¿Qué le verán los hombres al fútbol? ...
Publicado: Mié Ene 27, 2010 5:20 pm
Esta carta, fué publicada en el diario LA PROVINCIA/DLP (CARTAS DE LOS LECTORES). El lunes, 25 de enero de 2010.
Y está firmada por ASÚN JIMENEZ COLÓN, de Gran Canaria.
Desde que en los siglos II o III aC empezaron a patear un balón en China y llegó al siglo XVI en Gran Bretaña a convertirse en el juego reglamentado que hoy conocemos, el fútbol ha movido y mueve masas. Siempre me he preguntado qué les verán a veintidós tíos corriendo detrás de una pelota.
Y tras indagar un poco, llego a la conclusión de que esto va mucho más allá que un simple juego, es un deporte que se asocia a la rivalidad y al combate, que en los instintos más primitivos del hombre parecen seguir siendo necesarios, por eso algunas estrellas de fútbol pueden ser catalogadas como héroes. Según estudios realizados, un gol aumenta la testosterona y puede producir en el cerebro un efecto de placer comparable al buen sexo, así que por eso después de un buen partido, estos arrebatos pasionales de los hinchas no me extraña que les dejen agotados. Y si a eso se le añade que desfogan su mal humor, y lo relacionan con buenos recuerdos de la infancia y como lazo sentimental con su padre, te explicas por qué son capaces de cambiar de piso, de pareja, de amigos o de coche, pero no de equipo de fútbol.
Es difícil competir contra eso. ¡Dios nos coja confesadas! Es la pareja ideal, pues cuando gana su equipo o selección les hace subir la autoestima y olvidar por unos momentos todos los problemas.
Pero ya no me sorprende tanto. El otro día debuté como espectadora en un buen partido de fútbol, en el estadio, y me encantó entrar en el campo. Me maravillaron las luces, el color del césped, la gente, me sentía feliz, el sitio era de lujo, se veía todo perfecto, el campo me pareció mas pequeño de lo que yo creía, en la tele me daba la sensación de que iba a ser mayor, pero me gustó, se veía todo genial. Me dejé llevar por los cánticos de la gente y en menos que canta un gallo estaba cantando el himno de un equipo al que nunca había mirado. Tocando las palmas y riendo con una sonrisa de oreja a oreja, me sentía patriótica al defender al equipo de mi ciudad, no entiendo de aficiones, pero sentía que debía ser así, las masas envuelven y me sentí envuelta y me gustó.
Y aunque sé que el fútbol en realidad es un enorme negocio, y que, no nos dejemos engañar, no nos vuelve más patrióticos, es una vía para evadirse de la realidad, desfogar malos rollos y olvidarte por un rato de la crisis, del paro y demás problemas sociales. Así que me dejé invadir por la alegría, vida y entusiasmo de la masa y apoyé lo que nunca había entendido. Entono un mea culpa. A lo mejor he sido un poco injusta en el juicio, ahora entiendo mejor a los hombres y su gusto por esta afición.
Y está firmada por ASÚN JIMENEZ COLÓN, de Gran Canaria.
Desde que en los siglos II o III aC empezaron a patear un balón en China y llegó al siglo XVI en Gran Bretaña a convertirse en el juego reglamentado que hoy conocemos, el fútbol ha movido y mueve masas. Siempre me he preguntado qué les verán a veintidós tíos corriendo detrás de una pelota.
Y tras indagar un poco, llego a la conclusión de que esto va mucho más allá que un simple juego, es un deporte que se asocia a la rivalidad y al combate, que en los instintos más primitivos del hombre parecen seguir siendo necesarios, por eso algunas estrellas de fútbol pueden ser catalogadas como héroes. Según estudios realizados, un gol aumenta la testosterona y puede producir en el cerebro un efecto de placer comparable al buen sexo, así que por eso después de un buen partido, estos arrebatos pasionales de los hinchas no me extraña que les dejen agotados. Y si a eso se le añade que desfogan su mal humor, y lo relacionan con buenos recuerdos de la infancia y como lazo sentimental con su padre, te explicas por qué son capaces de cambiar de piso, de pareja, de amigos o de coche, pero no de equipo de fútbol.
Es difícil competir contra eso. ¡Dios nos coja confesadas! Es la pareja ideal, pues cuando gana su equipo o selección les hace subir la autoestima y olvidar por unos momentos todos los problemas.
Pero ya no me sorprende tanto. El otro día debuté como espectadora en un buen partido de fútbol, en el estadio, y me encantó entrar en el campo. Me maravillaron las luces, el color del césped, la gente, me sentía feliz, el sitio era de lujo, se veía todo perfecto, el campo me pareció mas pequeño de lo que yo creía, en la tele me daba la sensación de que iba a ser mayor, pero me gustó, se veía todo genial. Me dejé llevar por los cánticos de la gente y en menos que canta un gallo estaba cantando el himno de un equipo al que nunca había mirado. Tocando las palmas y riendo con una sonrisa de oreja a oreja, me sentía patriótica al defender al equipo de mi ciudad, no entiendo de aficiones, pero sentía que debía ser así, las masas envuelven y me sentí envuelta y me gustó.
Y aunque sé que el fútbol en realidad es un enorme negocio, y que, no nos dejemos engañar, no nos vuelve más patrióticos, es una vía para evadirse de la realidad, desfogar malos rollos y olvidarte por un rato de la crisis, del paro y demás problemas sociales. Así que me dejé invadir por la alegría, vida y entusiasmo de la masa y apoyé lo que nunca había entendido. Entono un mea culpa. A lo mejor he sido un poco injusta en el juicio, ahora entiendo mejor a los hombres y su gusto por esta afición.