Así como expliqué con la palabra huelga, la historia del vocablo desahuciar tiene su miga. Que levante el dedo quien no haya dudado alguna vez antes de escribir la palabra “desahucio”. ¿Dónde meto la “hache”? ¿Después de la ese o entre la “a” y la “u”? Por ejemplo, se ve que la persona que escribió el mensaje de la foto que acompaña este post no lo tenía claro (aunque su dramático mensaje sí quedo muy clarito).

Para colmo de males, el diccionario de google me indica que no la entiende. “¿Me habré equivocado en el titular?”, pienso. No, esta vez se ha equivocado google.
Primera sorpresa. Existe la palabra “ahuciar”. O sea, desahuciar es lo que parece: una palabra compuesta del prefijo “des” y del verbo ahuciar.
Ahuciar es uno de estos vocablos zombi, que existe pero nadie emplea. Es un sinónimo, según el diccionario de la Real Academia, de “esperanzar o dar confianza”. De ahí que su contrario, desahuciar, signifique precisamente “quitar a alguien toda la esperanza de conseguir lo que se desea”.
Su segunda acepción alude a la salud: “admitir que un enfermo no tiene posibilidad de curación”.
La tercera y última responde a la tragedia que nos ocupa en estos días (ocupa y preocupa): “despedir al inquilino o arrendatario mediante una acción legal”.
¿Y de dónde sale “ahuciar”? Del castellano antiguo “afiuciar” o “afuciar” (para nosotros, lo mismo da que da lo mismo, puesto que hablamos de palabras más muertas que Carracuca). Este dato nos ayuda a entender la posición de la dichosa “hache intercalada”.
En el fondo, es una evolución de la letra “efe”, que enmudece como tantas otras veces ocurre en el idioma de Cervantes: el “ferro de don Quijote” se convirtió en hierro, la “fermosura de Dulcinera” en hermosura y el “folgar de Sancho” en holgar (y en huelga, por cierto).
La culpa de todo la tienen los romanos, pues ellos nos enseñaron a hablar como Virgilio. Afiuciar (o afuciar) procede del término “fides”, que en latín significa fe y envuelve todo el campo semántico de la confianza, de la esperanza, etc, etc. O sea, justo lo que nos falta ahora. O tempora, o mores!
Bueno, ya sé que continúa siendo igual de engorroso escribir la palabreja. Pero al menos ya sabemos por qué. Es un pequeño consuelo, ¿no?
http://blogs.lainformacion.com/treintay ... -su-hache/