OPINIÓN | Existe tanta igualdad actualmente en la pelea por el ascenso en la Segunda División española que parece imposible predecir cuál será el equipo que logre desmarcarse del resto con la distancia suficiente de puntos como para asegurarse la presencia en la Primera División la próxima temporada antes que nadie. Nuestra Unión Deportiva era el equipo que más cerca estaba de lograr algo así pero los resultados obtenidos en sus últimas tres salidas han frenado el fulgurante crecimiento del equipo.
Este pequeño parón del equipo de Herrera ha dado vida al resto de rivales hasta el punto de que ahora son tres los clubes que están con igualdad de puntos en lo más alto de la tabla, mientras que otros dos están a menos de tres puntos de meterse en la cabeza. Está todo tan apretado que sólo el que consiga ser más regular en las 18 jornadas que quedan será quien se lleve el gato al agua. Un factor que puede resultar diferencial en este sentido, son que diez de esos dieciocho partidos los juega Las Palmas como local.
Racing de Santander, Tenerife, Real Betis, Ponferradina, Girona, Real Valladolid, Sabadell, Recreativo, Barcelona B y Deportivo Alavés. Casi nada. Esos son los diez equipos que, por ese orden, aún deben visitar el Estadio de Gran Canaria. Algunos de ellos son adversarios directos de la Unión Deportiva en la pugna por el ascenso mientras que otros luchan por no perder la categoría. En definitiva, todos acudirán al recinto de Siete Palmas con la necesidad de llevarse los tres puntos como botín y es precisamente en su feudo donde Las Palmas no debe ceder ni un sólo centímetro de ventaja al resto. Son treinta puntos fundamentales para lograr el ascenso.
Decía Paco Herrera en su comparecencia posterior a la derrota en Lugo que los amarillos no pueden perder un sólo partido más. Resulta complicado imaginar una Unión Deportiva que haga pleno de victorias en las 18 citas que aún restan pero sí que es más fácil vislumbrar un equipo que no pierda ninguno de sus partidos en casa. Aquello que se denomina como media inglesa – ganar en casa y empatar fuera – debe cumplirse de manera férrea, al menos en la primera de sus premisas. Toda victoria a domicilio será un premio añadido pero lo del feudo propio no se discute. Cada encuentro en el Estadio de Gran Canaria debe ser considerado como una final y tanto los jugadores como la afición han de responder como tal para lograr el ansiado ascenso. Este domingo empieza la cuenta atrás.
por Nauzet Robaina
@NauzetRo
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