El jugador número doce estuvo de diez

Desde que los jugadores de la Unión Deportiva saltaron al terreno de juego, la intención de la parroquia local fue clara. Aplaudir y animar. Confiados en que el sueño de recuperar la plaza de play-offs era posible, la afición presente en el Estadio de Gran Canaria actuó como un jugador más y alentó a los futbolistas amarillos desde el inicio hasta el final del partido. 

Sergio Lobera observa el transcurso del partido / Samuel Sánchez
Sergio Lobera observa el transcurso del partido / Samuel Sánchez

Existían dudas sobre cómo iba a responder la afición tras la derrota del pasado fin de semana ante el CD Mirandés que provocó la pérdida de la plaza de promoción de ascenso a Primera División. Sin embargo, los seguidores del club de Pío XII no defraudaron y llevaron en volandas al equipo durante una primera mitad en la que la Unión Deportiva recobró una imagen de superioridad que parecía ya olvidada.

El tempranero gol de Vitolo de penalti y las buenas noticias que llegaban desde Valdebebas hacían presagiar que la tarde en el recinto de Siete Palmas iba a saldarse de manera positiva. El delirio llegó con el primer gol del Racing de Santander, del que pronto se enteraron los jugadores sobre el césped debido a la celebración que se produjo en las gradas del estadio.

El “Sí se puede” hacía eco en las profundidades del recinto mientras el equipo se mostraba superior a su rival sobre el verde y las ocasiones se sucedían. Con el gol de Tato la fiesta parecía completa y el partido se marchó al descanso entre aplausos y cánticos de los incondicionales amarillos.

La segunda mitad comenzaba con otra buena nueva desde territorio leonés. El Racing de Santander marcaba su segundo gol y ponía tierra de por medio ante la SD Ponferradina. Los resultados favorecían y el público grancanario no cesaba de apoyar a sus futbolistas.

Sufrimiento hasta el final

Sin embargo, el bajón de los hombres de Lobera en la segunda parte y el consiguiente gol de Natalio sembraron las primeras dudas. El equipo replegó sus líneas y no era capaz de crear ocasiones de peligro en campo rival. Además, los cambios realizados por Sergio Lobera daban a entender que la intención era mantener el resultado y tratar de alejar al Numancia del área defendida por Mariano Barbosa a través de la acumulación de hombres en la medular.

El descontento en la grada se hizo palpable ante esta situación y el público pedía más intensidad ofensiva a los jugadores. Eso sí, el “Sí se puede” no dejaba de resonar y la creencia a recuperar la plaza de promoción se hacía cada vez más real con el paso de los minutos.

Los goles de la Ponferradina en la recta final de su encuentro y la expulsión de Vicente Gómez aumentaron las pulsaciones mientras el cronómetro acercaba la finalización de la jornada. Finalmente, Las Palmas lograba vencer su encuentro pero los aficionados no se movieron de sus asientos, pegados a la radio mientras en el banquillo, el cuerpo técnico de la Unión Deportiva hacía lo propio.

La finalización del partido en El Toralín con empate en el marcador fue celebrado como un gol. Las Palmas recuperaba el sexto puesto y volvía a depender de sí mismo en la última jornada del campeonato. En la rueda de prensa posterior al partido, el técnico aragonés afirmaba que “la Liga ya ha acabado, queda una final en Murcia cuyo premio es la promoción”.

La Unión Deportiva vuelve a depender de sí misma pero no sólo ha recuperado su puesto en los play-offs de ascenso a falta de una jornada, también ha recuperado la comunión entre equipo y afición, siempre necesaria pero más aún si cabe con lo que se avecina si el equipo es capaz de ganar en Murcia. En play-offs, Las Palmas jugará con doce. Esta afición no falla.











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