Última jornada de la División de Honor Juvenil de Canarias con el título de campeón en juego. La Unión Deportiva Las Palmas, primer clasificado, recibe al CD Laguna, que ocupa la segunda plaza con dos puntos menos. El ganador del duelo de este domingo entre ambos decidirá quien se alza con el campeonato aunque el empate también le sirve a los amarillos.
Desenlace inmejorable en la lucha por ganar el título del Grupo VI de la División de Honor Juvenil. Los equipos situados en las dos primeras posiciones se enfrentan en la última jornada con el campeonato aún en juego, lo que convierte el partido que se disputa este domingo en el Anexo al Estadio de Gran Canaria (12:00 horas) en una final por la Liga.
La Unión Deportiva Las Palmas ha comandado la clasificación a lo largo de todo el curso pero esta temporada, a diferencia de cursos anteriores, ha encontrado un competidor capaz de hacer peligrar su reinado en la categoría. Ese contendiente que ha provocado que los de Pío XII tengan que estar hasta el último partido luchando por hacerse con la corona es el Club Deportivo Laguna, un conjunto tinerfeño que ha realizado una campaña histórica superando al CD Tenerife en la tabla y llegando a la última etapa con opciones de romper la hegemonía de la UD.
En este enfrentamiento no sólo entra en disputa el título de Liga sino que está también en juego la clasificación para la Copa de Campeones que enfrenta a los ganadores de los respectivos grupos de la División de Honor Nacional. Además, para el Laguna también hay riesgos de perder su plaza en la Copa del Rey Juvenil pues, en caso de que los morados pierdan y el Tenerife gane su encuentro respectivos, serían los blanquiazules quienes acaben como segundo clasificado.
Con tantas cosas en juego es difícil imaginar que ambos conjuntos no salgan a darlo todo en pos de conquistar el ansiado trofeo. No obstante, cabe destacar que a Las Palmas le valdría incluso el empate mientras que los laguneros sólo pueden campeonar si vencen en el Anexo.
Para el Juvenil A de la Unión Deportiva Las Palmas esta ha sido una temporada extraña ya que, por primera vez en muchos años, el primer juvenil grancanario se ha encontrado con equipos que le han plantado cara en la pugna por el liderato. A pesar de ello, el grupo de jugadores que comenzó comandando Mingo Oramas y que ahora está a las órdenes de Pachi Castellano sólo ha perdido dos partidos en esta larga carrera, ambos en la primera vuelta y a domicilio frente al Tahiche y al Laguna.
Desde entonces, todas las jornadas han significado suma de puntos para el cuadro grancanario. El cambio de entrenador provocado por la toma de posesión de Mingo Oramas al frente del equipo filial no ha mermado, en absoluto, la dinámica arrolladora de Las Palmas en la segunda vuelta y el equipo llega a esta última final con plena confianza en sus posibilidades.
Para esta cita, además, recupera al delantero Rafa Mujica, que ha estado ausente en los entrenamientos con el equipo debido a su convocatoria por la selección nacional sub-17 con la que se ha estado ejercitando para preparar la Eurocopa de la categoría que se juega en el mes de mayo.
En una entrevista realizada por este medio, el joven valor de la cantera indicaba que, para este enfrentamiento ante el Laguna, los jugadores se encuentran «metidos y con ganas de jugar el partido». Asimismo, expresó su deseo de ver una numerosa afluencia de espectadores al recinto de Siete Palmas para ver el encuentro.
En esa misma línea se mostraba Pachi Castellano a lo largo de la semana en unas declaraciones ofrecidas a la web oficial del Club. El entrenador del Juvenil A de la Unión Deportiva comentaba que «el concurso de la afición siempre es un gran aliciente. Saber que tienes a tus aficionados aquí el domingo apoyando para nosotros es muy importante para toda la plantilla e incluso para el club, que también está con nosotros a tope».
Así pues, todo apunta a que este domingo se podrá disfrutar de un espectáculo a la altura de lo que el cartel promete, a priori. Un partido a vida o muerte en el que un equipo se llevará la gloria y el otro quedará con el mal sabor de boca de no poner el broche de oro a su magnífica temporada.
