Era un partido para exigir tensión, nervio y competitividad. Y nada de nada. Otra derrota en otra final. Tercera consecutiva. El cambio de dinámica que se pretendía con Josico y Javi Guerrero no se vio por ninguna parte. Un ridículo absoluto y los play-off en juego en la última jornada. Las Palmas es quinta y se la jugará el play-off contra la Ponferradina.
Si te juegas la vida y lo haces contra la Unión Deportiva Las Palmas, puedes dar gracias a la fortuna. Ganarás seguro. Y da exactamente igual lo que se juegue el equipo amarillo. Como si son los garbanzos de sus hijos. No tienen amor propio. Suficiente como para que este tramo final de temporada termine en drama. Se jugaban la tercera plaza en Mallorca. Con cambio de entrenador incluido. Y nuevo naufragio. Estaba cantado.
El equipo se mostró plano en todas las fases del encuentro. Superado no por el fútbol del Mallorca, pero sí por sus ganas, su intensidad y su ambición. Todos los adjetivos negativos que se le pueda otorgar a esta Unión Deportiva Las Palmas hundida son pocos. El candidato de ascenso a Primera División está haciendo méritos para quedarse fuera de los puestos de promoción de ascenso con su dinámica del último mes. El equipo amarillo se lo jugará todo a una carta ante una Ponferradina que se juega el descenso. Otra final, pero ya no hay vuelta atrás.
Anunciaba Josico en la rueda de prensa de su presentación un sistema con 4-4-2 tratando de buscar más solidez en defensa. Hubo revolución en el once con la entrada de Galán en el lateral derecho, Ángel en el izquierdo por la baja de Xabi Castillo, Nauzet Alemán en la derecha y prácticamente un inédito Mayor en ataque acompañando a Aranda. Una revolución que no surtió efecto. Hubo menos espacios entre la defensa y el medio del campo. A nivel táctico es el único aspecto mejorado, en cierto modo, con respecto al planteamiento anterior de Sergio Lobera.
En Mallorca se jugaba la Unión Deportiva Las Palmas la vida. Y no tiró entre los tres palos. No tuvo continuidad en el juego, defensivamente sufrió y siguió fortaleciendo los argumentos de quienes piensan que este equipo está derruido. La mejor noticia es que depende de sí misma en la última jornada de campeonato, a pesar que se la jugará ante una Ponferradina en peligro de descenso. La enésima final. Y esta vez sí que hay que ganarla si no se quiere colgar el cartel de fracaso antes de tiempo.
Del partido hay poco que contar. Una primera mitad inenarrable, y una segunda donde se rompe con un gol de estrategia y varios fallos. El centro de Martí, fuerte, cerrándose al segundo palo, descolocó a Mariano Barbosa que dudó en la salida. Nauzet Alemán perdió a Nsue, su marca, y el guineano hizo el primero. Era en el minuto 47 y si alguien tenía que ir por delante en el marcador ése era el conjunto bermellón.
No hubo reacción de la Unión Deportiva Las Palmas. Un error defensivo en el 59 sentenciaría el encuentro. Hemed se encontró el balón, dribló y batió por abajo a Barbosa. Los amarillos han recibido ocho goles en los últimos tres encuentros. Éso no es culpa de Lobera, ni de Josico, ni siquiera de Guardiola o Mourinho. Es culpa de unos jugadores a los cuales se le está quedando grande el reto del ascenso a Primera División. El próximo fin de semana tienen la oportunidad de no ser señalados como culpables del proyecto más ambicioso de la última década. El mínimo exigible está en sus manos.
Real Club Deportivo Mallorca 2-0 Unión Deportiva Las Palmas
Real Club Deportivo Mallorca: Aouate; Ximo, Nunes, Agus, Bigas; Thomas, Pep Martí; Nsue, Alfaro, Alex Moreno; Hemed. Entrenador: Olaizola.
Unión Deportiva Las Palmas: Barbosa; Ángel, Aythami Artiles, David García, Galán; Momo, Javi Castellano, Apoño, Nauzet Alemán; Aranda, Máyor. Entrenador: Josico.
Goles: 1-0, Nsue, min. 47; 2-0, Hemed, min. 59.
Árbitro: Arcediano Monescillo. Amonestó a los locales Thomas, Hemed, Agus; y a los visitantes David García y Apoño.
Incidencias: 15.262 espectadores en el Iberostar Stadium.
