Ahora les toca a ellos, por Nauzet ROBAINA

OPINIÓN | Se ha venido repitiendo en las últimas semanas un mensaje promulgado desde el Club que invita a la comunión entre la afición y el equipo, un «hay que remar juntos» que dirían David García, Josico, Ángel y todos los que lo han aludido a la metáfora de la piragua en los últimos días. Pero la realidad es que esta temporada la afición no ha dejado de remar.

Más allá de la cifra de espectadores que aparece cada quince días en la pantalla del Estadio, hay que reconocer que esta temporada los verdaderos aficionados de la Unión Deportiva, los 10.000 de siempre, han respondido. Pancartas, mosaicos, banderas que bajan por toda una grada, conquistas de la Peña La Vieja… esta temporada ha sido diferente. Los del fondo siempre han estado ahí y a ellos este años se le han sumado otros con nuevas iniciativas. La ilusión por el ascenso ha tenido su seno más fuera del césped que dentro de él. El próximo miércoles estarán los 10.000 de siempre y algunos otros que viendo el panorama decidirán subirse a la ola, «por si a los gandules estos les da por ascender y yo voy a perdérmelo», pensarán.

En los próximos quince días la entidad se juega todo su ser a cuatro partidos. Ascender es la gloria y no hacerlo será descender a los infiernos, en lo deportivo y lo económico. La llave que abre las puertas de la Primera División está en las manos de la mejor plantilla de la categoría y son ellos, los jugadores, quienes deben hacer uso de ella.

Ellos son los protagonistas y de ellos depende que la Unión Deportiva esté en Primera División la próxima temporada. Son ellos quienes han de correr, pelear y bregar defendiendo el escudo que representa a toda una Isla y a todo aquel aficionado que siente los colores lejos de ella. Estoy convencido que todo aquel que de verdad siente y padece el sentimiento amarillo estará el próximo miércoles en el Estadio de Gran Canaria o frente a la televisión siendo consciente de que lo que deviene en las siguientes dos semanas marcará un antes y un después en todo, incluso en sus vidas. Es la última oportunidad y son los jugadores quienes deben aprovecharla.

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