ocasión para reivindicar que la fiesta llegara a los barrios y no se quedara sólo en el gran espectáculo en el que se ha convertido.