Historia de la UD Las Palmas

Capítulo I

Situación del contexto futbolístico insular a finales de los años cuarenta

Es de todo punto y necesario glosar en ésta web la excelencias y hazañas del fútbol canario, desde sus albores a su pasado presente.

Canarias ha sido pródiga dando valores al fútbol nacional, y desde el debut del mítico Padrón «el sueco», en el año 1928, ha visto su número incrementado considerablemente: Luis Valle, Ilario Marrero, Arochita, Campos, Arencibia… Las figuras más representativas de nuestro balompié han emigrado a la geografía peninsular de forma constante a lo largo de los años, sin haber sabido crear los medios suficientes para cambiar el rumbo de los hechos.

Concluido el paréntesis de la guerra civil, el fútbol en las Islas recobraría de nuevo todo su antiguo esplendor y, la cantera canaria volvió a producir, como por generación espontánea, jugadores de gran calidad técnica que pasaban a engrosar las filas de los cinco clubes que componían la primera categoría regional: Marino, Victoria, Gran Canaria, Atlético y Arenas.

Las competiciones se desarrollaban en medio de una gran expectación y los clubes, aunque con dificultades, cubrían las necesidades y objetivos previstos. La afición acudía en masa al estadio Pepe Conçalves para ver a sus ídolos, y aquellos encuentros de gran rivalidad quedarán indelebles en la memoria de todos los allí presentes. Sin embargo, en éste momento cumbre de nuestro fútbol no duraría mucho. La extraordinaria clase de aquellos jugadores y el nivel tan alto que alcanzó la competición regional trascendería más allá de nuestras fronteras, llegando a oídos de los clubes más poderosos de la península, quiénes comenzaron a demandar los servicios de las figuras más destacadas. Ésta demanda iría en constante aumento, llegando incluso a algunos clubes peninsulares a enviar delegados y ojeadores con objeto de observar a jugadores de la segunda y tercera categoría regional.

Dado que éstas ofertas no podían ser igualadas en ningún modo por los clubes locales, se iniciaría un éxodo masivo de los jugadores canarios a la península, favorecido, en parte, con la creación de las nuevas líneas aéreas y sus vuelos regulares desde las islas.

A título de curiosidad, y para que sirva de referencia a los lectores, haremos mención, solamente de los canarios que figuraban en equipos de primera división durante la temporada 1948-1949.

Español Tarragona Madrid Oviedo Atlético Celta Málaga
Hernández Gallardo Molowny Zuppo Oreja Durán Torres
Oramas Perdómo Cabrera Farías Servando Beneyto
Roig Mujica Pepín Nobregas
Cedrés Lobito Polo I Acosta
El Palmero Mesa Elzo
Silva

Como consecuencia de ésta emigración masiva de valores canarios, la situación global de los cinco clubes históricos fe esmerando día a día. La nueva legislación de contratos establecida por la R.F.E.F. (Real Federación Española de Fútbol) no serviría sino para agravar la situación de éstas entidades modestas dado que tenían una duración de sólo dos años, facilitando, la dispersión progresiva, y dificultando la labor de la cantera de los equipos, después de haber invertido en su formación, veían como instituciones más poderosas recogían los frutos de su abnegado esfuerzo y trabajo. Los equipos regionales de las islas observaban que sus plantillas quedaban mermadas de forma ostensible y por ende las competiciones perderías en calidad y emoción, las taquillas eran muy reducidas y los jugadores profesionales se veían obligados a rebajar sus emonumentos e incluso con donar fichas, retirándose muchos valores a no deslumbrar una salida a su pretoria situación profesional.

A todas estas visitudes había que añadir la agravante de jugar todos los partidos en un único escenario: Estadio Las Palmas (Estadio Insular). Éste había sido construido para paliar la necesidad de los terrenos de juego en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, recogiendo la herencia del añorado Pepe Conclaves. Los ingresos por taquilla eran ínfimos teniendo en cuenta las necesidades apremiantes de los clubes, y éstas cantidades habían de ser distribuidas equitativamente entre los cinco equipos que integraban la primera categoría regional llegándose a una situación límite de su existencia.

Ante ésta inarentable realidad, Don Eufemiano Fuentes Díaz, presidente del Marino Club de Fútbol, se desplaza a Madrid llevando una propuesta a la R.F.E.F. En ella se planteaba un cambio en la legislación de contratos con una duración mínima de 4 años. Del mismo modo, proponía una reglamentación distinta, diciendo que se enviará una circular a todos los clubes españoles, prohibiendo el éxodo masivo de los jugadores con la salvedad de las primeras figuras y aquellos que por su parte y por su edad había pasado el período de formación. También se reivindicaban la subvención especial, considerado nuestro particular enclave geográfico y el cariz irreversible en que se hallaba inmersa nuestra competición regional. A pesar de las múltiples y reiteradas frases de aliento por parte de los máximos mandatarios de la R.F.E.F. Todos estos acuerdos fueron dilatándose, para quedar finalmente acabados.

Mientras tanto, los clubes Gran Canarios continuaban incrementando paulatinamente sus deudas, siguiendo su inevitable curso hacía la desaparición. Es aquí, de pronto, ubicado en éste contexto específico cuando surge la figura de dos Gran Canarios de pro. Dos figuras irrepetibles que habrías en convertirse por derecho propio en los auténticos artífices por la creación de un equipo único formado por 5 clubes legendarios, y formados mediante la renuncia de todo un contexto y pasado histórico. A través de un proyecto de fusión. Sus nombres quedarán impresos con letras de oro en las páginas del fútbol canario: Manuel Rodríguez Monroy y Adolfo Miranda Ortega.

Capítulo II

Estadio Insular: Medio Siglo de Historia

Con el cierre del legendario Campo de España, convertido en canódromo, el estadio Pepe Conclaves vino a suplir en parte la necesidad de terrenos de juegos en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria,. Este campo de fútbol pertenecía a la Junta de Obras del Puerto de la Luz y había sido construido con gran sacrificio por los aficionados del Real Club Victoria. En él se jugarían inolvidables partidos de rivalidad isleña, con la participación de míticas figuras que permanecerán siempre en nuestro recuerdo. Su historia, aunque intensa, fue breve, cerrando sus puertas el 24 de Diciembre de 1944, en un encuentro dónde el Atlético Club se imponía al Club Deportivo Gran Canaria por una mínima diferencia de 2-1.

La apacible, por aquel entonces, ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, había ido creciendo, duplicando en pocos años su población, que ya contaba con un censo de 150.000 habitantes, y demandaba a gritos un escenario más grande. Por otra parte, los mandatarios y fieles seguidores del Marino C.F., cansados de la hegemonía que ejercía el Real Club Victoria sobre el estadio, teniendo incluso que tener que ir a entrenar al campo de sus eternos rivales, decidieron construir su propio terreno de juego, enmarcándolo en el centro geográfico de población de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.

Ya en épocas pretéritas D. Gregorio de León Morales había intentado la construcción de un gran estadio para el Marino C.F., pero después de grandes dilaciones, la idea no llegaría a prosperar, teniendo que esperar casi 20 años para ver su sueño hecho realidad.

Eufemiano Fuentes Díaz: nervio del Proyecto

La posibilidad de construcción del estadio comenzó a tomar visos de realidad cuando accedió a la presidencia del Marino C.F. el destacado empresario, Eufemiano Fuentes Díaz. La directiva por él presidida y la valiosa colaboración de un grupo de marinistas decidieron acometer esta magma empresa, dotando a la ciudad de un magnífico estadio para la época. Entre estos abnegados colaboradores podríamos destacar a Isidro Miranda, Luis Suárez Acosta, Francisco Alonso, Manuel Miranda, Domingo Salas, Manuel Doreste, Isidro Godoy y Juan Rodríguez Doreste, que fue secretario de la comunidad constructora.

A este estadio se le denominó en un principio Estadio de Gran Canaria, aunque muchos aficionados lo vincularan al Marino C.F., por ser el propietario de la obra, llamándolo Campo del Marino. Conviene destacar que el Cabildo Insular en 1951 fue cuando compró el estado del Marino, y cuando pasó a denominarse Estadio Insular.

Proyecto de la Obra

El proyecto de la obra se le encargó al arquitecto D. Fernando Delgado, y la construcción a D. Alfredo Farray. En un principio se pensó ubicarlo en los arenales de Paseo de Chil, no pudiéndose llevar a efecto porque uno de los solares era de un seguidor del Victoria C.F., que a pesar de muchos ruegos no accedió a su venta, con lo que demuestra la gran rivalidad que había entre este equipo y el Marino C.F. Entonces, hubo que fabricarlo orientándolo hacia el mar, que es la posición que ocupa en la actualidad.

En la construcción del Estadio se trabajó en turnos de 24 horas bajo una gran expectación, terminándose los trabajos del recinto deportivo en un tiempo récord: 7 meses.

Por la noche los trabajadores utilizaban reflectores para iluminar el lugar, que exceptuando unas pocas casa en la naciente, estaba completamente desierto. El terreno de juego se construyó al principio con unas medidas de 105 x 68 metros, con una pista de 6 metros de ancho que posteriormente fue acortada. Fue removido a una profundidad de un metro, estando los desagües unidos a la red General del Estadio, situada a unos 200 metros de la playa.

En al primera fase, el estadio estaba registrado para un máximo de 8 000 espectadores. Luego, al iniciar la reforma de la corporación insular, se incrementaría a veintidós mil localidades.

El importe e inmaterial de obra exclusivamente, según comunicaron a los medios informativos los señores encargados de la obra, era de aproximadamente dos millones de pesetas, pero el coste total de toda la instalación fue de dos millones y medio de pesetas.

Hay que destacar la gran generosidad de los señores marinistas y en especial a su presidente, Don Eufemiano Fuentes Díaz, que ocho años más tarde lo vendieran al Cabildo por esa misma cifra. La corporación insular, en agradecimiento, los recompensaría con un asiento vitalicio.

La Bendición

Un día de navidad, 25 de diciembre de 1944, fue la fecha señalada para la bendición e inauguración del Estadio Insular. El religioso acto de bendición del estadio, tuvo lugar a las 12 del día. Acudieron al campo autoridades civiles y militares, federativos, representaciones de clubes filiales y numerosas personas invitadas. La ceremonia religiosa estuvo a cargo del arcediano de Canarias D. Pedro López Cabeza que fue auxiliado por el párroco de la jurisdicción D. José Espino.

Vino de Honor

En el Hotel Parque se sirve un vino de honor sobre la 1 de la tarde. Lo ofrece la gerencia del campo. Asisten las autoridades, elementos directivos del deporte y numerosas personas. El alcalde la ciudad pronuncia unas palabras destacando la importante significación del estadio que se va a inaugurar.

Inauguración

Desde muy temprano comenzó la afluencia del público para el partido inaugural y sobre las 4 de la tarde ya presentaba el Estadio Insular una entrada inmejorable.

La selección de Las Palmas viste camisa blanca y pantalón azul; la del Puerto elástica roja y pantalón blanco. Formados todos los jugadores en el medio de campo se procede a la imposición de la medalla al Mérito Deportivo a D. Eufemiano Fuentes Díaz, nervio y corazón de gran empresa. Es D. Fernando Rivero del Castillo quien, como presidente de la Federación saliente, le impone tal distinción. Fue un momento muy emotivo dedicándose el acto una gran ovación.

La señora de D. Eufemiano Fuentes Díaz sería la encargada de efectuar el saque de honor. El partido comenzaba con las siguientes formaciones:

Por parte de la Selección de Las Palmas: Cristóbal; Victoriero, Naranjo; Jerónimo, Campos, Méndez; Pinilla, Polo, Oramas, Molowny y Cabrera.

Y por parte de la Selección del Puerto: Hernández; Cástulo, Pérez; Mentado, Medina, López; Pacuco, Tomás, Jorge, Gallardo y Oramas.

Polo, autor del primer gol

Comenzó el juego llevando la iniciativa el conjunto de la selección de las palmas, y alos tres minutos se anotó el primer tanto. Una jugada rápida por la derecha de Cabrera es aprovechada por Polo, que marca y se convierte en el primer anotador de la historia del Estadio Insular. Seguidamente la Selección del Puerto toma la iniciativa con varios centros de Pacuco desaprovechados por falta de profundidad. Esta primera parte terminaría con ventaja de la Selección de Las Palmas. Durante la misma, se lanzó un penalti al marco de Cristóbal, rechazándolo el palo. La pena máximo fue fallada por Pacuco Jorge. En la segunda parte se registraron algunos cambios, por la selección del Puerto entrarían al terreno de juego; Pérez, Caraballo, Cordero, Quintero, Silva y Moreno. Por el bando de la selección de Las Palmas se nota la ausencia de Campos, pasando Polo a la medular y Zuppo al interior derecho. En esta segunda mitad, la selección del Puerto presionaría más, y el portero Cristóbal tiene que emplearse a fondo. Cuando mayor era el dominio del conjunto del Puerto marcó la selección de Las Palmas por parte de Oramas. En los últimos minutos la selección del Puerto reduciría distancias con un precioso gol de Cordero. El conjunto de las palmas fue dirigido por Jesús Navarro, mientras que para la selección del Puerto fue designado Nicolás Martinón. El árbitro fue el Sr. Díaz Casanova, sin complicaciones.

Hacia la Construcción del Gran Estadio Insular

Bajo la consigna «Todo por el deporte» el presidente del Excmo. Cabildo Insular, D. Matías Vega Guerra, prometió que el fútbol canario no declinaría por motivos económicos, haciéndose el Cabildo propietario del Estadio de Las Palmas, que como habíamos dicho antes pasó a denominarse Estadio Insular. Los señores Suárez Válido y Luis Navarro Carló fueron los consejeros firmantes de la moción presentada al Presidente del Cabildo para la compra del Estadio por dicho organismo. Al merecer la moción la unánime acogida de las corporación insular, los dos fueron agregados a la comisión de Deportes del Cabildo, en dónde también figuró el Sr. D. Fernando Rivero del Castillo. En esta segunda fase se edificó la grada curva de poniente, aprovechando el espacio que tenía entre sí, y enlazándola con la amplia grada de General, fabricándose el segundo tramo de proyecto hasta la zona de Naciente. La capacidad del estadio se incrementaría al finalizar las obras a 22 000 localidades. Estas obras se llevaron a cabo de forma vertiginosa luchando contra el tiempo para que pudieran estar totalmente finalizadas en la presentación del equipo al principio de la liga. Cuatro compañías trabajaron en dichas obras: La Hidráulica, D. Fernando Delgado, D. Alfredo Farray y Elejabeita. El Sr. Picart, conservador del gran estadio de Montjuich, se encargaría de dotar al recinto de césped, empleando 2500 Kg de semillas holandesas para la tarea de plantación. El nuevo Estadio fue inaugurado con todas las galas el 9 de Septiembre de 1951, coincidiendo con el debut ligero de la UD Las Palmas, en primera división, contra el Real Madrid.

Capítulo III

Origen y nacimiento de la UD Las Palmas

Ya en nuestro primer capítulo de la Historia de este club dábamos cuenta de la precaria situación que atravesaban nuestros clubes, y el declive que habían experimentado nuestra competición regional. Don Manuel Rodríguez Monroy, vicepresidente de la federación regional y hombre de conocida ecuanimidad y rectitud, llega al pleno convencimiento que nada más mediante la fusión de los 5 equipos que componían la primera categoría regional de nuestro fútbol podría ser incorporado a competiciones nacionales y así solventar su difícil situación.

Canarias necesitaba incorporarse al fútbol nacional si quería volver al esplendor de antaño y sin la fusión no hubiera sido posible presentar a la Real Federación Española nuestra petición. Cada seguidor de los cinco equipos había de ver la continuidad de su propio club y se debía identificar con los nuevos colores.

Esta acertada idea es planteada por Rodríguez Monroy al presidente de la Federación Regional, Adolfo Miranda Ortega, con quién además de su relación laboral le unían grandes lazos de amistad. Animado por éste y por los demás miembros del consejo administrativo, presenta en la Federación una moción en la que se hace llamamiento a los 5 equipos de la primera regional para la fusión, poniendo por encima de todo el honor deportivo de Canarias y partiendo del gran axioma «la unión hace la fuerza».

El día 4 de Febrero de 1949, fue sometida al veredicto del Consejo Directivo de la Federación de Las Palmas la moción presentada por el miembro de dicho organismo, Rodríguez Monroy, con el fin de lograr la incorporación de la Isla a la Categoría Nacional. Esta es la carta por la cuál se solicita que Canarias fuese incluida en la Segunda División, la solicitud posteriormente sería denegada.

«En la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, a cuatro de Abril de mil novecientos cuarenta y nueve, siendo sus diecinueve horas, se reúne, en el domicilio social de la Federación de Fútbol, la Ponencia constituida para estudiar la fusión de los cinco club que integran el censo de la primera categoría regional , bajo la presidencia de Don Adolfo Mirando Ortega y con asistencia de los señores don Manuel Rodríguez Monroy, por la Regional; dona Alberto García Sastre, por el «Real Club Victoria»; don Francisco Naranjo Hermosillas, por el «Marino C.F.»; don Vicente Di Napoli Battone, por el «Atlético Club»; don Luis González Vera, por el «Arenas Club», y don José Jiménez Sánchez, por el «C.D. Gran Canaria», actuando de secretario el que suscribe.

Abierta la sesión es leída y aprobada por unanimidad el acta de la anterior.

Por Secretaria se procede a la lectura del escrito elevado por nuestra Presidencia a la Real Federación Española de Fútbol, según acuerdo recaudo en sesión anterior, solicitando de dicha superioridad la inclusión de Canarias en la Segunda División de la Liga Nacional, escrito que merece el mas destacado elogio de esta Ponencia por los grandes razonamientos que lo fundamentan, acordándose, finalmente, por unanimidad, expresar a su redactor, nuestro estimado presidente, don Adolfo Miranda Ortega así como a su colaborador, don Manuel Rodríguez Monroy, la felicitación mas calurosa y sincera.

Últimamente, se cambian impresiones sobre las Normas dictadas por la Nacional sobre la «Nueva organización jurídica y económica de los clubes e categoría Nacional», las cuales nos servirían de base para llevar a la practica como reglamentariamente corresponda en dicho aspecto la constitución del Club fusionado (Unión Deportiva Las Palmas).

Y no habiendo mas asuntos de que tratar, se levanto la sesión a las veintitrés horas del día de la fecha; de lo que, como secretario, certifico».

Ponencia de fusión

Una vez acogida la feliz idea por el consejo federativo, D. Adolfo Miranda Ortega, gran impulsor del proyecto, convoca en 28 de febrero del mismo año una reunión que por aquel entonces estaba domiciliada en la Federación, que por aquel entonces estaba domiliaciada en la calle Dr. Domingo Déniz, Nº 3, de la Alameda de Colón, invitando a los representantes de los cinco clubes fusionantes; Real Club Victoria, Marino C.F., Club Deportivo Gran Canaria, Átlético Club y Arenas Club. Los representantes de dichos equipos, acudieron a la reunión con buena voluntad y predisposición, pero mostrando ciertas reticencias y dudas. Por una parte, era renunciar a todo un pasado histórico, y unos colores muy arraigados a lo largo de tantos años. Por otra parte, no se tenía el pleno convencimiento de que la idea fuera a prosperar considerando algunos clubes la empresa muy arriesgada. El Club Deportivo Gran Canaria, Arenas y Atlético se decantaron desde el primer momento a favor de la idea. Sus sociedades deportivas habían tocado fondo y vieron esta alternativa como su tabla de salvación. Hay que entender que sus sociedades, aunque con un digno historial, no tenían gran masa social como la de Real Club Victoria o como la del Marino C.F., para vender jugadores y sanear su maltrecha economía. El Real Club Victoria y el Marino C.F., aunque cooperaron desde un principio con el proyecto, se mostraban indecisos y temerosos de sus repercusiones en la empresa podían tener masa social.

Petición del Estadio de Las Palmas

Otro de los objetivos a corto plazo de la Ponencia de fusión era pedir a la federación regional que enviara una solicitud al consejo de administración del estadio de las palmas, con vistas a la adquisición de dicho recinto deportivo. Esta petición seria denegada, llegándose finalmente a un acuerdo para su arrendamiento. Las gestiones sobre el arrendamiento del estadio de Las Palmas las llevo directamente D. Eufemiano Fuentes Díaz, quien expuso a los reunidos en la asamblea las conversaciones que habían sostenido con los distintos miembros del consejo de administración deportivo, llegando a un entendimiento para su arrendamiento de un importe anual de 110.000 Pts.., quedando el Sr. Fuentes Díaz autorizado por el citado consejo de administración para elegir las formulas de pago.

Dentro de este canon de arrendamiento estaba incluido el personal fijo del estadio siendo por cuenta del arrendamiento los gastos, impuestos y daños que se pudieran producir durante el arrendamiento.

La Asamblea Magna del Real Náutico: fin de la Ponencia y nueva gestora

El 16 de Agosto de 1949 se reuniría la Ponencia de Fusión en el domicilio social de la Federación Regional, por ultima vez. Don Adolfo Miranda Ortega fue el primero en tomar la palabra, manifestando que habiéndose puesto en contacto con los clubes Marino y Victoria a fin de conseguir un préstamo inicial para poder sufragar los gastos primeros del nuevo equipo: «UNIÓN DEPORTIVA LAS PALMAS», no había tenido éxito tal gestión, en razón de haber expresado dichos clubes estar en difícil situación económica.

De igual forma, no se había recibido respuesta alguna de las corporaciones y autoridades locales para la organización y financiación del equipo.

Estando tan próxima la competición, era de gran urgencia solventar el problema económico, buscando una solución inmediata.

A continuación, el Sr. Rodríguez Monroy hizo uso de la palabra, afirmando que lamentaba profundamente la campaña obstruccionista que casi por sistema se venia poniendo una Asamblea Magna donde se cursaría invitaciones a los directivos de los clubes, autoridades locales y a personas relevantes en nuestra sociedad.

La Ponencia de Fusión acordó por unanimidad aceptar la atinada propuesta del señor Rodríguez Monroy y, en su virtud, estimo convocar a los clubes el lunes DIA 22 de agosto de 1949 a las 20 horas en el domicilio social del antiguo Real Club Náutico, donde se tratarían la siguiente orden de asuntos:

– Primero: Exposición de la labor desarrollada por la Ponencia y situación de las gestiones llevadas a cabo para la constitución de nuestro equipo en categoría nacional.

– Segundo: Sugerencias de los señores asambleístas.

– Tercero: Constitución de la Unión Deportiva Las Palmas.

– Cuarto: Toma de posesión de Presidente y nombramiento de la nueva Gestora.

Constitución de la Unión Deportiva Las Palmas

Esta historia asamblea (léase la Asamblea Magna), celebrada con inusitada expectación en la antigua sede del Real Club Náutico, sirvió para limar asperezas y llegar a un acuerdo total, aunque es justo significar que ya con anterioridad se había abierto el camino alcanzándose importantes logros.

El trabajo eficaz y laborioso de la Ponencia de Fusión había llegado a su fin. Atrás quedaban muchas horas de dedicación y esfuerzo a esta magna empresa, no exenta de muchos dificultades.

A partir de esta fecha fundacional del club -22 de agosto de 1949- la nueva Gestora que regiría los destinos de la Unión Deportiva Las Palmas se reuniría en su nueva sede social, sita en la Plazoleta Luis Antunez. Esta sede había pertenecido al Club Deportivo Gran Canaria, quien al unirse al Arenas Club en la primera fase de fusión, dono generosamente su local social con todos los trofeos y pertenencias.

Es indudable que la creación de nuestro equipo representativo constituyo desde el primer momento un autentico fenómeno social, contando con un extraordinario respaldo popular.

La Unión Deportiva Las Palmas, llamada con este glorioso nombre por haber nacido de la unión de todos los canarios, se había constituido por derecho propio en el club de todos.

Representados en imagen el primer diseño del escudo de la U.D. Las Palmas, obra de Don Simón Doreste y Doreste, en la otra imagen el escudo de nuestra Unión Deportiva Las Palmas ya plenamente configurado.

El escudo se creó con unos ideales: Transmitir dos colores fundamentales; el amarillo de la arena de las estupendas playas y el azul cristalino del hermoso mar. Junto a esto se quería poner el símbolo de la capital Gran Canaria (centro) y bordeando el escudo los respectivos clubes que propiciaron la creación de la UD Las Palmas, además del respectivo nombre del club..

A continuación la carta redactada por Don Lázaro Guerra Pérez para solicitar los colores y el escudo de la ciudad:

«Al Excmo. Ayuntamiento de esta ciudad.
Las Palmas de Gran Canaria

Don José Del Rió Amor, mayor de edad y de esta vecindad, obrando en concepto de Presidente de la Comisión Gestora del Club «Unión Deportiva Las Palmas» a esa Excma. Corporación que permite exponer:

Que por acuerdo de los cinco equipos que componen la Primera Categoría Regional, dependientes de la Federación Regional de Fútbol de Las Palmas de Gran Canaria, se ha hecho con permiso de fusión de los mismos al objetivo de que, agrupados en uno sólo todo su potencial económico y deportivo, incorporar ese potente Club a las competiciones de fútbol de categoría nacional.

Igualmente y por acuerdo unánime de los equipos fusionados el nombre del mismo es «UNIÓN DEPORTIVA LAS PALMAS» y que, tanto los colores como el escudo de los equipos resultantes de esta fusión sean los de esta ciudad; pero para que esto último pueda llevarse legalmente, se hace necesario que esa Excma. Corporación dé su aprobación al respecto, por ello es por lo que suplica a esa Excma. Corporación que, habiendo por presentado este escrito, se digne a autorizar al citado Club «UNIÓN DEPORTIVA LAS PALMAS» a utilizar el escudo de esta ciudad, orlando con el nombre de este Club y los emblemas de los cinco equipos fusionados.

Es gracia que espera de esa Excma. Corporación, cuya vida Dios guarde muchos años.

Las Palmas de Gran Canaria primero de septiembre de mil novecientos cuarenta y nueve.

 

Uniforme

El uniforme de la Unión Deportiva Las Palmas quedó configurado de la siguiente forma:

Camisa: Amarilla lisa.

Calzón (Pantalón): azul fuerte y liso.

Medias: azules con bordes amarillos.

Escudo: el de la ciudad de Las Palmas orlado con los escudos de los clubes que permitieron la fusión. (Victoria, Marino, Gran Canaria, Arenas y Atlético).

Comisión Gestora

La comisión gestora de la Unión Deportiva Las Palmas quedo constituida de la siguiente manera:

– Presidente: Don José del Río Amor.

– Vicepresidente: D. Manuel Rodríguez Monroy.

– Vicepresidente II: D. Eufemiano Fuentes Díaz.

– Vicepresidente III: D. Aurelio Montenegro Riobo.

– Secretario: Don Luis González Vera.

– Vicesecretario: Don Alberto García Sastre.

– Tesorero: Don Francisco Naranjo Hermoso.

– Contador: Don José Jiménez Sánchez.

– Vocales:

Marino C.F.: – Don Simón Doreste Estruch.

Atlético Club: – Don Juan Trujillo Febles.

– Don Víctor Santana Savédra.

– Don Bruno González García.

R.C. Victoria: – Don Guillermo Wittembach García.

Arenas Club: – Don Manuel Hernández Sánchez.

C.D. Gran Canaria: – Don Juan Moran de la Nuez

Capítulo IV

Palmarés UD Las Palmas

En la temporada 1949-1950, juega la liguilla de ascenso a Segunda División Nacional contra los equipos C.D. Tenerife, Imperial de Murcia, S.D. Ceuta, C.D. Toledo y U.D. Melilla, de la cual quedó subcampeón, ascendiendo a la Segunda División Nacional.

En la temporada 1950-1951 participó en la Segunda División Nacional, clasificándose para jugar la liguilla de ascenso a la primera división en unión de los clubes: Murcia, Málaga, Salamanca, Sabadell y Zaragoza, quedándose campeón y ascendiendo a Primera División Nacional frente
al C.D. Málaga.

En esta primera temporada en Primera División, 1951-1952 desciende de nuevo a la Segunda División Nacional.

En las temporadas 1952-1953 y 1953-1954 juega en Segunda División Nacional, ascendiendo al finalizar la misma a Primera División frente al Tenerife en el Heliodoro Rodríguez López.

Desde la temporada 1954-1955 hasta 1959-1960, milita en Primera División, jugando la promoción frente al Levante
al finalizar la liga 1958-1959 ganando 1-2 en Valencia y empatando en el Estadio Insular descendiendo al año siguiente.
En Segunda División Nacional juega desde la temporada 1960-1961 hasta 1963-1964, quedando campeón y ascendiendo de nuevo a la División de Honor en Abarán.

Desde la temporada 1964-1965 hasta la 1982-1983 permanece en primera división, quedando en 3º lugar de la Liga en la temporada 1967-1968, consiguiendo el Trofeo Caballero al ser el máximo goleador de la liga regular.

En la temporada 1968-1969 logra el Subcampeonato de liga, dándole la oportúnidad de poder jugar la Copa de Ferias contra
el Hertha de Berlín, quedando eliminado en la primera ronda.

En la temporada 1972-1973 termina en 4º lugar, clasificándose para jugar la Copa de la U.E.F.A. eliminando al Torino y Slovan
de Bratislava, y cayendo eliminado por el F.C. Twente, de Holanda.

En la temporada 1977-1978, queda clasificado en 5º lugar, dándole opción a jugar la Copa de la U.E.F.A., saliendo victorioso frente al Sloboda de Tuzla, de Yugoslavia, siendo eliminado por el Ipswich Town de Inglaterra. Esta misma temporada juega
la final de la Copa de S.M. el Rey, en el Estadio Santiago Bernabeu (Madrid) el día 19-04-1978, contra el F.C. Barcelona, perdiendo 3-1.

En la temporada 1982-1983 desciende a la Segunda División.

Dos años más tarde se conseguiría de nuevo ascender a la Primera División.

En las competiciones ligueras, 1985-1986 y 1986-1987 juega en Primera División, descendiendo a Segunda en la temporada 1987-1988 en la que permanecen hasta la 1991-1992 descendiendo a Segunda División “B”; En esta categoría juega durante cuatro temporadas que son las integradas en las ligas 1992-1993, 1993-1994, 1994-1995 y 1995-1996, clasificándose siempre para la liguilla de ascenso. En esta última se consigue el anhelado objetivo en una liguilla compuesta por los clubes Tarragona, Elche F.C., Cultural Leonesa y UD Las Palmas.

En la temporada 1996-1997, participa en la Segúnda División clasificándose en 7º lugar, y participando en la Copa S.M. el Rey, siendo eliminado por el F.C. Barcelona en la semifinal de la misma el día 09-04-97.

Al año siguiente, 1997-1998, quedó clasificado en tercer puesto, lo que le dio derecho a jugar la promoción de ascenso frente al Real Oviedo, perdiendo en el Carlos Tartiere por el resultado de 3-0 y ganando en el Estadio Insular por 3-1.

En la temporada 1998-1999 el equipo quedó clasificado al final de la misma, en quinta posición, con un total de 68 puntos quedándose a las puertas de jugar la promoción de ascenso.

La temporada 1999-2000, consiguió, después de doce años, retornar a la Primera División, proclamándose campeón a falta de tres jornadas y sumando un total de 72 puntos.

Tras dos temporadas regresó a Segunda División, descendiendo en 2004 a Segunda B. Le costó dos años regresar a la categoría de plata, en medio de una crisis institucional y económica que prácticamente acaba con la disolución del club.

El papel de el juez Juan José Cobo Plana y del presidente Miguel Ángel Ramírez, además de la afición del conjunto amarillo, fue clave en la continuidad de la entidad. Tras varios intentos fallidos y tres play-off de ascenso a LaLiga, consiguió en 2015 el sueño de regresar a la máxima categoría tras derrotar al Real Zaragoza –3-1 en la ida en La Romareda y 2-0 en la vuelta en el Estadio de Gran Canaria–.

Imágenes y texto: web oficial