Para rizar el rizo me quedo con este párrafo. Sin comentarios:
Es decir le negaron a GRAN CANARIA la cultura oponiéndose a nuestra Universidad (la verdadera, no el engrendro futbolístico) y ahora le niegan a los habitantes de LA GRACIOSA, tan canarios o más que ellos, el derecho a constituir su Ayuntamiento y su Cabildo. Puro fascismo.Por cierto, ahora están poblando un islote, La Graciosa, al que quieren dotar de un ayuntamiento y un Cabildo. Pensamos que es porque no quieren perder por cuatro a tres... Son así.
Les dejo con el texto completo. No tiene desperdicio:
Domingo, 29
enero 2006
EDITORIAL
LOS POLÍTICOS DE G. CANARIA, SORPRENDODS EN SU "GRAN" MENTIRA
DIJIMOS el domingo pasado que dábamos por zanjada la polémica en torno a nuestro parecer de que en la reforma del Estatuto de Autonomía debiera suprimirse el adjetivo calificativo "gran" a la isla de Gran Canaria, y que quede sólo su verdadera denominación, Canaria. También dijimos que no hablaríamos más del asunto "salvo fuerza mayor" y, por desgracia, la ha habido, porque un parlamentario canarión de Nueva Gran Canaria –no de Nueva Canarias, que es el envoltorio confuso de esa especie de partido político–, Pedro Quevedo, ha cometido la grave torpeza de preguntar al Gobierno de Canarias en la Cámara Legislativa sobre los Editoriales de EL DÍA, pidiendo que nos amordacen, para no seguir en la impunidad, y que, más o menos, nos castiguen. Falsos demócratas él y su partido, de raíz comunistoide. Y torpe, imprudente y gravísima fue también la respuesta del Gobierno, por boca de su consejero de la Presidencia, que pudo contestar simplemente que no tenía por qué entrar a valorar los criterios de una empresa privada. Algún medio ha dicho, y nosotros los comprobamos, que puso énfasis al decir Gran Canaria e, incluso, repitió. Con nuestro mayor respeto al señor Ruano, tenemos que advertir que es un nativo de esa isla y no se podía esperar menos de él.
Insistimos sobre esto: el Gobierno de Canarias, con su respuesta, ha cometido una fortísima torpeza, ya que la pregunta presentada por Quevedo es una intromisión en la opinión de una empresa privada. Un asunto absolutamente ajeno al Parlamento, institución que, por otra parte, seguimos creyendo muy respetable. Además, el Ejecutivo ha caído en las redes de NC-NGC. Quiera Dios que el consejero Ruano, grancanario, que es el encargado de sacar adelante la Policía Autonómica, no deje ninguna puerta abierta para que el mando superior o el "cuartel general" se ubique en LPs de GC. ¡Lo que nos esperaría a los tinerfeños y a EL DÍA!
Y a propósito del Estatuto de Autonomía de Canarias o de las Islas Canarias, si mantiene el nombre a Gran Canaria, que es inmerecido, engañoso y falaz y, por tanto, discriminatorio y perturbador, ese Estatuto será siempre inválido, falso y no propiciará la paz y el equilibrio en el Archipiélago pese a los "sabios políticos". La unidad de Canarias está muy afectada por ese "gran", que es, repetimos, falso y engañoso, discriminatorio y voraz, y será un continuo terremoto en las Islas.
En mapas y en el habla popular y costumbrista, siempre ha sido CANARIA. El "gran" se le fue añadiendo para hacerla mayor.
"Cierto periódico digital fantasmón" que se edita en Las Palmas titula textualmente, a propósito de nuestro Editorial sobre el "gran", que "el Gobierno condena todo planteamiento editorial que afecte a la unidad de Canarias", poniéndolo en boca del consejero Ruano; es decir, del Gobierno. Y nosotros añadimos rotundamente que un editorial no es una orden, ni un decreto, ni una ley. Un editorial se lee, se digiere y nunca será un peligro, más si la razón le asiste. Ese adjetivo calificativo sí es un peligro permanente para el equilibrio y la concordia del Archipiélago. Por cierto, ahora están poblando un islote, La Graciosa, al que quieren dotar de un ayuntamiento y un Cabildo. Pensamos que es porque no quieren perder por cuatro a tres... Son así.
Seguimos resumimos y reiteramos nuestro Editorial del último jueves. El Parlamento fue escenario el miércoles de un vergonzoso intento de acallar a un medio de comunicación. Fue una actuación propia de los métodos leninistas-estalinistas que tanto admiraron en su juventud comunista algunos líderes de esa formación –NC-NGC–, todavía adscrita al grupo de Coalición Canaria. Resulta inconcebible que en esta época de democracia y libertad de expresión se puedan dar intentos de amordazar a un periódico por expresar sus opiniones, y, encima, exigir a un Gobierno contundencia contra sus artículos editoriales, exigiendo así al poder Ejecutivo que asuma las funciones del Judicial. Y detrás de este intento de linchamiento moral está, no lo olvidemos, un ex presidente de Gobierno –Román Rodríguez– que no demostró ninguna simpatía por Tenerife durante su mandato.
Y todo porque EL DÍA sostiene que a la isla de Canaria no le corresponde el calificativo exagerado de "gran", cuyo origen se encuentra en la confusión inicial de los conquistadores al llegar a aquella isla cuando aún Tenerife no había sido conquistada y, por lo tanto, permanecía inexplorada. No obstante, durante mucho tiempo se la siguió llamando como nosotros proponemos, Canaria, en el habla popular.
Por supuesto que al pueblo de esa isla, que aquí, desde antiguo, tantas veces hemos calificado de hermano, se le puede aplicar el calificativo de grande, pero una cosa es la valía o la nobleza de la gente y otra la geografía y la historia. Y como el calificativo de "gran" da a entender que la de Canaria es la mayor de las islas en superficie es por lo que creemos llegado el momento de rectificar y cambiar su nombre actual, y dejarlo como desde la antigüedad señalaba la cartografía.
EL PARLAMENTARIO Pedro Quevedo, como decíamos antes, preguntó al Gobierno sobre nuestros Editoriales. Puede que esté en su derecho, pero el Gobierno tenía también el suyo, que es el de no entrar en esta materia. Bueno, ¿y nosotros, qué?, ¿nosotros no podemos opinar, no tenemos libertad de expresión? Este diputado debería repasar las lecciones básicas de libertad y democracia para entender que sí, que podemos opinar, editorializar y expresar nuestros pensamientos y sentimientos. ¡Faltaría más, siendo EL DÍA una empresa privada con independencia económica, política e institucional! ¡Faltaría más! ¿O es que nos quiere controlar como hacía en anteriores legislaturas con otros medios?
El Parlamento está ahí para lo que debe estar y nada más. Nos viene a la memoria la intervención de cierto diputado en una legislatura anterior, que pidió al Parlamento una declaración institucional contra el periódico EL DÍA porque lo que opinamos en su momento no le gustó ni a él ni a su partido ¿Es esto democracia?
¡Qué bochornoso –pregunta, respuesta, palmaditas y risa– lo ocurrido el miércoles en la Cámara!
DICE UN COMENTARISTA de un diario canarión que los consejeros José Carlos Mauricio y Antonio Castro Cordobez –¡qué nefastos para Tenerife!– al finalizar la intervención de Quevedo y la respuesta de Ruano, sonrieron con satisfacción y hasta se dieron palmaditas. No podíamos esperar otra cosa de ellos, porque en esta Casa conocemos sobradamente su trayectoria y su comportamiento político en beneficio, aunque sea por omisión o por permisividad, de LPs de GC. Son dos de las tres manchas del Gobierno de Canarias de las que hablábamos en el anterior Editorial. Del tercero hablaremos otro día.
Por cierto, un día hablaremos de determinado consejero nativo de Canaria, de sus errores cometidos, de los que está cometiendo y de los que va a cometer.
PARA FINALIZAR esta parte relativa al diputado canarión, sólo por ahora nos resta indicar que los intervinientes en el "caso EL DÍA" desenfocaron el asunto. No se trata de "unidad, si, unidad, no", sino sólo de quitar el "gran" a Canaria, que es tan torticero y falaz como el decreto del dictador Primo de Rivera, que sí motivó la desunión de Canarias.
Para no atosigar al lector suprimimos otro par de columnas repletos de argumentos y razones, no políticas, sino de sentido común, que conservaremos para mejor ocasión por si los "chicos" de enfrente y sus representantes en el Parlamento vuelven a arremeter contra EL DÍA.
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EL PRESIDENTE canario, Adán Martín, está envuelto de buenos propósitos, es sincero e insustituible, hoy por hoy, es decir, no existe nadie en el horizonte, a la vista, que pueda sustituirle. Mañana, no sabemos. Así lo creemos y lo exponemos abierta y valientemente. Dicho esto, también hay que advertir que se ha quedado solo en su lucha por la unidad de Canarias porque no lo dejan los de allá. Y enfrente tiene a los Saavedra, Bravo de Laguna, Soria, López Aguilar, Lobo... Cualquiera de los políticos procedentes de Las Palmas o de inspiración canariona gobernará mirando hacia la orilla amarilla, lo que se traduciría en un atropello para el Archipiélago. La historia lo demuestra: todos, excepto Adán Martín en su segunda época, han gobernado exclusivamente para Las Palmas.
LA POLÍTICA da mucho juego cuando las cosas se hacen rematadamente mal o cuando una formación política no asesora bien a sus cargos electos. Queremos recordar a los lectores lo ocurrido en el Ayuntamiento de Las Palmas el pasado mes de octubre, cuando la portavoz de Coalición Canaria, de nombre Alicia Gómez, declaró lo siguiente: "Hemos preparado el primer plan estratégico de desarrollo del municipio, algo que esta ciudad nunca ha tenido. Ya era hora de que algún grupo, desde el gobierno o la oposición, presente un proyecto que convierta a Las Palmas de Gran Canaria en la capital del Archipiélago y del Atlántico Medio. (...) Canarias necesita un motor y por lógica CC considera que ese motor, al contar con todas las condiciones naturales necesarias, es esta ciudad. Además, para CC no existe otro reto más claro que convertir a esta ciudad en la número uno". ¿Lo ven? ¿Dónde estaba Pedro Quevedo y su NC-NGC? Años llevamos diciéndolo y es una tremenda verdad: quieren convertirse en capital única de Canarias.
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VOLVEMOS OTRA VEZ con lo manifestado por Leoncio Rodríguez, del que tantos elogios hacen también los gcanarios de pro. El fundador de La Prensa –periódico antecesor de EL DÍA– habló siempre de un partido regionalista fuerte, emancipado de los partidos de obediencia estatal, para no sentirnos colonizados, y que en nuestros tiempos podría tener su derivación en una fuerza nacionalista o autonomista como la que ya existe. Como la implantación actual de los partidos estatalistas se ha demostrado que tira para LPs, más se justifica la existencia de esa fuerza autonomista que gobierne para todos.
Y reafirmamos que los partidos estatalistas son buenos si gobiernan para todo el Archipiélago, no sólo para LPs de GC. Así lo reflejan a diario nuestras páginas.
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HAY QUE ACABAR con el mito de "gran" Canaria que tanto ha perjudicado, perjudica y puede seguir perjudicando a Tenerife. El final de este mito está en manos de los políticos que nos gobiernan o de los votos de los tinerfeños en próximas elecciones.
¿Hasta cuándo permitiremos los grancanarios estos ataques constantes a nuestra isla y a nuestro nombre?.