Probablemente la Unión Deportiva jugase este domingo su mejor primera parte de la temporada. Lo hizo todo para ganar: llevó el peso del encuentro, generó ocasiones y no sufrió en fase defensiva. Pero el buen juego mostrado por el equipo no fue suficiente, faltó el gol.
Empató Las Palmas en un acto de injusticia futbolística. El conjunto de Sergio Lobera jugó la que probablemente fuera su mejor fase de juego de toda la temporada, a lo largo de la primera parte. Los primeros treinta minutos de partido fueron una oda al fútbol de posesión con Unión Deportiva sometiendo al Lugo a encerrarse en su propio campo defendiendo el resultado. Pero no llegó el gol, ese preciado bien que tanto le cuesta obtener a los canarios esta temporada y que es, a su vez, el aspecto más importante de este deporte.
Y no fue porque el equipo no lo intentase. El conjunto local generó ocasiones una y otra vez con un inspiradísimo Momo que participó en la mayor parte de ellas. Una combinación suya con Valerón acabó en un disparo de Apoño desde la frontal que rechazó un defensa a córner evitando el tanto amarillo. Posteriormente, el propio Momo realizó un amago en el lateral del área, dejando sentados a dos defensores lucenses, y puso un centro que no fue rematado con acierto por ninguno de sus compañeros.
Tras el descanso, y con el recuerdo del fenomenal primer tiempo realizado por los insulares tan reciente, el equipo pareció bajar varios enteros en proporción a lo hecho con anterioridad. Sergio Lobera buscó el gol en su banquillo dando entrada a Nauzet Alemán y Carlos Aranda, retirando del campo a Javi Castellano – soberbio durante el tiempo que jugó – y a un desacertado Tana. Sin embargo, y a pesar de que ambos tuvieron un papel importante en las acciones generadas en los últimos veinte minutos, no fue suficiente. El técnico se guardó el tercer cambio y dejó a Máyor y Figueroa en el banquillo mientras el equipo ansiaba un rematador en el área y el gol no llegó.
A pesar de ello, el resultado no empaña la buena propuesta de la Unión Deportiva, que logró neutralizar al Lugo a base de su propia medicina: tomando el protagonismo en el desarrollo del choque. Esa es la nota positiva rescatable de un partido en el empate logrado posiciona a los amarillos como quinto clasificado aunque a diez puntos de las plazas de ascenso directo, que cada vez se antojan más lejanas.
